LA ZONA DE EVACUACIÓN DE FUKUSHIMA
Fuentes:
PRENSA LATINA / “Público” / EFE12 de Abril 2011
Japón elevó ayer al máximo (7) el nivel de alerta nuclear en la planta Fukushima Daiichi (F-1), catalogado como accidente grave, según la escala Internacional de eventos de este tipo, conocida como INES.
Esta categoría se aplica cuando se produce una mayor liberación de material radiactivo que pone en riesgo la salud en general y el medio ambiente. Su establecimiento impone medidas de contraposición. Hasta ahora el único caso en el mundo con esa clasificación era la catástrofe de la central de Chernóbil, en Ucrania, ocurrida en 1986.
El Gobierno de Japón anunció que ampliará las zonas de evacuación en torno a la central nuclear de Fukushima en el plazo de un mes, en función de la radiactividad que se detecte en distintas localidades que rodean la instalación.
El ministro portavoz, Yukio Edano, dijo que los nuevos planes de evacuación se aplicarán a localidades como Iitate, a 40 kilómetros de la central, y al pueblo de Minami Soma, donde se han medido elevados niveles de radiactividad acumulada.
Hasta el momento el Gobierno mantiene un área de exclusión de veinte kilómetros en torno a la central nuclear, y recomienda a aquellos residentes que se encuentran a entre veinte y treinta kilómetros de la planta que permanezcan en sus viviendas o abandonen la zona.
Edano dijo que las nuevas evacuaciones afectarán por el momento a a media decena de localidades en las que el nivel de radiactividad puede ser perjudicial para la salud si los ciudadanos reciben una exposición de entre seis meses y un año. El portavoz del Gobierno detalló que, a diferencia de aquellos pueblos en un radio de 20 kilómetros en torno a la central, no se descarta que los nuevos evacuados puedan regresar a sus viviendas si la situación mejora.
Por otra parte, recomendó que las mujeres embarazadas, los enfermos y los niños abandonen las áreas situadas a entre 20 y 30 kilómetros de la central. El Gobierno japonés fijaba hasta ahora el límite de 50 milisievert, aunque la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón había recomendado desalojar las áreas con un nivel anual de radiación de 20 milisievert.
Las medidas responden al riesgo que representa para la salud humana la continua exposición de esas sustancias, mientras una fuerte réplica de 7.1 grados de magnitud estremeció el área afectada el pasado 11 de marzo por el sismo de 9.0 grados y el tsunami que le siguió.
El movimiento telúrico de ayer volvió a sacudir edificios en Tokio y una amplia zona del este de Japón. Como consecuencia, quedaron sin energía eléctrica unas 220 mil casas y el sistema de bombeo de agua para el enfriamiento de los tres reactores destruidos (1,2 y 3) en F-1.
La réplica además obligó a postergar los planes de extraer el agua altamente contaminada de parte de la unidad 2 hacia un lugar de almacenamiento donde antes había otra menos radiactiva que fue vertida al océano.
Este último suceso, unido a las constantes emisiones desde el complejo nuclear, preocupa a la comunidad internacional por sus posibles efectos en los ecosistemas marinos y en particular en la salud de las personas de los países vecinos.
Drenaje del agua
Al mismo tiempo, la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón autorizó el drenaje de 700 toneladas de agua muy radiactiva que inundan una zona de la central nuclear de Fukushima, a fin de agilizar los trabajos para restaurar su maltrecho sistema de refrigeración.
Está previsto que TEPCO, operadora de la central, comience este mismo lunes a bombear ese agua, que anega una fosa cercana al reactor 2, para trasladarla a un depósito en el edificio de turbinas de esa misma unidad, informó la agencia local Kyodo.
Será llevada al depósito de un condensador con capacidad para 3.000 toneladas de agua, normalmente destinado a convertir en líquido el vapor que origina el reactor cuando funciona normalmente.
Se calcula que unas 60.000 toneladas de agua altamente radiactiva inundan diferentes zonas de los edificios de turbinas en las unidades 1, 2 y 3 de Fukushima Daiichi y es necesario retirarla para reactivar el crucial sistema de refrigeración de esos reactores.
Para obtener un lugar donde almacenar ese líquido contaminado, en la última semana TEPCO ha vertido al océano Pacífico más de 9.000 toneladas de agua con una radiactividad relativamente baja, lo que ha dejado más espacio en un depósito de residuos nucleares con capacidad para 30.000 toneladas de líquido.
De forma paralela a las labores de drenaje, los técnicos de TEPCO prosiguieron con la inyección de nitrógeno en el reactor número 1 para reducir el riesgo de una eventual explosión de hidrógeno en esa unidad.
Además, continuaron con la instalación de una barrera de acero en una de las salidas próximas al reactor 2 para prevenir que se filtre más agua con material radiactivo al mar.
Los operarios de TEPCO trabajan desde hace un mes para estabilizar los reactores 1, 2 y 3 y la piscina de combustible usado del reactor 4 de la central de Fukushima, cuyo sistema de refrigeración quedó dañado por el devastador tsunami del 11 de marzo.
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