Sabado
28 de enero de 2012
GEOPOLÍTICA
DEL PETRÓLEO
Escribe
JORGE
GÓMEZ
BARATA (*)
Fuente:
ARGENPRESS.info
27 de enero
de 2012
.
(*)
JORGE GÓMEZ BARATA- Profesor, escritor, historiador, investigador y periodista
cubano- Vive en La Habana- autor de numerosos estudios sobre EEUU. Especializado en temas de política
internacional. Colaborador habitual en los principales medios de prensa,
latinoamericanos y extranjeros. Hadicho que “En todas
las esferas del saber y de la práctica social, incluyendo la economía, la
verdad es siempre sencilla, ...”
.
Colón
no descubrió a América ni los norteamericanos el petróleo, pero uno incorporó
al Nuevo Mundo a las corrientes civilizatorias occidentales y los otros
hicieron del combustible la base de la prosperidad del capitalismo.
En 1859
los norteamericanos perforaron con éxito los primeros pozos con fines
comerciales, rápidamente inventaron los métodos para refinarlo e introdujeron
masivamente el automóvil, base de una civilización consumidora de hidrocarburos
en una escala jamás imaginada. Ningún producto ha influido tanto en el progreso
de la humanidad y ninguno podría acarrearle desgracias mayores.
La base
del milagro económico norteamericano fue ensamblar el dinamismo propiciado por
el liberalismo económico practicado en un territorio inmenso,
extraordinariamente rico y abierto a la emigración, con una fuente de energía
abundante y barata que propició una larga era de prosperidad económica. Durante
más de un siglo Estados Unidos sostuvo su economía y su desarrollo, incluso su
condición de imperio sobre la base del petróleo del que durante más de 100 años
fue el primer productor y exportador.
El
petróleo sin embargo se ha convertido en el Talón de Aquiles de los Estados
Unidos que posee todas las armas…excepto una: el petróleo. El 40 por ciento de
la energía y casi el 100 por ciento del combustible que utilizan los
norteamericanos son importados.
Según
algunos autores la decadencia de Estados Unidos comenzó cuando en 1973, la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), formada por 13 países
del Tercer Mundo, siete de ellos árabes y algunos minúsculos, los desafiaron,
imponiendo a todo occidente un embargo y estableciendo sus precios y sus
condiciones. Desde entonces el petróleo es uno de los ejes de la geopolítica
mundial.
Actualmente
el 60 por ciento de las reservas mundiales de petróleo se concentran en los
países del golfo Pérsico, proporción que crece constantemente no sólo porque en
esa región se perforan nuevos pozos sino porque las de otros países se consumen
rápidamente. En 1950 Estados Unidos producía todo el petróleo que necesitaba y
era el primer exportador mundial; hoy produce menos del 30 por ciento del que
necesita y su dependencia en lugar de disminuir aumenta.
El
petróleo es vital no sólo para mantener en funcionamiento la gigantesca
economía norteamericana sino para las operaciones de su descomunal maquinaria
militar que consume alrededor de 500 millones de barriles anuales. Si el
Pentágono fuera un país, por consumo de petróleo ocuparía el lugar 35 entre
doscientos. Las élites imperiales conocen los datos y no ignoran que si el
estrecho de Ormuz se cerrara y Venezuela, México y Nigeria dejaran de
suministrarle petróleo, su economía colapsaría y su fuerza militar sería un
montón de chatarra.
La mala
noticia es que los imperios se comportan como tales. Para Estados Unidos que, a
pesar de las crisis y otros síntomas de decadencia, está todavía muy lejos de
un punto crítico es más viable y rentable controlar las reservas de petróleo
existentes que gastar en prospecciones extremadamente caras o en inversiones en
fuentes alternativas que, en cualquier caso pueden realizarse sin prisa. A
pesar de los precios exuberantes, en adquirir petróleo, Norteamérica gasta
alrededor del 10 por ciento de su PIB; el problema no es económico, es de
seguridad.
De ahí
la estrategia norteamericana vigente desde la década de los setenta cuando a
los riesgos de la Guerra Fría se sumó el embargo petrolero de la OPEP, la
audacia expansionista de la Unión Soviética que invadió a Afganistán y el
derrocamiento del Sha en Irán que llevó al poder a un movimiento islámico
radical con el cual hasta hoy no ha podido lidiar y ante lo cual en 1980, el
presidente James Carter esbozó una doctrina según la cual: “Cualquier amenaza
al acceso de Estados Unidos al petróleo del Medio Oriente enfrentará la
resistencia por cualquier medio, incluidos los militares…”
Una
peculiaridad del petróleo es que más del 70 por ciento de las reservas probadas
se encuentran en los países musulmanes del golfo Pérsico, ubicados en el Medio
Oriente, la más conflictiva de las regiones del mundo, el lugar donde desde
hace 60 años no cesa el peligro de guerra, un escenario en el cual los
conflictos locales inevitablemente adquieren relevancia global y donde la
existencia de Israel coloca a todos los países en ruta de colisión con Estados
Unidos.
Actualmente
no existe ningún asunto estratégico que para Estados Unidos tenga una prioridad
mayor que el petróleo, tanto que está a punto de conducirlo a su aventura
militar más grande y complicada desde la Guerra de Corea.
La
geopolítica del petróleo tiene dos ramas: una la que se realiza por medios
pacíficos y otra que presenta fuertes componentes militares. Luego les cuento.
Allá nos vemos.
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