Miércoles
22 de febrero de 2012
LA
TIERRA, EL AGUA Y LA RESISTENCIA
Escribe
RAÚL
ZIBECHI (*)
Fuente:
“La Jornada” MX.
21 de
febrero de 2012
.
(*) RAÚL
ZIBECHI (1952. Montevideo) escritor y pensador-activista uruguayo, dedicado
al trabajo con movimientos sociales en América Latina.Entre 1969/73 milito en. En la Dictadura exiliado en España desde
1976. Como periodista e investigador-militante ha recorrdio casi todos los
países de América Latina. con especial énfasis en la región andina. En este
sentido, buena parte de su trabajo consiste en mostrar la existencia de
relaciones sociales no capitalistas entre los oprimidos, pero también a visibilizar
cómo los movimientos son portadores de un mundo nuevo, a diferencia de la
concepción clásica que los considera como meros medios para luchar por la
conquista del poder político estatal. Habitual colaborador en medios del
continente. Autor de unos diez libros (Wikipedia)
.
Lo que
está sucediendo en América Latina en relación con los bienes comunes (agua,
tierra, biodiversidad) es algo más que una sucesión de conflictos locales. Por
momentos la intensidad de los enfrentamientos da la impresión de que marchamos
hacia una conflagración general, que por ahora tiene expresiones locales y
regionales, pero que se repiten en casi todos los países.
La Gran
marcha nacional del agua, que comenzó el primero de febrero en Cajamarca, es la
respuesta de los movimientos populares a la represión y al estado de excepción
en tres provincias por parte del gobierno de Ollanta Humala, ante la huelga de
11 días en Cajamarca contra el proyecto minero Conga. La caravana llegará este
viernes a Lima para frenar el uso de productos contaminantes como el mercurio y
declarar el agua como derecho humano.
Conga
es un proyecto de la Minera Yanacocha, la primera en extracción de oro en
América del Sur, que prevé invertir casi 5 mil millones de dólares y drenar
cuatro lagunas, dos para extraer oro y otras dos para almacenar desechos. Las
actividades en Conga están paralizadas desde la huelga de noviembre. Lo más
importante es que el movimiento ha conseguido trascender lo local para
convertirse en la confluencia de las más importantes organizaciones sociales
para una gran acción de carácter nacional.
En el
norte de Argentina se reactivó la resistencia a la minería. En enero se
produjeron masivas movilizaciones impulsadas por las asambleas ciudadanas, en
La Rioja, Catamarca y Tucumán, contra los proyectos mineros Famatina y Bajo La
Alumbrera. En La Rioja la movilización popular forzó al jefe comunal de la
capital provincial a pronunciarse contra la megaminería, aunque está alineado
con el gobierno nacional.
En
Catamarca el bloqueo a los camiones que se dirigen a Bajo La Alumbrera llevó a
la empresa a licenciar al personal y detener la explotación por la falta de
insumos y provisiones en la mina. Hace más de tres semanas que los militantes
de la Asamblea de Ciudadanos en Defensa de la Vida y el Agua bloquean el
tránsito de camiones que pertenecen a la empresa minera y que circulan por
Tinogasta, Belén y Santa María.
Uno de
los conflictos menos visibles pero con gran potencial desestabilizador es el
que se está registrando en Paraguay entre campesinos y colonos de origen
brasileño, conocidos popularmente como brasiguayos. Se estima que hay 8
millones de hectáreas, 20 por ciento de la superficie del país, adjudicadas
ilegalmente, sobre todo bajo la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Una
parte importante fueron entregadas a colonos provenientes de Brasil, en hasta
un dólar la hectárea en la zona fronteriza.
Ahora
son grandes productores de soya que sacan su producción por Brasil sin pagar
siquiera impuestos. Tranquilo Favero, el rey de la soya, posee 45 mil hectáreas
de tierras de alta calidad en las que cosecha hasta 130 mil toneladas cada año,
que le rinden unos 50 millones de dólares, en la zona de Ñacunday, Alto Paraná.
Esta es la región más caliente del conflicto actual, en la que se enfrentan sin
tierra y terratenientes, pero en la que están también involucrados los
gobiernos de Fernando Lugo y Dilma Rousseff.
En 2011
se conformó la Coordinadora Nacional de Lucha por la Recuperación de Tierras
Malhabidas –en la que participan más de 20 organizaciones campesinas, sociales
y partidos de izquierda–, que realizó su primera marcha el 25 de octubre
pasado. Los dirigentes sostienen que la recuperación de esas tierras podrían
favorecer a 400 mil campesinos.
La
cuestión de la tierra es uno de los temas más delicados en Paraguay, por la
larga historia de corrupción, abusos y represión que forzaron el despojo de los
campesinos. Lugo llegó al gobierno en gran medida por su estrecha relación con
la lucha por la reforma agraria cuando era obispo. Bajo su gobierno no se
avanzó en la reforma agraria, pero en los últimos meses los campesinos
agrupados en la Liga Nacional de Carperos (porque acampan en carpas) están
ocupando tierras de brasiguayos.
La liga
nació dos años atrás ante la inacción del movimiento campesino en la lucha por
la tierra, pero la coordinadora en un reciente comunicado estima que sus
acciones forman parte de una estrategia desestabilizadora contra el gobierno de
Lugo y que en su interior está primando la influencia de provocadores que
objetivamente perjudican la histórica lucha por la tierra y la reforma agraria.
Vea el lector proporción de las dos personas con el tamaño de la maquina excavadora.Con esto desaparece un cerro en unas horas... |
En el
complejo panorama de los movimientos paraguayos, no conviene simplificar. La
lucha de los carperos es legítima pero todo indica que junto a una nueva camada
de dirigentes populares se puede percibir la influencia de políticos
tradicionales de la derecha, ya sea colorados o liberales, éstos aliados de
Lugo, y oportunistas que nunca faltan. Sin embargo, también es cierto que los
movimientos históricos, que integran la coordinadora, priorizan las
negociaciones en vez de la presión desde abajo por la reforma agraria, y se
muestran muy preocupados por la sucesión presidencial en las elecciones de
2013.
La
lucha por los bienes comunes está en el primer lugar de la agenda en toda la
región. Es posible, como señala un dirigente sindical de Chilecito, que las
multinacionales mineras estén sufriendo una una derrota catastrófica en el
norte de Argentina. Grupos pequeños como las asambleas ciudadanas, en lugares
remotos de la cordillera, han logrado frenar gigantescas empresas que gozaron
de todo el apoyo estatal. Es mucho. Es el producto del tesón, que en algún
momento rinde frutos.
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