Jueves
26 de enero de 2012
ORMUZ:
¿PASO INOCENTE?
Escribe
JORGE
GÓMEZ
BARATA (*)
Fuente:
ARGENPRESS.info
25 de
enero de2012
.
(*)
JORGE GÓMEZ BARATA- Profesor, escritor, historiador, investigador y periodista
cubano- Vive en La Habana- autor de numerosos estudios sobre EEUU. Especializado en temas de política
internacional. Colaborador habitual en los principales medios de prensa,
latinoamericanos y extranjeros. Hadicho que “En todas
las esferas del saber y de la práctica social, incluyendo la economía, la
verdad es siempre sencilla, ...”
Muchas
personas ignoran que todo el petróleo que se produce en el golfo Pérsico, casi
la mitad del que consume el mundo, antes de llegar a Europa, Estados Unidos y
Asia, pasa por aguas territoriales de Irán, cosa que hacen también los
portaaviones y otras naves de guerra de los Estados Unidos.
El
acuerdo de la Unión Europea (27 países) de suspender las compras de petróleo a
Irán (medio millón de barriles diarios) unido a las sanciones adoptadas con
anterioridad, colocan a la economía iraní contra las cuerdas. Por su parte
Teherán reitera su advertencia que, de consumarse el embargo, cerraría el
estrecho de Ormuz: la cuenta regresiva ha comenzado, aunque el plazo hasta
julio ofrece un compás de espera y da un chance a la paz.
Aunque
pequeño, el Golfo Pérsico es un mar interior sobre el cual ejercen soberanía
ocho estados. Lo particular es que los países ribereños poseen el 60 por ciento
de las reservas mundiales de petróleo. En cuanto al estrecho de Ormuz de entre
50 y 80 kilometro de ancho, la situación es todavía más clara, debido a que en
el mismo existen cuatro islas bajo soberanía iraní y entre las cuales transitan
los buques. Bajo ningún criterio estos espacios pudieran considerarse como
aguas internacionales.
La
Convención sobre Derechos del Mar de 1982, el documento de mayor consenso
internacional después de la Carta de la ONU, es resultado de la experiencia
secular, de las necesidades del desarrollo y producto de más de una década de
complejas y difíciles negociaciones.
A
partir del siglo XVIII, los estados comenzaron a ejercer soberanía y a
codificar sus derechos sobre el mar adyacente a sus costas, adoptándose las
tres millas náuticas (el alcance de una bala de cañón) como aguas
territoriales. A principios del siglo XX, como parte de los debates para la
constitución de la Sociedad de Naciones se aceptó la extensión a 12 millas.
En
1945, unilateralmente, el presidente norteamericano Harry Truman declaró que
Estados Unidos asumía la soberanía y el control de las aguas y los fondos
marinos en toda la plataforma continental próxima a sus costas, incluyendo
zonas contiguas de alta mar. La respuesta latinoamericana no se hizo esperar:
México, Argentina, Chile, Perú, los países de Centroamérica y más tarde los del
Caribe se pronunciaron en el mismo sentido. En aquel contexto surgió la tesis
de 200 millas de “zona económica exclusiva”.
La
reivindicación, en muchos casos inviable por la proximidad de los Estados y por
la existencia de espacios marítimos compartidos, hizo necesaria una legislación
global e integral. En junio de 1952 fue presentado un Proyecto de Convención
sobre el Mar Territorial y Cuestiones Afines y en 1982, se adoptó la Convención
de Naciones Unidas sobre Derechos del Mar, que a los conceptos tradicionales de
“libertad de los mares” y “mar territorial” sumó el de “Zona Económica
Exclusiva” (200 millas). La Convención contiene un acápite dedicado
exclusivamente a los “estrechos”.
Desde
la década de los años cincuenta del siglo XX, en el marco de Naciones Unidas se
legisló sobre la cuestión de los estrechos, especialmente de aquellos que
forman parte de aguas territoriales de uno o varios estados que ejercen
soberanía sobre ellos. Para este caso se adoptó la regla que permite el “paso
inocente”. Según lo acordado: “El transito es inocente cuando no perjudica la
paz, la seguridad y el orden de los estados ribereños”.
En los
debates de la Convención de 1982, con los ajustes relativos a las 12 y las 200
millas, se trató la cuestión del paso de los buques militares por los
estrechos, tema que no fue resuelto porque una conferencia internacional de
civiles no ofrecía el marco apropiado para tales fines. No obstante se llegó al
entendido de aplicar a las naves militares las reglas relativas al “paso
inocente”.
La
Convención faculta a los estados ribereños que ejercen soberanía sobre los
estrechos para impedir todo paso “no inocente” De acuerdo a ese concepto Irán
tiene derecho a impedir el paso de buques militares hostiles por sus aguas
territoriales.
COMO CERRAR UN ESTRECHO
Un
estrecho que forme parte de aguas territoriales de algún Estado puede cerrarse
de tres maneras: (1) Temporalmente y por razones justificadas estableciendo una
“zona de de exclusión marítima” (2) Por la fuerza mediante una presencia
militar activa y disuasoria, (3) de modo físico tal como hizo Egipto cuando en
1956 hundió 40 barcos en el canal de Suez. En cualquier caso se trata de
operaciones complejas y de alto riesgo.
En el
caso del golfo Pérsico, cualquier país ribereño que favorezca la clausura del
paso se aislaría él mismo. Cerrar el estrecho de Ormuz, no sólo es una medida
de impacto global sino una opción ruinosa para los implicados, incluso para
Irán que, aun cuando deje de vender petróleo a Europa, pudiera hacerlo a otros
países para lo cual necesita el paso expedito; además por sus terminales en el
golfo, se importa gasolina y otros derivados.En la
medida en que la situación se hace más tensa se definen mejor los contornos de
la maniobra norteamericana encaminada a:
-
Estrangular económicamente a Irán y llevarlo a una situación insostenible.
Aislamiento político casi absoluto tanto respecto a relaciones bilaterales como
en organismos multilaterales y una permanente provocación militar en áreas del
golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz, el mar Arábigo y el océano Índico, que
incluyen la presencia de portaaviones, destructores y submarinos.
Tal vez
no existan áreas con mayores meritos para ser declaradas “Patrimonio de la
Humanidad” como el golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, vitales para los
pueblos que viven en sus riberas y para la economía mundial. Esa Humanidad es
posible, mas por ahora no existe. Allá nos vemos.
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