viernes, 2 de octubre de 2015

¿QUIÉN DECIDE EL FUTURO DE LOS BOSQUES DEL MUNDO?

LAS PLANTACIONES INDUSTRIALES AUMENTARON MÁS DE 110
 MILLONES DE HAS DESDE HACE 25 AÑOS Y HAY UNA PÉRDIDA
NETA DE UNOS 129 MILLONES DE HAS. DE BOSQUES NATURALES…



Escribe 
GUADALUPE RODRÍGUEZ (*) 
Fuente
“SALVA LA SELVA”   
30 de Septiembre 2015

(*) GUADALUPE RODRIGUEZ - Activista e investigadora de “Salva la Selva”, Organización para la que ha trabajado desde Argentina, Ecuador, Alemania y ahora en España.  Documenta y hace seguimiento continuo de casos en todo el Sur global, Doctora en Estudios Latinoamericanos. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Ver el perfil profesional de Guadalupe Rodríguez   en LinkedIn. LinkedIn es la red de negocios más grande del mundo. Activa mltante en defensa del Medio Ambiente y la Deforestacion criminal que ocurre a nivel internacional

Del 7 al 11 de septiembre tuvo lugar el Congreso Forestal Mundial de la FAO, este año en Durban, Sudáfrica, un evento que se realiza cada
seis años     para discutir temas que influyen las políticas forestales en muchos países del mundo. Sus decisiones las adoptan muchos gobiernos e instituciones como el UNFCCC e influyen fuertemente la política. Organizaciones de la sociedad civil   criticaron la misma semana al WFC desde un
evento alternativo llamado CSAP2015  por promover los intereses de la industria maderera, y anteponerlos a los de las más de 300 millones de personas que -de acuerdo a la propia FAO- dependen de los bosques en todo el mundo.
 El WFC dicen, tiene entre sus temas centrales las inversiones en el sector forestal   y justifica la expansión a gran escala de las plantaciones industriales de árboles, para tala
industrial de madera y productos derivados como celulosa y papel. A pesar de utilizar un lenguaje lleno de términos como biodiversidad, pueblos indígenas, seguridad alimentaria, sostenibilidad y responsabilidad corporativa -el lema del congreso fue “Los bosques y la gente: invertir en un futuro sostenible”- en la realidad del WFC sin embargo, casi todas las comunidades locales dependientes de los bosques y afectadas por la
expansión de las plantaciones forestales quedan excluidas de la posibilidad de tener una representación y participación amplia.   Y es que las organizaciones de la sociedad civil y ecologistas, critican aquello que la FAO justifica y tal vez por eso no son bienvenidas al evento más allá de una presencia meramente simbólica.

Las voces de los afectados no son tomadas en cuenta en el programa oficial y en las decisiones finales, y tampoco está previsto el tiempo y espacio suficientes para debatir cuestiones que interesan a los afectados por la expansión de los monocultivos industriales de árboles. Existe un problema fundamental en la raíz misma del WFC y de la política forestal de la FAO. Y es que la FAO define los bosques de forma reduccionista, como una mera superficie cubierta de árboles, sin
aludir a su diversidad estructural, funcional y biológica como ecosistema. Esta definición incluye entonces las plantaciones industriales de árboles. Insiste la FAO en utilizar el término “bosques plantados” para las “plantaciones o monocultivos de árboles”. La definición de bosques y esta terminología utilizada de la FAO altera la realidad de las cifras de la extensión de bosques naturales a nivel mundial, pues incluye las extensiones ocupadas por plantaciones forestales industriales, al tiempo que esconde las cifras reales de
deforestación de bosques naturales y de reforestación por ejemplo con especies exóticas.
El director de la FAO José Graziano da Silva dice que "la deforestación continúa pero su ritmo se ha reducido a pesar de que se están usando actualmente más productos forestales que nunca", o de manera demasiado optimista que “ha aumentado la superficie de bosques”. Hace pensar la primera afirmación que se deforesta menos a pesar de la gran demanda de productos forestales y bioenergía, pero la realidad es que se produce más madera en plantaciones, que a su vez se
expanden en detrimento de los bosques. Y al no distinguir entre bosques naturales y plantaciones comerciales contabiliza el director de la FAO ambos como bosque irradiando positivismo a pesar de la crítica situación y la gran presión que sufren los bosques naturales de parte de la expansión de las plantaciones de árboles.

La experiencia de las comunidades afectadas por la expansión de las plantaciones de árboles habla por sí sola. En la propia Sudáfrica, país que alojó la presente edición del WFC, grupos de afectados de diversas partes del país narran sobrecogedoras historias sobre plantaciones de árboles que están secando las fuentes de agua que utilizan las personas para producir sus cultivos alimentarios y animales; plantaciones de árboles que destruyen los pastizales que albergan más de 4.000 especies; también describen las condiciones laborales en las empresas dueñas de las plantaciones en áreas remotas plantadas con eucaliptos, pinos o acacias, en las que los trabajadores viven bajo la amenaza continua de ser desalojados, en viviendas precarias, sin acceso a servicios de salud, y cada vez con menos trabajo debido a la creciente mecanización. (SINTESIS) 

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