JUAN PABLO CIGANDAA PESAR DE TODO...
LOS “PRIMEROS DE MAYO”
(este texto continua el publicado ayer)
Por todo ello hago tres acotaciones. Una hace a modificar, a rebelarse contra la historia de las omisiones y los olvidos, de las cosas que pasan por casualidad, la historia de los prohombres geniales que un día persuadieron a los dictadores que se fueran tranquilamente.
La segunda es una suerte de contra – canto a “...una visión hegemónica sobre el pasado (que) logra definir una memoria oficial que trata de reducir la carga emotiva contenida en el protagonismo del ‘factor popular’ y evitar que el carácter masivo y épico de la historia reciente sea reivindicado como señal de identidad colectiva en la democracia recuperada.”[1]
La tercera es que esa suma de hechos reseñados a través de testimonios y documentos de organizaciones populares (información refrendada por la dictadura en documentación desclasificada), nos cuenta de la presencia e una rebelde vocación democrática de los uruguayos que arriesgaban también el pellejo para enfrentar al régimen y que esos antecedente son un elemento más a valorar adecuadamente al observar el resultado del Plebiscito contra el proyecto constitucional de la dictadura en noviembre de ese año.
Todo ello no supone opacar factores de importancia como fue el histórico debate televisiov0o entre dos representantes de la dictadura, el Cnel. Bolentini y el Dr. Viana Reyes y dos hombres de los partidos políticos, opositores al régimen, los Dres. Eduardo Pons Etcheverry y Enrique Tarigo, instancia sin duda decisiva en la opinión pública.
Es afirmar que cuando en las horas siguientes al triunfo del NO en el Plebiscito, el pueblo celebraba serenamente, sin estruendos, apelando a veces a echar a andar los limpiaparabrisas de los autos diciendo que no, no se estaba festejando una casualidad.
Había habido un pueblo que desde la instalación de la dictadura se había dado formas de resistencia, de protesta, de suma de pequeños grandes actos de valentía, aún en la atmósfera de todos los miedos que respiraba la Nación.
DESPUES DEL “CUENTO”[2] Y EL NO
Al primero de Mayo de 1982 se llegó con una serie de elementos políticos acumulados que comenzaban a dar una perspectiva distinta al país. Al categórico NO del Plebiscito de 1980, se agregaba el comienzo de reactivación sindical que no hablaba de sindicatos y un clima pre electoral en los partidos Nacional y Colorado.
Ya en vísperas del primero de Mayo de 1981, con Acciòn Sindical Uruguaya y el Sindicato de los Trabajadores de la Industria Química, AEBU cursó un pedido para organizar un Festival artístico como homenaje a los trabajadores, cuya autorización fue denegada por la Jefatura de Policía.
En ese período también se había incorporado un nuevo protagonista en lo sindical que era la Comisión Nacional de Derechos Sindicales (CNDS) que se sumaba a las organizaciones que actuaban a la luz del día y con cierto margen de “legalidad”
La CNDS se constituyó en abril de 1980 contando con el apoyo de la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación (UITA) organización de rama de actividad vinculada a la CIOSL.
(...) UN URUGUAY DE GENTE SENCILLA
Al igual que en todo el país, en barrios y pueblos, entre obreros, intelectuales, desocupados, maestros, adolescentes o jubilados, la aventura por la libertad, dentro del gremio y en derredor de su sindicato, fue una construcción de miles.
Cientos repartiendo un volante, protegiendo una escapada de media hora de un compañero del lugar de trabajo9, cobrando una cuota, arrimando el paquete a la familia de un preso0, organizando un asado “non sancto”, siendo buzón o vínculo con un compañero que estaba dando una mano en el exterior, o que estaba recorriendo los túneles e la clandestinidad, haciendo una pintada a las corridas reclamando la libertad de los presos, guardando un bolso con volantes una noche en la casa, cumpliendo la acción “insólita” de organizar días de trabajo sin corbata entre bancarios (¡!) hacer del silencio y de las miradas cómplices una virtud, simplemente decir en voz alta o murmurando un “vamo'arriba” esos días en que todo parecía perdido.
Desgraciadamente el Uruguay tiene en su8 historia del pasado reciente asesinatos, torturas, desapariciones, encarcelamientos muy largos y penosos. Pienso sin embargo, que tal vez el mejor homenaje a los que perdieron sus vidas creyendo en un futuro mejor, sea que la historia que un mundo de gente sencilla, de todas las condiciones, ocupaciones, edades, orígenes, rescató a la Patria. Y una vez más vale la reflexión de Brecha en uno de los últimos diálogos entre Andrea y Galileo Galilei cuando el joven afirma categóricamente “desgraciados la tierra que no tiene héroes” y Galileo ole contesta”... desgraciada la tierra que necesita héroes”
[1] RICO, Alvaro, Como nos domina la clase gobernante, Montevideo, Trilce,2005,P.113
[2] En los días posteriores al Plebiscito de 1980 Gabriel García Marques publicó en “El País” de Madrid un articulo referido a Uruguay y al triunfo del NO que se titulaba”El cuento de los generales que se creyeron su propio cuento”
Por todo ello hago tres acotaciones. Una hace a modificar, a rebelarse contra la historia de las omisiones y los olvidos, de las cosas que pasan por casualidad, la historia de los prohombres geniales que un día persuadieron a los dictadores que se fueran tranquilamente.
