UNA DÉCADA DESPUÉS:
¿QUÉ HEMOS APRENDIDO DEL 9/11?
Escribe
Dr. PAUL CRAIG ROBERTS (*)
Publicado el 7 de setiembre
En “globalresearch”
(De “Tribuna Hispana USA)
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(*) Doctor Paul Craig Roberts. Doctorado en Economía es uno de los columnistas más respetados en los medios de comunicación alternativos.. Sirvió como el Subsecretario de la Tesorería en la administración Reagan. fue editor del Wall Street Journal . Su último libro, How the Economy Was Lost, fue publicado recientemente por CounterPunch/AK Press. Se le puede contactar en: paulcraigroberts@yahoo.com © Copyright Paul Craig Roberts, Global Research, 2010. Es uno de los más consecuentes y documentados críticos de la política y de la economía de la potencia en los últimos 15 años. Al final de esta nota indicamos otros materiales de este autor, publicados en nuestro Blog, que son claves en el análisis de la política de EE UU del 2001 para acá.
.En algunos días será el décimo aniversario del 11 de septiembre del 2001. ¿Cuan bien se ha mantenido por una década el relato oficial del gobierno de los EE.UU. sobre dicho acontecimiento? No muy bien. El presidente, el vice presidente, y los principales concejeros legales de la Comisión del 9/11 escribieron los libros desasociándose parcialmente del informe de la comisión. Dijeron que el gobierno de Bush puso obstáculos en su camino, que les retuvieron información, que el presidente Bush acordó atestiguar solamente si lo hacía con el vice presidente Cheney y ni uno ni otro fueran puestos bajo juramento, que el Pentágono y los funcionarios de FAA mintieron a la comisión y que la comisión consideraba referir los testimonio falsos para la investigación como una obstrucción a la justicia.
En su libro, el presidente y el vice presidente de la comisión, Thomas Kean y Lee Hamilton, escribieron que la Comisión del 9/11 fue “establecida para que fallara”. El principal consejero, John Farmer Jr., escribió que el gobierno de los EE.UU. tomó “una decisión para no decir la verdad sobre lo qué sucedió”, y que las “grabaciones (de NORAD) nos dijeron una historia radicalmente diferente a la qué se nos había dicho a nosotros y al público”, dijo Kean, “Hasta este día no sabemos por qué NORAD nos dijo lo que nos dijo, solo sabemos que está lejos de la verdad”.
Un miembro de la Comisión de 9/11, el ex senador Max Cleland, respondió a las restricciones impuestas a la comisión por la Casa Blanca: “Si esta decisión se mantiene, yo, como miembro de la comisión, no podré mirar directamente a los ojos a ningún estadounidense, especialmente a los miembros de las familias de las víctimas, y decir que la comisión tuvo total acceso. Esta investigación está ahora cuestionada”. Cleland dimitió antes de que su integridad se viera comprometida.
Pero hay que dejar en claro, ni Cleland ni los miembros de la comisión sugirieron que el 9/11 fue un trabajo interno para avanzar una agenda de guerra. Sin embargo, ni el Congreso ni los medios se sorprendieron, al menos no hicieron ruido, del porqué el presidente Bush estuvo poco dispuesto a aparecer ante la comisión bajo juramento o sin Cheney, porqué el Pentágono y los funcionarios de la FAA mintieron a la comisión o, si no mintieron, porqué la comisión creyó que mintieron, o porqué la Casa Blanca se resistió por mucho tiempo para que alguna comisión sea formada, incluso una bajo su control.
Uno pensaría que si un puñado de árabes manejados logró superar no solamente a la CIA y el FBI, sino también a las 16 agencias de inteligencia de los EE.UU., a todas las agencias de inteligencia de nuestros aliados incluyendo al Mossad, al Consejo de la Seguridad Nacional, el Departamento del Estado, a NORAD, a la seguridad de los aeropuertos cuatro veces en una mañana, al control del tráfico aéreo, etc., el presidente, el Congreso, y los medios de comunicación deberían estar exigiendo saber cómo un acontecimiento tan improbable pudo ocurrir. En cambio, la Casa Blanca puso un muro de resistencia para descubrirlo, y el Congreso y los medios demostraron poco interés.
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ORGANIZACION POR LA VERDAD.
Durante la década que ha pasado, se han formado numerosas organizaciones por la Verdad del 9/11. Hay Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 9/11, Bomberos por la Verdad del 9/11, Pilotos por la Verdad del 9/11, Eruditos por la Verdad del 9/11, Recordando al Edificio 7.org, y un grupo de Nueva York que incluye a las familias del 9/11. Todos estos grupos han hechos llamados por una investigación verdadera.
David Ray Griffen ha escrito 10 libros cuidadosamente investigados documentando problemas con el relato del gobierno. Los científicos han precisado que el gobierno no tiene ninguna explicación por el acero fundido. El NIST fue forzado a admitir que el WTC 7 se derrumbó en caída libre, y un equipo científico liderado por un profesor de nano-química en la universidad de Copenhague ha reportado haber encontrado nano-termite en el polvo de los edificios.
Larry Silverstein, que tenía el arriendo de los edificios del World Trade Center, dijo en una emisión de PBS que se tomo una decisión “para jalar” (demoler) el WTC 7 en la tarde de 9/11. Los principales jefes de los bomberos han dicho que no se hizo ninguna investigación forense sobre la destrucción de los edificios y que la ausencia de la investigación era una violación de la ley.
Se han hecho algunos esfuerzos para explicar alguna de las evidencias que con contrarias al relato oficial, pero la mayor parte de las evidencias contrarias han sido simplemente ignoradas. Y el escepticismo de una gran cantidad de expertos bien informados no ha tenido ningún efecto en la posición del gobierno, con excepción de que miembros de la administración de Obama han infiltrado las organizaciones de la verdad de 9/11 para desacreditarlas.
