martes, 8 de diciembre de 2009

LA VEJEZ... ESE TIEMPO DE VIDA


LA
NATURALEZA,
UNA
GRAN ALIADA
DE
NUESTRA VEJEZ


Escribe
GONZALO
CANAL RAMÍREZ (*)


“Todo desequilibrio es patológico. La antigua mente sigue vigente “mente sana en cuerpo sano”. La naturaleza es la gran demostración de unidad indivisible: cuando se da en algunos de sus actos, se da en toda entera. Observe, por ejemplo, el elemental acto e caminar. En él influyen todos sus sentidos: vista, tacto, oído, músculos motores, bajo el control del cerebro, central de operaciones. Si usted es todo usted en cada uno de sus actos, por insignificantes que parezcan, no se deje desintegrar.

Hay muchos interesados en eso. Resista usted. Usted, aun viejo, es todo el hombre. Y, como tal puede. Y podrá más cuanto más se integre a la naturaleza, a la especie, a la humanidad. La naturaleza es la gran aliada de la vejez, aunque la ciencia y la técnica sean sus sostenes. La naturaleza misma de la persona, cuyas excelencias culminan en la tercera edad, aquilatadas y acrisoladas, y la naturaleza del resto de la creación animada e inanimada: el animal, la tierra, el agua, el fuego, el viento, nuestro planeta y el cosmos.

En realidad no es que haya dos naturalezas –la nuestra de persona racional– y la de los otros seres, cosas u objetos. Nosotros los seres humanos, dotados de razón, pertenecemos a la naturaleza, estamos integrados con ella. En su lucha por la vida, por existir, desarrollarse y subsistir, el hombre, con sus ya millones de años a cuestas, ha tenido que luchar con las grandes fuerzas de la naturaleza que, sin el poder de la mente humana, nos habrían aniquilado, como han aniquilado a otras especies.

El dilema para la persona humana ha sido dominar a la naturaleza o ser dominado por ella. Frente a esta disyuntiva hay una tercera posición: el divorcio del ser humano y la naturaleza. Ese divorcio en cualquier edad, pero sobretodo en la vejez, suele ser fatal. No se trata de rechazar la ciencia, la técnica, sino de no contradecir el orden natural, siempre prioritario. No rechacemos el calor de las lámparas ultravioletas, pero reconozcamos mejor el del sol.

Las excelencias de la ciencia, la técnica en buena hora son una conquista. Bien está la bicicleta estática como ejercicio, pero cuando no podemos caminar. Mientras podamos, caminemos. Nada es mejor. Y, además está el aspecto sicológico. Solo la naturaleza nos da armónicamente nuestro equilibrio emocional. Se dice: “El paisaje no es más que la epidermis de la naturaleza, lo que para nosotros es inmediatamente viable, en general perceptible para nuestros sentidos”

No es que estemos circundados de paisaje... somos paisaje. Cuando la persona se funde con la naturaleza alcanza su máxima realización. Y en la vejez usted debe continuar realizándose. El amor a lo natural está insito, innato en nosotros, pero, si no lo cultivamos, se pierde, y con el perdemos una gran fuente de recursos para nuestra edad. La naturaleza a toda hora y en todo momento, y, casi siempre, sin costo económico, y al alcance de nuestra mano. Si no lo ha hecho, vaya al campo o al parque. Es triste la comparación entre el primer mundo, donde los parques están llenos de ancianos y niños, con el tercer mundo, donde la mayoría de sus viandantes son jóvenes (Nota: ESTE TEMA CONTINUARA MAÑANA)
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.

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