EL ARCO
DEL UNIVERSO MORAL,
DE
MARTIN LUTHER KING…
… al
movimiento de protesta en Wall Street
Escribe
AMY
GOODMAN (*)
DEMOCRACY
NOW!
21
octubre 2011
.

A pocos
pasos de la ceremonia de inauguración, Cornel West, pastor, académico, escritor
y activista, fue arrestado en las escalinatas de la Corte Suprema de Estados
Unidos. Antes de ser enviado a prisión dijo: “Queremos dejar constancia hoy de
que conocemos la relación que existe entre la codicia empresarial y lo que
sucede muy a menudo con las decisiones de la Corte Suprema. Es significativo
que en este día de homenaje a Martin Luther King Jr. alguien sea enviado a
prisión, porque Martin King estaría aquí, dispuesto a luchar con nosotros y lo
haría por su profundo amor”.
El Profesor West, que fue arrestado junto con otras 18 personas, declaró “Estamos aquí para dejar constancia de lo sucedido y para expresar nuestra solidaridad con el movimiento de protesta en todo el mundo, porque amamos a los más pobres, amamos a los trabajadores y queremos que Martin Luther King Jr. sepa que no olvidamos su lucha y sonría desde su tumba”.
Durante
ese mismo fin de semana, la campaña de ataques con aviones no tripulados de las
fuerzas armadas estadounidenses y la CIA, bajo el mando de el Comandante en
Jefe Obama, lanzó lo que fue denominado por la Oficina de Periodismo de
Investigación (BIJ), una organización independiente sin fines de lucro con sede
en Londres, “el ataque número 300 con aviones no tripulados”, el 248 desde que
Obama asumió la presidencia. Según la BIJ, de las al menos 2.318 personas
muertas por los ataques con aviones no tripulados, entre 386 y 775 son civiles,
entre ellos, 175 niños. Imaginen cómo respondería King, Premio Nobel de la Paz
al igual que Obama, a estas crudas cifras.
En
1963, King publicó una recopilación de sermones titulada “La fuerza de amar”.
El prefacio comienza así: “En estos días de revueltas e incertidumbre, los
genios malignos de la guerra y de la injusticia económica y racial amenazan
incluso la supervivencia de la raza humana”. Tres de los 15 sermones fueron
escritos en cárceles de Georgia, entre ellos “Sueños destrozados”. En dicho
sermón escribió: “Cooperar pasivamente con un sistema injusto convierte al
oprimido en un ser tan malvado como el opresor”. King retomó la idea de los
sueños destrozados cuatro años más tarde, y ocho meses antes de que fuera asesinado,
en su discurso denominado “Hacia donde vamos”: “En ocasiones, nuestros sueños
serán destrozados y nuestras esperanzas etéreas quebradas. Cuando nuestros días
se vuelvan tristes y nos invada una nube de desesperanza, y cuando nuestras
noches se vuelvan más oscuras que mil medianoches, recordemos que hay una
fuerza creativa del universo que trabaja para derribar a las enormes montañas
del mal, un poder que es capaz de superar cualquier obstáculo y convertir el
oscuro pasado en un radiante porvenir. El arco del universo moral es amplio,
pero se inclina hacia el lado de la justicia”.
En ese mismo año, 1967, un año antes de que fuera asesinado, King dio su discurso “Más allá de Vietnam” en la Iglesia Riverside de la ciudad de Nueva York, donde proclamó: “Supe que nunca más podría alzar mi voz contra la violencia de los oprimidos en los barrios marginales sin antes haberle hablado al mayor generador de violencia del mundo actual, mi propio gobierno”.
En ese mismo año, 1967, un año antes de que fuera asesinado, King dio su discurso “Más allá de Vietnam” en la Iglesia Riverside de la ciudad de Nueva York, donde proclamó: “Supe que nunca más podría alzar mi voz contra la violencia de los oprimidos en los barrios marginales sin antes haberle hablado al mayor generador de violencia del mundo actual, mi propio gobierno”.
Esas
palabras y ese discurso marcaron el estado de ánimo que caracterizaría al
último y fatal año de vida de King. A pesar de las amenazas de muerte y de que
sus asesores cercanos le aconsejaron no ir a Memphis, King fue a la marcha en
solidaridad con los recolectores de basura de esa ciudad. El 4 de abril de 1968
murió asesinado de un disparo en el balcón del Motel Lorraine.
Dos
jóvenes de aquel entonces, que fueron profundamente afectados por el asesinato
de King, nos permiten recorrer el camino que va desde el arco de justicia moral
del Dr. King hasta “Ocupemos Wall Street”. Uno de ellos es John Carlos, un
corredor olímpico estadounidense. Carlos ganó la medalla de bronce en la
carrera de 200 metros de atletismo en los Juegos Olímpicos de 1968 en Ciudad de
México. Carlos y su compañero de equipo, Tommie Smith, que ganó la medalla de
oro, se volvieron famosos a nivel mundial por haber hecho el saludo del Poder
Negro desde el podio. Ambos subieron a recibir su medalla sin zapatos, en señal
de protesta por la situación de pobreza de los niños afrodescendientes en
Estados Unidos. La semana pasada, John Carlos habló en 'Ocupemos Wall Street'.
Luego me dijo: “Estoy tan feliz de ver a tantas personas aquí, reunidas para
decir: 'No pedimos un cambio. Exigimos un cambio'”.
El otro
es el Reverendo Jesse Jackson, que estaba junto a King cuando lo asesinaron. El
lunes por la madrugada, el Departamento de Policía de Nueva York parecía
intentar avanzar sobre la carpa de primeros auxilios de 'Ocupemos Wall Street'.
El Reverendo Jackson estaba allí. Apenas días después de cumplir 70 años,
Jackson se sumó a los jóvenes manifestantes para enfrentar a la policía. La
policía se retiró y el arco del universo moral se inclinó un poco más hacia el
lado de la justicia.
Texto
en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy
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