La segunda es una suerte de contra – canto a “...una visión hegemónica sobre el pasado (que) logra definir una memoria oficial que trata de reducir la carga emotiva contenida en el protagonismo del ‘factor popular’ y evitar que el carácter masivo y épico de la historia reciente sea reivindicado como señal de identidad colectiva en la democracia recuperada.”[1]
La tercera es que esa suma de hechos reseñados a través de testimonios y documentos de organizaciones populares (información refrendada por la dictadura en documentación desclasificada), nos cuenta de la presencia e una rebelde vocación democrática de los uruguayos que arriesgaban también el pellejo para enfrentar al régimen y que esos antecedente son un elemento más a valorar adecuadamente al observar el resultado del Plebiscito contra el proyecto constitucional de la dictadura en noviembre de ese año.
Todo ello no supone opacar factores de importancia como fue el histórico debate televisiov0o entre dos representantes de la dictadura, el Cnel. Bolentini y el Dr. Viana Reyes y dos hombres de los partidos políticos, opositores al régimen, los Dres. Eduardo Pons Etcheverry y Enrique Tarigo, instancia sin duda decisiva en la opinión pública.
Es afirmar que cuando en las horas siguientes al triunfo del NO en el Plebiscito, el pueblo celebraba serenamente, sin estruendos, apelando a veces a echar a andar los limpiaparabrisas de los autos diciendo que no, no se estaba festejando una casualidad.
Había habido un pueblo que desde la instalación de la dictadura se había dado formas de resistencia, de protesta, de suma de pequeños grandes actos de valentía, aún en la atmósfera de todos los miedos que respiraba la Nación.
DESPUES DEL “CUENTO”[2] Y EL NO
Al primero de Mayo de 1982 se llegó con una serie de elementos políticos acumulados que comenzaban a dar una perspectiva distinta al país. Al categórico NO del Plebiscito de 1980, se agregaba el comienzo de reactivación sindical que no hablaba de sindicatos y un clima pre electoral en los partidos Nacional y Colorado.
Ya en vísperas del primero de Mayo de 1981, con Acciòn Sindical Uruguaya y el Sindicato de los Trabajadores de la Industria Química, AEBU cursó un pedido para organizar un Festival artístico como homenaje a los trabajadores, cuya autorización fue denegada por la Jefatura de Policía.
En ese período también se había incorporado un nuevo protagonista en lo sindical que era la Comisión Nacional de Derechos Sindicales (CNDS) que se sumaba a las organizaciones que actuaban a la luz del día y con cierto margen de “legalidad”
La CNDS se constituyó en abril de 1980 contando con el apoyo de la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación (UITA) organización de rama de actividad vinculada a la CIOSL.
(...) UN URUGUAY DE GENTE SENCILLA
Al igual que en todo el país, en barrios y pueblos, entre obreros, intelectuales, desocupados, maestros, adolescentes o jubilados, la aventura por la libertad, dentro del gremio y en derredor de su sindicato, fue una construcción de miles.
Cientos repartiendo un volante, protegiendo una escapada de media hora de un compañero del lugar de trabajo9, cobrando una cuota, arrimando el paquete a la familia de un preso0, organizando un asado “non sancto”, siendo buzón o vínculo con un compañero que estaba dando una mano en el exterior, o que estaba recorriendo los túneles e la clandestinidad, haciendo una pintada a las corridas reclamando la libertad de los presos, guardando un bolso con volantes una noche en la casa, cumpliendo la acción “insólita” de organizar días de trabajo sin corbata entre bancarios (¡!) hacer del silencio y de las miradas cómplices una virtud, simplemente decir en voz alta o murmurando un “vamo'arriba” esos días en que todo parecía perdido.
Desgraciadamente el Uruguay tiene en su8 historia del pasado reciente asesinatos, torturas, desapariciones, encarcelamientos muy largos y penosos. Pienso sin embargo, que tal vez el mejor homenaje a los que perdieron sus vidas creyendo en un futuro mejor, sea que la historia que un mundo de gente sencilla, de todas las condiciones, ocupaciones, edades, orígenes, rescató a la Patria. Y una vez más vale la reflexión de Brecha en uno de los últimos diálogos entre Andrea y Galileo Galilei cuando el joven afirma categóricamente “desgraciados la tierra que no tiene héroes” y Galileo ole contesta”... desgraciada la tierra que necesita héroes”
[1] RICO, Alvaro, Como nos domina la clase gobernante, Montevideo, Trilce,2005,P.113
[2] En los días posteriores al Plebiscito de 1980 Gabriel García Marques publicó en “El País” de Madrid un articulo referido a Uruguay y al triunfo del NO que se titulaba”El cuento de los generales que se creyeron su propio cuento”
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