jueves, 15 de enero de 2009

MARIO OPINA DE LOS URUGUAYOS...

EN EL SUBSUELO
DE LA CALMA...

Escribe Mario Benedetti
De “El país de la cola de paja”
Edición ARCA 1960.
La octava edición fue en 1970.

Estamos con las democracias y contra las dictaduras, pero cuando un periodista uruguayo es apresado y torturado por el gobierno del Paraguay, muestra Cancillería tomaína actitud que, más que defender la vida y la libertad del compatriota, parece proteger el gobierno de Stroessner. Somos, en opinión del resto de América Latina y de nosotros mismos, un país de avanzada social, pero en un presente como este, en que la Reforma Agraria es la nueva ley para el Continente, el Presidente del Consejo Nacional de Gobierno, Benito Nardone, declara que la palabra reforma agraria tiene un “tufillo foráneo” y auspicia en cambio otra reforma, no precisamente agraria, que por un lado convierte en súbitos millonarios a doscientos ganaderos, y por otro transforma a los pobres en más pobres. (Un diputado colorado la calificó certeramente de “reforma al revés”)
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En vez de ser una garantía de libertad, una plataforma de justicia, una defensa de derechos humanos, la democracia uruguaya se ha convertido en un refugio de venales, de arribistas. Es para ellos que la democracia ha pasado a ser una formidable garantía ya que (cada uno a su modo y en su especialidad) han encontrado la clave para delinquir dentro de la ley y ser defendidos por la Constitución. (...)Para cualquier pueblo constituye siempre un dramático instante aquel en que la inmoralidad aprende a manejar los códigos. Pues bien, la inmoralidad uruguaya está a punto de culminar ese aprendizaje.
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Para traspasar la indecisa frontera que separa lo lícito de lo ilícito, hay una sola contraseña “Salvar las apariencias” Lo indecoroso no es dar la coima; lo indecoroso sería dejar un testimonio de la dádiva. Para eso está el pródigo rubro Gastos de representación” infalible en la contabilidad de toda sociedad anónima que se estime. Lo indecoroso no es estafar al Estado eludiendo el pago de impuestos; lo indecoroso sería que una sociedad anónima no llevase contabilidad doble, con un juego de libros para exhibir al inspector curioso y otro juego más para asentar la realidad. (1)
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Lo indecoroso no es que algunos voraces terratenientes efectúen con regularidad un impune contrabando de ganado; lo indecoroso sería que cuando esos mismos estancieros (o sus fieles amigos) se convierten en diputados, no se desgañitaran en su clamor contra el “incorregible mal de la frontera”.
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(1) Los habitúes al Plenario del CDA de Jubilados y Pensionistas o lectores de la REVISTA CDA, recordarán como en los momentos en que se discutía la llamada Reforma Tributaria, el compañero Jorge Aniceto Molinari, insistía en una realidad donde las empresas, en estos 2008/2009, tienen una contabilidad para la DGI, otra para el BPS y otra para la Empresa. Lo que acabamos de transcribir lo dijo Mario Benedetti en el año 1960, de lo que hace apenas 49 años.

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