Jueves
12 de enero de 2012
NO HAY VUELTA ATRÁS
Sobre
opiniones de
JOSEPH
STIGLITZ (*)
Escribe
GUMERSINDO
RUIZ
“diariodesevilla.es”
10 de
enero de 2012
.
(*) JOSEPH EUGENE STIGLITZ (1943) es un
economista estadounidense. Ha
recibido la Medalla John Bates Clark (1979) y el Premio Nobel de Economía
(2001). Es conocido por su visión crítica de la globalización, de los
economistas de libre mercado (a quienes llama "fundamentalistas de libre
mercado") y de algunas de las instituciones internacionales de crédito
como el FMI y el BM En 2000 Stiglitz fundó la Iniciativa para el diálogo
político, un centro de estudios (think tank) de desarrollo internacional con
base en la Universidad de Columbia (EE. UU.). Considerado generalmente como un
economista neokeynesiano, Stiglitz es el economista más citado en el mundo. Su
último éxito de venta: “Caída libre”: Estados Unidos, el libre mercado y el
hundimiento de la economía mundial
.
No es
casual que Joseph Stiglitz, el premio Nobel de Economía, haya escogido las
páginas de la revista Vanity Fair en su edición norteamericana, fuera de todos
los circuitos profesionales, para desarrollar una idea demoledora en relación
al problema del paro. Porque el paro -sostiene- no es consecuencia de la crisis
financiera, ni de la mayor o menor flexibilidad en los mercados de trabajo,
sino de una fuerte transformación tecnológica donde los aumentos de
productividad suponen menores necesidades de mano de obra.
Por
otra parte, la internacionalización de la producción hace que el empleo se cree
en aquellas zonas fuertemente integradas en el comercio exterior, en sectores e
industrias en las que se dispone o bien de ventaja tecnológica, o de una mano
de obra barata y condiciones de vida con estándares muy bajos. Sencillamente,
donde hay paro es porque no hay empresas con capacidad para generar empleo
suficiente, contando con la población activa del país y unas condiciones que no
se van a modificar a corto plazo.
Subir
impuestos y recortar gastos es lo más sencillo del mundo; ni siquiera hacen
falta personas para hacerlo, un programa experto al que se le proporcionen
parámetros sobre lo que se quiere, podría generar autorizaciones y límites
automáticos de gastos, y adaptar los impuestos a un presupuesto con un año de
anticipación, según un escenario previsto. Lo difícil es crear empleo, y
hacerlo ya.
Para
ello hay que saber qué medidas inciden directamente y a corto plazo sobre el
empleo. Porque aunque quitar rigidez a la forma en que se trabaja es
imprescindible, nadie garantiza que las empresas van a crear empleo de manera
significativa cuando la demanda de consumo no va a repuntar, y las expectativas
que se están creando no pueden ser peores.
Ni en
España ni en Andalucía podemos recuperar la economía del pasado, porque la
forma en que producíamos no permite hoy la creación de empleo. El Ministro de
Economía, Luis de Guindos, lo acaba de decir en su entrevista al Financial
Times: "Ningún país, ni incluso los que han tenido que ser apoyados, han
sufrido un deterioro tan grande del mercado de trabajo como España. Sí, tiene
mucho que ver con la construcción… pero también con la capacidad de las
empresas para adaptarse a las condiciones".
En
efecto, el auge y caída del sector de la construcción, con todo lo que implica
para las entidades financieras, se parece mucho a los cambios que se dieron en
el paso de la agricultura a la industria y de ésta a los servicios, con
espirales negativas de precios, producción, empleo, demanda, y crisis
financieras. Por eso no se trata ahora de volver donde estábamos antes -lo que
ingenuamente llaman muchos "salir de la crisis"-, sino de ver cómo
podemos crear una nueva economía para el futuro partiendo de un presente tan
difícil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario