miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL 75 POR CIENTO DEL GASTO PÚBLICO EN GRECIA ES ABSORBIDO POR PRESTACIONES SOCIALES Y SALARIOS.


Jueves 10 de Noviembre 2011

GRECIA: ARITMÉTICA Y POLÍTICA

Escribe
JORGE
GÓMEZ BARATA (*)
ARGENPRESS.info
9 de noviembre 2011
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(*) JORGE GOMEZ BARATA- Profesor, escritor, historiador, investigador y periodista cubano- Vive en La Habana- autor de numerosos estudios sobre EEUU.  Especializado en temas de política internacional. Colaborador habitual en los principales medios de prensa, latinoamericanos y extranjeros. Hadicho que “En todas las esferas del saber y de la práctica social, incluyendo la economía, la verdad es siempre sencilla, ...”
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Un zorro en un gallinero hubiera provocado menos aspavientos que el anuncio del Primer Ministro griego de convocar a un referéndum para que el pueblo y no él decidieran si aceptar o rechazar las condiciones impuestas para el salvataje. La precipitada marcha atrás de Yorgos Papandreu pudiera ser un papelazo o una elaborada maniobra. Pronto lo sabremos. Contra la consulta que jamás pasó de una intención pero que generó rápidas, enérgicas y atrevidas reacciones, se pronunció todo el espectro político, en primer lugar del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), el Partido Nueva Democracia, principal fuerza opositora y todos los integrantes del parlamento; en la reunión del G20 la intención tuvo el efecto de una granada.

Angela Merkel perdió la compostura e indicó a la administración griega: “Si van a hacerlo que sea rápido”. Papandreu no resistió la presión y, para no perderlo todo, negoció la propuesta a cambio del voto de confianza del parlamento y el respaldo de la oposición para formar una administración de coalición. De ese modo se allanó el camino para la renuncia del Primer Ministro y la constitución de un gobierno en el cual cohabitaran socialistas conservadores; cosa que es más fácil decir que de hacer.

 Tomando en cuenta que el Pasok conserva la mayoría parlamentaria, lo más probable es que el presidente Karolos Papulias encargue nuevamente a Papandreu la tarea de formar un gobierno, para lo cual habrá que realizar intensas y complejas negociaciones, en las que Antonis Samaras, líder del partido Nueva Democracia, presionará no sólo para obtener ventajas, sino para debilitar las posiciones del Pasok de cara a la eventual convocatoria de elecciones anticipadas.

Se trata en resumen de un proceso típico de los sistemas políticos basados en la competencia entre diversos partidos, los cuales son incapaces de deponer sus mezquinas aspiraciones de poder para hacer prevalecer los intereses de la nación y del estado en su conjunto. Ningún gobierno griego podrá obrar el milagro de sanear cuentas que aritméticamente no cuadran.

LAS CUENTAS GRIEGAS
En 2010 el Producto Interno Bruto griego, es decir todo lo que se produce en el país alcanzó los trescientos veintiún mil millones de euros, que no es poco para sus 11 millones de habitantes. Sin embargo debido a que los gastos del Estado superan en un 10 por ciento a los ingresos, se acumuló una deuda pública que alcanza los 310 000 millones. Para enfrentar esta virtual quiebra, Grecia ha negociado con el Fondo Monetario Internacional y con sus socios europeos un préstamo de ciento diez mil millones de euros, los cuales, según su cuenta de gastos e ingresos, jamás podrá pagar.

 Esa es la razón por la cual el gobierno, lo mismo sea socialista que conservador, no tiene otra alternativa que: reducir los gastos y aumentar los ingresos significativamente. El problema consiste en que: el 75 por ciento del gasto público en Grecia es absorbido por prestaciones sociales y salarios. Es decir, reducir el gasto significa disminuir prestaciones sociales, rebajar salarios y empleos públicos y aumentar los impuestos. Hacer algo así sin provocar descontento popular es imposible.

En Grecia, como también en España o Portugal, no se trata de política sino de aritmética. La política gasta dinero pero no lo produce. Los militares miran desde las gradas y pudieran sentirse tentados a intervenir para restablecer el orden. No sería la primera vez. Allá nos vemos.

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