Martes
6 de marzo de 2012
MIRAR
ATRÁS
PARA
QUE LA INJUSTICIA
NO REPITA
NO REPITA
Escribe
MANUEL
E. YEPE (*)
Especial
para
ARGENPRESS.Info)
5 de
febrero de 2012
.
(*) MANUEL E. YEPES- periodista y analista cubano. Redactor
y corresponsal en Prensa Latina, especializado en temas de política
internacional. Tiene amplia participación en medios de prensa escrita y
digital, en todo el continente latinoamericano. Se le refiere cubriendo
importantes sucesos internacionales.
.
Elliott
Abrams, un ex funcionario de alto nivel del Departamento de Estado en
Washington durante la década de 1980, testificó a fines de enero último que la
administración Reagan conocía que la Junta militar de Argentina, robaba
sistemáticamente bebés de los opositores asesinados y encarcelados, para
dárselos a familias de derecha incondicionales al régimen.
Así lo
revela un artículo titulado Elliott Abrams’ Dark History in Latin America, de
Cyril Mychalejko, editor de la publicación digital UpsideDownWorld.org
originada en Vermont, Estados Unidos.
Dijo
Abrams que, en reunión que sostuvo con el Embajador en Washington de la Junta
Militar argentina en diciembre de 1982, él le sugirió al diplomático que la
dictadura podría "mejorar su imagen" promoviendo un proceso conjunto
con la Iglesia Católica para la devolución de los niños a sus legítimas
familias.
El
contenido de esa reunión quedó registrado en memorándum escrito por Abrams que
fue desclasificado por el Departamento de Estado en 2002 y es ahora pieza clave
de evidencia contra varios funcionarios de la entonces gobernante junta militar
argentina.
Elliott Abrams |
"Los
desaparecidos morían y los niños que les sobrevivían se volvían un problema humanitario
más grave aún”, dijo Abrams en su mensaje testimonial transmitido en forma de
videoconferencia a un tribunal federal en Buenos Aires.
Ello no
impidió que el Departamento de Estado certificara que la situación de los
derechos humanos en el país sudamericano “mejoraba”.
Las
relaciones de Abrams y la administración Reagan con la junta militar argentina
no eran antagónicas ni críticas sino muy cordiales- dice el artículo. Incluso,
en 1978, Ronald Reagan, antes de ser elegido presidente, envió un escrito suyo
al diario The Miami News condenando las críticas formuladas por el presidente
Jimmy Carter por las violaciones de los derechos humanos que se estaban
registrando en Argentina. Reagan argumentaba que la junta militar había sido
"establecida para restablecer el orden" y que se hacía demasiado aspaviento
por el encarcelamiento de “unos cuantos inocentes".
Uno de
los primeros actos de Reagan como Presidente fue anular las restricciones a la
ayuda militar a Argentina dispuestas por Carter como sanción por la situación
de los derechos humanos bajo el régimen militar. El gobierno de Ronald Reagan
financió a los escuadrones de la muerte argentinos que entrenaban en Honduras a
la Contra nicaragüense y a los paramilitares hondureños.
Pero
Argentina no fue el único país latinoamericano que sufrió las atrocidades de
Abrams. El artículo recuerda sus vínculos con el general Efraín Ríos Montt
quien, habiendo sido capacitado en la Escuela de las Américas, gobernó
Guatemala como estrecho aliado de Washington en 1982-83 tras asumir el poder
mediante un golpe militar y es considerado responsable de 1.771 muertes, 1.400
violaciones de los derechos humanos y el desalojo de 29.000 indígenas ocurridos
durante su tiranía.
Sostiene
el artículo que en diciembre de 1982, Reagan viajó a Guatemala para elogiar al
dictador Ríos Montt por sus esfuerzos y dedicación a la democracia y la
justicia social. Pocos días después de la visita de Reagan fueron masacrados
por los militares 251 hombres, mujeres y niños en la localidad de Las Dos
Erres.
Según
Mychalejko, los medios de prensa estadounidenses desaprovechan una excelente
oportunidad de utilizar el caso de Abrams como base de estudio y reflexión
acerca de la cruel y cruenta historia de los Estados Unidos en el hemisferio.
Es
debido a esta ignorancia voluntaria y la institucionalizada impunidad de sus
diplomáticos que Abrams ha podido resurgir en Washington como miembro del
Consejo de Seguridad Nacional del Presidente George W. Bush y ahora como asesor
informal del Presidente Barack Obama.
En 2009,
respondiendo a una pregunta acerca de si él se disculparía por el papel de la
CIA en el golpe de estado de 1973 en Chile, Obama dijo que le interesaba ir
hacia adelante sin mirar hacia atrás. No obstante, para que la historia no se
repita, el Presidente y los ciudadanos de Estados Unidos debían reflexionar
sobre estos asuntos y mirar hacia atrás en la historia para que la justicia
pueda avanzar hacia adelante, concluye el análisis de Cyril Mychalejko.
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