miércoles, 7 de octubre de 2015

MOSCÚ Y WASHINGTON: ¿REFUNDAR LAS RELACIONES?

EN CONVERSACIONES DE NUEVA YORK, BARACK OBAMA
Y VLADIMIR PUTIN DECIDIERON INICIAR PROCESO DE PAZ
EN NORTE DE ÁFRICA Y EL MEDIO ORIENTE. ¿CUMPLIRÁN?


  Escribe 
THIERRY MEYSSAN (*) 
Fuente “Red Voltaire”  Siria |  
 ΕΛΛΗΝΙΚΆ,  DEUTSCH, ENGLISH,  
FRANÇAIS,  ITALIANO,  فارسى  
POLSKI,  PORTUGUÊS,  
РУССКИЙ,  NEDERLANDS-
 5 DE OCTUBRE DE 2015. 

 (*) THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional. Tiene reconocida su especialización en temáticas de geopolítica. Presidente fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de varios gobiernos. Conferencista  internacional en análisis geopolítico.

Ante la súbita crisis de fiebre anti-rusa de la prensa atlantista, Thierry Meyssan interpreta la acción militar de Moscú en Siria como el primer

paso de una revisión total de las relaciones internacionales. Para este analista francés, lo que hoy está en juego en Siria no es saber si Rusia salvará la República Árabe Siria de los ataques yihadistas si no comprobar si las fuerzas armadas rusas podrán reemplazar parcialmente las tropas estadounidenses en la región para garantizar allí la seguridad. 
Thierry Meyssan afirma que Vladimir Putin y Barack Obama están actuando de manera coordinada ante los halcones liberales y los neoconservadores estadounidenses.
En la ONU, Rusia se apresura lentamente. Sus dirigentes están convencidos de que la CIA estimuló los grupos terroristas islamistas desde los años 1950, grupos que hoy amenazan no sólo la estabilidad regional sino incluso los intereses de los propios Estados Unidos. Como ya explicó Vladimir Putin el año pasado, ante el Club de Valdai, es por lo tanto conveniente que todos trabajen juntos en aras de resolver el actual conflicto. Pero los dirigentes rusos también están

convencidos de que Washington sólo escucha a sus socios si estos son fuertes.

Por eso el Parlamento ruso debatió y aprobó una intervención militar contra los grupos terroristas que operan en Siria. Se trata de la segunda intervención exterior de la Federación Rusa desde 1991 –la primera fue la guerra de Osetia del Sur, en 2008. En cuanto se aprobó la operación, los bombarderos
rusos despegaron desde Latakia y destruyeron varias instalaciones de al-Qaeda y del grupo Ahrar Al-Sham. La actual intervención es muestra de la voluntad rusa de asumir un papel en el Medio Oriente, no en contra de Estados Unidos sino junto a esa potencia. Lejos de desafiar al presidente Obama, Rusia intenta –por el contrario– prestarle la asistencia militar de la que el inquilino de la

Casa Blanca ha estado careciendo debido a los enfrentamientos internos que hoy se registran en el Pentágono.

¿QUIÉN APOYA A LOS GRUPOS TERRORISTAS? Se ha hecho corriente el reconocer que los yihadistas que operan en Siria reciben armamento y financiamiento de potencias extranjeras. Pero ningún Estado reconoce públicamente su propia implicación en ese respaldo. Las reacciones ante la operación rusa de policía antiterrorista en Siria han
puesto de relieve las contradicciones de muchos de los implicados. Por ejemplo, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, declaró que «una coalición [alrededor de Rusia] cuyas bases mismas impedirían toda unión de los sirios contra los terroristas, alimentaria en realidad la propaganda de Daesh [el Emirato Islámico] y reforzaría su poder de atracción».
Con esa declaración, Fabius admite que el objetivo de Francia y de sus
aliados en Siria –Turquía y Arabia Saudita– no era luchar contra el Emirato Islámico sino contra la visión rusa de las relaciones internacionales. El presidente de la Comisión del Senado estadounidense a cargo de las fuerzas armados, John McCain, afirmó por su parte que Ahrar Al-Sham incluía elementos que habían recibido entrenamiento y armamento de Estados Unidos. Por consiguiente, para McCain, el ataque ruso contra esos terroristas es una agresión contra Estados Unidos. Siguiendo esa misma lógica, McCain aconseja la entrega de misiles tierra-aire a esos

yihadistas para que puedan derribar los aviones rusos. Sabiendo que el grupo Ahrar Al-Sham, antiguamente apadrinado por Kuwait.


 Está hoy ampliamente financiado por Turquía y dirigido por oficiales de ese país, es evidente que los bombardeos rusos contra ese grupo constituyen una advertencia para el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Erdogan primeramente tomó el lugar del príncipe saudita Bandar ben Sultan como coordinador del terrorismo islámico internacional y posteriormente convirtió Turquía en refugio de la Hermandad Musulmana, en lo cual sustituyó a Qatar. En diciembre de 2014, Turquía firmaba un estratégico acuerdo de compra de gas a Rusia, acuerdo que finalmente abandonó por presiones de Estados Unidos. Simultáneamente, Turquía y Ucrania crearon una «Brigada Islámica Internacional» para luchar contra la «ocupación rusa en Crimea». Así que las relaciones entre Ankara y Moscú se tensaron súbitamente  ( ES UNA SINTESIS) 

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