Viernes 9 de diciembre de 2011
EUROPA
PARA LOS EUROPEOS
Escribe
JORGE
GÓMEZ
BARATA (*)
Fuente: ARGENPRESS.info
7 diciembre
de 2011
.
(*)
JORGE GOMEZ BARATA- Profesor, escritor, historiador, investigador y periodista
cubano- Vive en La Habana- autor de numerosos estudios sobre EEUU. Especializado en temas de política
internacional. Colaborador habitual en los principales medios de prensa,
latinoamericanos y extranjeros. Hadicho que “En todas
las esferas del saber y de la práctica social, incluyendo la economía, la
verdad es siempre sencilla, ...”
.
Para
cubrir las diferencias entre lo cobrado y lo gastado, los gobiernos emitieron
obligaciones, (bonos), pidieron préstamos a la banca privada y a las
organizaciones crediticias internacionales y por ese camino llegaron a un punto
en el cual la noria de pedir para pagar dejó de funcionar y apareció la opción
de cesar los pagos.
Además
de no ser aceptable para los acreedores, la cesación de pagos no resuelve el
problema porque no se trata de no pagar, sino de ingresar más y gastar menos.
Por otra parte, debido a que semejante opción trastornaría a la economía
global, los países y organizaciones más solventes idearon las operaciones de
salvamento que no son otra cosa que nuevos préstamos que deberán ser pagados y
cobrados.
En los
países de economía liberal, en los cuales los estados no cuentan con medios de
producción, bancos, tierras ni capacidad jurídica para hacer negocios y en
donde el sector público de la economía genera más gastos que beneficios; la
única vía para incrementar los ingresos es el aumento de los impuestos, que es
la medida más impopular que gobierno alguno puede promover.
La otra
opción es limitar los costos mediante la reducción de la plantilla de empleados
públicos y la rebaja de los salarios, la disminución de los presupuestos
militares, cesar las obras públicas y reducir prestaciones sociales (pensiones,
seguridad y asistencia social, seguros de desempleo y otras contingencias y
subsidios). En todos los casos, las medidas que reducen el gasto público
incrementan el desempleo y deterioran las economías de familias y personas,
afectando sobre todo a los sectores más vulnerables.
Para
los europeos las reducciones significan la virtual renuncia al confort alcanzados
bajos los estados de bienestar que no fueron dadivas sino conquistas logradas
con trabajo y ahorro en largos procesos civilizatorios e intensas luchas
obreras y sociales.
Ante
los pueblos, las élites y los líderes se plantea la disyuntiva de que ninguno
puede salvarse si no se salvan los demás. Reflotar el sistema del que todos se
han beneficiado debería ser una tarea de todos, cosa que ninguna capa social
acepta. En el momento en que el sistema necesita más unidad y cohesión es
cuando se encuentra más desunido. Es la tragedia del capitalismo, que lleva
dentro los gérmenes de su destrucción.
¿Qué
hacer? Y ¿Qué es mejor? Son preguntas que requieren respuestas. Tal vez las
haya, quizás no. Allá nos vemos.
.
LA NOTA
EN SU ORIGEN y OTROS TEMAS:
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