Jueves
10 de Noviembre 2011
EL G20,
SÍMBOLO
DEL FRACASO DE UN SISTEMA
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Escribe
ERIC
TOUSSAINT (*)
Publicó:
ARGFENPRESS
Tradujo:
Griselda Piñero
9 Noviembre 2011
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(*) ÉRIC
TOUSSAINT doctor en
Ciencias Políticas de la Universidad de Liège –Bélgica- y de la Universidad
Paris VIII – Francia-, Presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo Miembro del Consejo Internacional
del Foro Social
Mundial desde su fundación en 2001,
miembro de la CAIC-Ecuador (Comisión presidencial de Auditoria Integral del
Crédito publico).
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ESTO
ESTA SACADO DE CONTEXTO. NOTA COMPLETA:
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Decididamente
es urgente optar por otra arquitectura internacional y democrática. También
conviene que las opciones sean anticapitalistas: rechazar la dictadura de los
acreedores, expropiar los bancos sin indemnizaciones y ponerlos bajo control
ciudadano, rechazar el pago de una deuda ilegítima, redistribuir, de forma
radical, la riqueza.
El G20
no tiene más legitimidad que su progenitor el G7 (Estados Unidos, Canadá,
Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Japón). Estos países lo crearon hace
tres años cuando comenzaban a estar minados por la crisis económica más
importante desde los años treinta del siglo pasado. El G20 fue un fracaso desde
el comienzo hasta el fin de su reunión del 3 y 4 de noviembre de 2011, en
Cannes (Francia). La crisis de la Unión Europea y de la zona euro es evidente y
está en el centro de todas las preocupaciones.
Y este
anuncio convulsionó una agenda del G20 minuciosamente preparada desde hacía
meses. De manera patética, todos los jefes de Estado y de gobierno y los
dirigentes empresariales se volvieron, de repente, dependientes de la capacidad
del tándem Sarkozy – Merkel de lograr que las autoridades griegas declararan,
antes del fin de la cumbre, que el referéndum no se celebraría. Si la
perspectiva de un referéndum se hubiera confirmado y si éste consistía en pedir
al pueblo griego su conformidad para la aplicación de los acuerdos de la cumbre
europea del 26 y 27 de octubre de 2011, se hubiera producido un desastre
bancario y financiero.
Es
evidente que Georges Papandreu, bajo la presión de las nuevas y durísimas
reacciones populares ocurridas durante la fiesta nacional del 28 de octubre y
frente a las críticas dentro de su propio partido, intentó ganar tiempo
torpemente, y asegurarse un voto de confianza en el parlamento. Ese cambio, de
alguien que desde hace 18 meses se burla de las reglas más elementales de la
democracia y reniega de sus compromisos electorales, no era motivado por la
voluntad de dar la palabra al pueblo
Desde
ahora en adelante, Italia será el próximo eslabón más débil de la zona euro con
una deuda soberana seis veces más importante que la de Grecia. El G20
constituye un fracaso terrible para el gobierno italiano. Silvio Berlusconi
tuvo que aceptar que su país sea sometido a un examen permanente por parte del
FMI. Al salir de la cumbre, Christine Lagarde, directora general del FMI,
declaró respecto al jefe de gobierno italiano: «Lo someteremos al test de la
realidad» y agregó a propósito de Italia «Enviaré cada tres meses un equipo
compuesto seguramente de 5 o 6 especialistas.» |2| Que un país miembro fundador
del G7 sea sometido a un tratamiento tan humillante muestra la profundidad del
fracaso de la zona euro y de la Unión Europea. No olvidemos que Mario Draghi,
el nuevo presidente del Banco Central Europeo, era hasta hace un mes el
director del Banco Central italiano, después de haber sido ministro del
gobierno Berlusconi. El BCE, que está en plena crisis, no tiene por lo tanto la
presidencia sólida que necesita para hacer frente a esta situación. El anuncio
realizado por Mario Draghi, ex miembro de Goldman Sachs, de la reducción del
0,25 % en el tipo director del BCE constituye una nueva concesión a los
banqueros con déficit de financiación a buen precio.
Otro
fracaso para la UE y la eurozona: al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera
todavía no le adjudicaron las nuevas competencias y el aumento de medios
previstos en la cumbre europea del 21 de julio de 2011. Los BRIC (Brasil,
Rusia, India y China) finalmente dijeron que no aportarían fondos al FESF.
Por
otro lado, parece que el FMI no va tan bien como su directora quisiera hacernos
creer: los 500.000 millones de……. prometidos al FMI por la cumbre del G20 de
2009, reunida en Londres, no se han visto confirmados. Y esto es consecuencia
del rechazo de los países del G7 a aceptar una exigencia de los BRIC. Éstos
deseaban que su ayuda al FMI, a la UE y a Estados Unidos se viera recompensada
por un aumento de su peso en las instituciones internacionales (FMI, Banco
Mundial, etc.)
.
Pedían un nuevo reparto de los derechos de voto y también
puestos de responsabilidad para lograr influir en estas instituciones. Salieron
perdiendo las dos partes: el G7 no consiguió convencer a los países emergentes
a aflojar su bolsa y a su vez éstos no obtuvieron un peso estructural en esas
instituciones conforme a su importancia económica y política.
El
abismo que separa la real politik y el discurso lleno de fanfarronadas respecto
a los abusos de los mercados es patente cuando se lee el siguiente trozo de la
declaración final: «No toleraremos una vuelta a los comportamientos observados
antes de la crisis en el sector financiero, y controlaremos estrechamente la
puesta en marcha de nuestros compromisos respecto a los bancos, a los mercados
OTC de derivados y a las prácticas remunerativas».
Especialmente
mortífera en los países del Sur y en particular en África, la crisis
alimentaria provocada principalmente por la especulación sobre los productos
agrícolas figuraba también en la agenda del G20 y su examen no dio pie a
ninguna medida. La declaración se contenta con afirmar que es necesario:
«atenuar los efectos de la volatilidad de los precios».
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LA NOTA
COMPLETA LA ENCUENTRA AQUÍ:
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