domingo, 1 de mayo de 2011

"...SALVO QUE LA 'SOLUCION' SEA EL FIN DE LA HUMANIDAD..."

LAS CONDICIONES EXTERNAS

ESTÁN MÁS CERCA DE CAMBIAR

COSAS VEDERES…, SANCHO
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Comenta una nota de la prensa:
JORGE ANICETO
MOLINARI
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Lo que sigue es de El País digital: no tiene desperdicio, refleja una problemática de la que ya son cada vez más concientes todos los sectores vinculados a la economía.-

La materia prima es fundamental, la energética en primer lugar, pero la razón de la política de guerra es la profunda e irreversible crisis económica, al menos irreversible en los marcos en que hemos conocido la actual realidad.

La verdad es que la guerra tampoco va a solucionar el problema. Salvo que “la solución” sea el fin de la humanidad.-

Bafico y Michelin plantean el problema y esbozan una “solución”:

“Estados Unidos. Debería aumentar impuestos y reducir su gasto entre 25% y 35% de los niveles actuales”.

Difícil para sagitario en un país como EE.UU. donde los niveles de pobreza son inusuales en el otrora poderoso líder del capitalismo y la “democracia” mundial.

Nosotros seguimos pensando que la economía mundial está madura para dos reformas sustanciales: la moneda única universal y un sistema impositivo también único y universal basado en la circulación del dinero, eliminando totalmente los impuestos al consumo y al trabajo.

No nos gusta que la humanidad camine en el filo de la navaja, pero talvez sea el precio para lograr la voluntad política necesaria para el cambio. Para ello hay que trabajar intensamente en todo el planeta, aunque por ahora los economistas nos presentan la problemática, e ignoran la solucionática necesaria, que está fuera de las enseñanzas económicas clásicas, al menos para los que aún siguen ignorando las enseñanzas de Carlos Marx.-
Jorge Aniceto Molinari
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“El Pais” 28 de Abril, 2011
HORACIO BAFICO/
GUSTAVO MICHELIN

LAS CONDICIONES EXTERNAS
ESTÁN MÁS CERCA DE CAMBIAR



Cada día más cerca de un cambio debido a que los desequilibrios macro-económicos que hay a nivel global no se resuelven, por el contrario se agravan.

Es difícil pronosticar cuándo y en qué magnitud pueden ocurrir los cambios, pero al igual que en abril del 2008 se puede concluir que es probable que algo cambie en el correr del próximo año. Existen situaciones macroeconómicas difíciles en todas las regiones y hay abundante material combustible como para que un acontecimiento aislado genere una corrida fruto de un episodio de crisis de confianza y pánico.

En Europa se ha extendido un manto de incertidumbre sobre la solvencia de la deuda soberana de varios países y una preocupación por la interrelación financiera que existe entre países. A su vez, el alto nivel de desempleo y el problema no resuelto de un gasto en seguridad social creciente a futuro son factores de riesgo que retroalimentan la incertidumbre financiera. En varios aspectos la realidad que están viviendo no es muy distinta a la vivida por los países del Mercosur luego de las devaluaciones de la década del ochenta.

En Japón se suma al desequilibrio macroeconómico que arrastran desde la década de los noventa el reciente desastre natural y los problemas de la central nuclear. Y China, la locomotora mundial de los últimos años, está adoptando medidas para enlentecer el ritmo de crecimiento de la gigantesca inversión pública ante las señales de recalentamiento.

En el caso de Estados Unidos, la crisis de 2008 no hay sido superada totalmente. La expansión del gasto para evitar una recesión y las reformas en el sistema de salud han generado una dinámica de déficit fiscal creciente y acumulación de deuda pública. Estudios del FMI y de la Oficina Presupuestal del Congreso de EEUU señalan que el ajuste fiscal que se debería hacer implica aumentos de impuestos y reducción del gasto en el orden del 25% al 33% de los niveles actuales. La deuda pública próximamente se ubicará en el 100% del PIB.