La práctica ha sido calificar a los expertos no convencidos por el gobierno como “teóricos de la conspiración”. Pero por supuesto la propia teoría del gobierno es una teoría de la conspiración, incluso menos probable una vez que uno establece sus totales implicaciones en la falla de los servicios de inteligencia. Las implicaciones de las fallas son extraordinariamente enormes; aún así, a nadie se hizo responsable por estas fallas.
TEÓRICOS DE LA CONSPIRACIÓN
Por otra parte, ¿qué hicieron 1.500 Arquitectos e Ingenieros para ser etiquetados ridículamente como teóricos de la conspiración? Ciertamente ellos nunca recibirán otro contrato del gobierno, y seguramente muchos perdieron negocios como resultado de su postura “anti-Americana”. Sus competidores deben haber hecho tremendo escándalo sobre sus “dudas anti-patrióticas”. De hecho, mi recompensa por reportar cómo están los hechos una década después del acontecimiento, son correos electrónicos donde me dice que como yo odio tanto a Estados Unidos, yo debería mudarme a Cuba.
Los científicos tienen incluso menos incentivos para expresar cualquier duda, lo cual probablemente explique por qué no hay 1.500 físicos para 9/11 por la Verdad. Pocos físicos tienen carreras independientes de las concesiones o de los contratos del gobierno. Fue un profesor de física de una escuela secundaria que forzó al NIST a abandonar su relato de la caída libre del Edificio 7. El físico Stephen Jones, que fue el primero en reportar haber encontrado evidencias de explosivos, fue obligado a dejar su cargo en la Brigham Young University, que sin ninguna duda estuvo bajo presión del gobierno.
Podemos explicar las evidencias contrarias como coincidencias y errores y concluir que solamente el gobierno obtuvo la explicación correcta, pero es el mismo gobierno que lo hizo todo mal.
De hecho, el gobierno nunca ha explicado nada. El informe del NIST es simplemente una simulación de lo qué pudo haber causado que las torres cayeran, si las presunciones del NIST programadas en un modelo de computadora son correctas. Pero el NIST no provee ninguna evidencia de que sus presunciones sean correctas.
El Edificio 7 no fue mencionado en el Reporte de la Comisión 9/11, y muchos norteamericanos no son conscientes de que tres edificios fueron derrumbados el 9/11.
EL ENCUBRIMIENTO DEL GOBIERNO
SOBRE SU INCOMPETENCIA
Déjeme ser claro sobre mi punto. No estoy diciendo que un cierto grupo de operaciones encubiertas en la administración neoconservadora de Bush hizo saltar los edificios para avanzar la agenda neoconservadora de guerra en el Oriente Medio. Si hay evidencias de un encubrimiento, podría ser el encubrimiento del gobierno sobre su incompetencia y no de su complicidad en el acontecimiento. Incluso, si hay pruebas definitivas de la complicidad del gobierno, es incierto que los norteamericanos puedan aceptarlo. Los arquitectos, ingenieros, y los científicos viven en una comunidad basada en hechos, pero para la mayoría de la gente los hechos no son compatibles con las emociones.
No hay duda de que el 9/11 fue un acontecimiento determinante. Nos ha llevado a una década de guerras sin fin, a la destrucción de la constitución, y a un estado policial. El 22 de agosto Justin Raimondo reportó que él y su Web site, Antiwar.com, están siendo monitoreados por la Unidad de Análisis de Comunicación Electrónica del FBI, para determinarse si Antiwar.com es “una amenaza para la seguridad nacional” que trabaja “a nombre de una potencia extranjera”.
Francis A. Boyle, un profesor internacionalmente conocido y abogado de derecho internacional, ha reportado que cuando él rechazó una petición conjunta del FBI y la CIA para violar el privilegio de abogado/cliente y convertirse en un informador de sus clientes Árabe-Americanos, él fue colocado en la lista de observación de terroristas del gobierno de los EE.UU.
Boyle ha sido crítico sobre el acercamiento del gobierno de los EE.UU. hacia el mundo musulmán, pero Raimondo nunca ha hecho nada como para convertirse en un sospechoso del gobierno de los EE.UU. como cómplice del 9/11. Raimondo simplemente de opone a la guerra, y eso es suficiente para que el FBI concluya que él debe ser visto como una amenaza posible a la seguridad nacional.
El relato del gobierno de los EE.UU. sobre el 9/11 es la base de las guerras sin fin que están agotando los recursos de la nación y están destruyendo su reputación, y es la base del estado policial doméstico que, en última instancia, cierra toda la oposición a las guerras. Los norteamericanos están limitados a la historia del ataque musulmán terrorista del 9/11, porque es lo que justifica la matanza de poblaciones civiles en varios países musulmanes, y justifica un estado policial doméstico como el único medios de asegurarnos seguridad de los terroristas, que ya tienen su versión en los “extremistas domésticos” como por ejemplo los grupos ecologistas, defensores de los derechos de animales, y activistas pacifistas.
Los norteamericanos de hoy están inseguros, no debido a los terroristas y extremistas domésticos, sino porque han perdido sus libertades civiles y no tienen ninguna protección contra el poder sin responsabilidad del gobierno. Uno pensaría en cómo esto puede convertirse en un digno debate público y de audiencias en el Congreso.Mi punto es cuan no inquisitivas son la rama ejecutiva del gobierno, incluyendo a las agencias de seguridad, el Congreso, los medios, y gran parte de la población sobre un acontecimiento que ha definido nuestro tiempo.
Fuente original:
www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=26174
Traducción: A. Mondragón
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