AMERICAN
CURIOS
QUE SE
VA, Y SE VA,
Y NO SE HA IDO
Escribe
DAVID
BROOKS (*)
Fuente:
“La
Jornada” México
19
diciembre 2011
.
(*)
DAVID BROOKS
(Toronto, 11 de agosto de 1961), periodista canadiense-estadounidense
especializado en política. Columnista del New York Times y PBS, NYT entre otras Agencias..
Corresponsal en Estados Unidos de “La Jornada” de México. Entre varios otros
medios Autor del bestseller The Social Animal
.
El gobierno de Estados Unidos anunció el fin de la guerra en Irak esta semana, y
el domingo se informó que salió el último convoy de soldados estadunidenses
después de una invasión militar que duró más de ocho años, costó la vida de
casi 4 mil 500 militares estadunidenses y cientos de miles (nadie tiene la
cuenta exacta) de civiles iraquíes y costará billones de dólares. Pero tal vez
lo más notable es que aquí en las calles del país no hay celebración, ni
abrazos, ni lágrimas y nadie está cantando esa de Queen de Somos los campeones.
Algunos
dicen que no lo creen, que seguramente continuará la presencia estadunidense en
Irak por mucho más tiempo, otros señalan que ese es sólo un frente de una
guerra estadunidense a nivel mundial que continúa sin vistas a un fin en el
panorama, y otros más –especialmente veteranos de ese conflicto– afirman que el
anuncio no marca el fin de la guerra para ellos en sus vidas. Todos tienen
razón.
Primero,
el hecho es que el exitoso fin de la guerra proclamado por el comandante en
jefe Barack Obama deja un país en ruinas; éste es el regalo de Estados Unidos a
la cuna de la civilización. Pero Estados Unidos no se va, sino mantendrá lo que
es la embajada estadunidense más grande del mundo, con unos 16 mil empleados,
tal vez la mitad dedicados a seguridad, incluidos mercenarios, o lo que
prefieren llamar contratistas privados, casi todos ex militares. Mientras
tanto, en los países alrededor de Irak se mantendrán desplegados miles de
militares estadunidenses.
Y por
supuesto ahí se quedarán las empresas petroleras estadunidenses, como de otras
partes del mundo, para ayudar a desarrollar la cuarta reserva de petróleo más
grande del mundo.
...Fuimos tan amigos... la culpa la tuvo el maldito petroleo... |
A la
vez, aunque se declaró el fin de la guerra en Irak, las operaciones militares
estadunidenses continúan por varios puntos del planeta (obviamente incluida la
guerra más larga de la historia de este país en Afganistán) en lo que se podría
llamar la doctrina Obama, donde se libran acciones bélicas sin botas en el
terreno (o sea con el despliegue de tropas).
.
Ahora se emplean cada vez más
nuevas tecnologías como las aeronaves a control remoto (drones) que siguen
matando gente en lugares como Pakistán, Yemen y Somalia, o exclusivamente por
poder aéreo como en Libia, o también en misiones de fuerzas especiales con
órdenes para asesinar a cualquiera que el presidente determine es enemigo de
Estados Unidos, incluidos estadunidenses.
En el
frente doméstico, para los veteranos de ese conflicto que regresan a Estados
Unidos, el público aquí no ha preparado ninguna bienvenida de héroes (claro que
se armaron algunas celebraciones oficiales, pero mínimas). Más bien, llegan a
un país que no les puede ofrecer empleo y que está amenazando con quitarles sus
hogares por la llamada crisis hipotecaria. Los costos de las guerras en Irak y
Afganistán, que podrían ascender a más de 3 billones de dólares, según cálculos
de Joseph Stiglitz, derraman los recursos tan necesitados aquí para la
reconstrucción de este país tan devastado por la peor crisis económica desde la
gran depresión.
Además
de que decenas de miles de veteranos, tal vez más, tengan que intentar curar
las heridas físicas y sicológicas sufridas en esa guerra, llegan a otro país
que parece haber sido destruido en otro tipo de guerra. Un país en que, según
nuevas cifras del Censo divulgadas la semana pasada, uno de cada dos
estadunidenses se encuentra en la pobreza o con ingresos bajos que apenas los
mantienen sobre esa línea de pobreza.
Los
cientos de miles de veteranos de guerra son entre los más perjudicados por la
crisis económica en casa. El desempleo entre los veteranos militares mas
jóvenes (entre 20 y 24 años) llegó a un promedio de 30 por ciento, más que el
doble de los civiles de esa misma edad; los veteranos de entre 25 y 29 padecen
una tasa de desempleo de 21 por ciento, reportó el New York Times. La tasa de
desempleo nacional es de 8.6 por ciento. Más de 220 mil veteranos de las
guerras de Irak y Afganistán están sin trabajo.
Pero
también hay sorpresas. Uno de estos veteranos ahora enfrenta un juicio militar
por, según las acusaciones en su contra, revelar cómo Estados Unidos opera
tanto en las guerras declaradas como en las pugnas diplomáticas, y otras cosas
que el gobierno prefiere que el mundo no se entere.
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El soldado Bradley Manning, después de 19 meses de detención, a veces en condiciones que algunos denuncian como tortura, inició su proceso judicial. Los documentos que el gobierno dice que filtró dieron la vuelta al mundo al ser difundidos por Wikileaks y utilizados por movimientos en países árabes, en America Latina y otros, para confirmar la corrupción y las maniobras ocultas de los gobiernos que todos ya sospechaban.
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El soldado Bradley Manning, después de 19 meses de detención, a veces en condiciones que algunos denuncian como tortura, inició su proceso judicial. Los documentos que el gobierno dice que filtró dieron la vuelta al mundo al ser difundidos por Wikileaks y utilizados por movimientos en países árabes, en America Latina y otros, para confirmar la corrupción y las maniobras ocultas de los gobiernos que todos ya sospechaban.
Por eso
el cineasta Michael Moore afirma que cuando le preguntan sobre quién inició el
movimiento Ocupa Wall Street, responde que por un lado los grandes bancos, pero
por otro afirma que fue Manning. “El Internet tomó el regalo de Manning y lo
difundió a través de Túnez… y la primavera árabe que eventualmente llevó al
Parque Zuccotti tiene a un soldado joven y gay en el ejército de Estados Unidos
a quién agradecer”, escribió recientemente.
Moore,
como todos los defensores de Manning, afirma que los pueblos tienen derecho a
saber qué se está haciendo en su nombre. Si alguien debería de estar enjuiciado
o en la cárcel militar ahora mismo, deberían ser aquellos que mintieron a la
nación para iniciar esta guerra, y que al hacerlo enviaron a casi 4 mil 500
estadunidenses y cientos de miles de iraquíes a la muerte. Pero no es Bush ni
Rumsfeld o Cheney o Wolfowitz los que están en la cárcel esta noche. Es el
héroe que los desenmascaró. Es Bradley Manning quien ha perdido su libertad y,
eso, a la vez, es sólo un crimen más que se comete en nuestro nombre.
Con
razón pocos celebran el supuesto fin de una guerra que fue librada con mentiras
y acaba con por lo menos dos países en desastre (Irak y Estados Unidos). Pero
tal vez también de este mismo desastre nazca una nueva esperanza.
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