La política monetaria expansiva utilizada para evitar la deflación y el colapso de los balances de las empresas dio su resultado pero en gran medida el exceso de liquidez con tasas de interés muy bajas para las inversiones en casa hizo que los capitales migraran hacia los países en desarrollo donde hay promesas de buenos rendimientos y condiciones de seguridad de la inversión

América Latina ha sido quien ha aprovechado bien este momento. Alegre por varios lados: las tasas de interés son bajas, la oferta de fondos para invertir el grande, los precios de los alimentos y los minerales suben.

¿CORRIDA? La corrección de los desequilibrios fiscales en Estados Unidos exige medidas desde ahora. Para ello el consenso político es fundamental puesto que el Poder Ejecutivo no cuenta con mayorías parlamentarias. Esta falta de acuerdo y la urgencia con que se deben tomar decisiones provocó la advertencia de la calificadora de riesgo Standard & Poor`s sobre la probabilidad de que en el futuro se puede llegar a reducir la calificación de la deuda soberana de este país. Es una señal clara de algo que está en la mente de todos los inversores: la ausencia de medidas de política determinará que más tarde o más temprano se pierda la confianza en los títulos de deuda y posiblemente en dicha moneda.

El tema es que no hay sustitutos a simple vista y por todos lados hay señales de debilidad. Esto lleva a que no se pueda ver con claridad hacia dónde se pueden dirigir los ahorros mundiales si se perdiese la confianza en lo que en las últimas décadas ha sido el refugio por naturaleza durante las crisis financieras. La situación actual del precio de la deuda pública estadounidense y el uso del dólar como moneda de referencia se sustentan actualmente en la falta de alternativas.

Si esta situación precaria e inestable se desata en forma ordenada debido a la falta de alternativas, entonces lo que cabe esperar es un aumento de las tasas de interés en dólares. Esto posiblemente ocurra en un contexto de inflación alta en Estados Unidos, de forma que pierda peso la deuda pública en términos reales puesto que mayoritariamente se ha contraído a tasa fija y en dólares corrientes. También puede haber una suba en la tasa de interés por exigencia de los ahorristas para financiar el déficit fiscal en este contexto. En los dos casos no se vislumbra algo distinto a la devaluación real de la moneda estadounidense.

¿AJUSTARÁ BRASIL? En este caso, los desequilibrios macro son similares a los de nuestro país, pero por su estructura productiva el problema es mayor. El tipo de cambio real ha venido bajando en sus diferentes expresiones. Los precios de los no transables aumentan más que los de los transables y hay una apreciación de la moneda. Esto impacta en la capacidad exportadora de determinadas manufacturas. Una situación externa aceptable en cuenta corriente se logra exclusivamente por el excelente nivel de precios de algunas materias primas.

Hay rumores de que en breve se producirán medidas en Brasil que no son fundadas en actitudes políticas, pero parten del sentido común de observar la magnitud de los desequilibrios. El tipo de cambio real en el vecino país se apreció 15% con Argentina y 8% con Estados Unidos comparado con el trimestre previo a la crisis global de septiembre del 2008. En aquel momento los brasileños ya notaban que el resto del mundo les resultaba barato y se ha vuelto más barato aun; de forma que si se compara el primer trimestre del 2011 con el promedio histórico, la apreciación es del orden del 50% con Argentina y 65% con Estados Unidos.

La mejora del tipo de cambio real que necesita Brasil difícilmente provenga de una apreciación del dólar en relación a las restantes monedas. Tampoco parece posible que pase a un tipo de cambio fijo más alto, pero conociendo la historia de nuestros vecinos no se descarta que tomen alguna medida.
TEMA DE ANÁLISIS

DÓLAR INTERNACIONAL. La dinámica proyectada de las finanzas públicas en Estados Unidos luce incompatible con un dólar fuerte en el mundo.

Estados Unidos. Debería aumentar impuestos y reducir su gasto entre 25% y 35% de los niveles actuales.

El País Digital

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