lunes, 5 de marzo de 2012

LAS RELACIONES DE ABRAMS Y CON LA JUNTA MILITAR ARGENTINA NO ERAN ANTAGÓNICAS NI CRÍTICAS SINO MUY CORDIALES


Martes 6 de marzo de 2012

MIRAR ATRÁS
PARA QUE LA INJUSTICIA 
NO REPITA

Escribe
MANUEL E. YEPE (*)
Especial para
ARGENPRESS.Info)
5 de febrero de 2012
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(*) MANUEL E. YEPES- periodista y analista cubano. Redactor y corresponsal en Prensa Latina, especializado en temas de política internacional. Tiene amplia participación en medios de prensa escrita y digital, en todo el continente latinoamericano. Se le refiere cubriendo importantes sucesos internacionales.
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Elliott Abrams, un ex funcionario de alto nivel del Departamento de Estado en Washington durante la década de 1980, testificó a fines de enero último que la administración Reagan conocía que la Junta militar de Argentina, robaba sistemáticamente bebés de los opositores asesinados y encarcelados, para dárselos a familias de derecha incondicionales al régimen.

Así lo revela un artículo titulado Elliott Abrams’ Dark History in Latin America, de Cyril Mychalejko, editor de la publicación digital UpsideDownWorld.org originada en Vermont, Estados Unidos.

Dijo Abrams que, en reunión que sostuvo con el Embajador en Washington de la Junta Militar argentina en diciembre de 1982, él le sugirió al diplomático que la dictadura podría "mejorar su imagen" promoviendo un proceso conjunto con la Iglesia Católica para la devolución de los niños a sus legítimas familias.

El contenido de esa reunión quedó registrado en memorándum escrito por Abrams que fue desclasificado por el Departamento de Estado en 2002 y es ahora pieza clave de evidencia contra varios funcionarios de la entonces gobernante junta militar argentina.
Elliott Abrams

"Los desaparecidos morían y los niños que les sobrevivían se volvían un problema humanitario más grave aún”, dijo Abrams en su mensaje testimonial transmitido en forma de videoconferencia a un tribunal federal en Buenos Aires.

Ello no impidió que el Departamento de Estado certificara que la situación de los derechos humanos en el país sudamericano “mejoraba”.

Las relaciones de Abrams y la administración Reagan con la junta militar argentina no eran antagónicas ni críticas sino muy cordiales- dice el artículo. Incluso, en 1978, Ronald Reagan, antes de ser elegido presidente, envió un escrito suyo al diario The Miami News condenando las críticas formuladas por el presidente Jimmy Carter por las violaciones de los derechos humanos que se estaban registrando en Argentina. Reagan argumentaba que la junta militar había sido "establecida para restablecer el orden" y que se hacía demasiado aspaviento por el encarcelamiento de “unos cuantos inocentes".

Uno de los primeros actos de Reagan como Presidente fue anular las restricciones a la ayuda militar a Argentina dispuestas por Carter como sanción por la situación de los derechos humanos bajo el régimen militar. El gobierno de Ronald Reagan financió a los escuadrones de la muerte argentinos que entrenaban en Honduras a la Contra nicaragüense y a los paramilitares hondureños.

Pero Argentina no fue el único país latinoamericano que sufrió las atrocidades de Abrams. El artículo recuerda sus vínculos con el general Efraín Ríos Montt quien, habiendo sido capacitado en la Escuela de las Américas, gobernó Guatemala como estrecho aliado de Washington en 1982-83 tras asumir el poder mediante un golpe militar y es considerado responsable de 1.771 muertes, 1.400 violaciones de los derechos humanos y el desalojo de 29.000 indígenas ocurridos durante su tiranía.

Sostiene el artículo que en diciembre de 1982, Reagan viajó a Guatemala para elogiar al dictador Ríos Montt por sus esfuerzos y dedicación a la democracia y la justicia social. Pocos días después de la visita de Reagan fueron masacrados por los militares 251 hombres, mujeres y niños en la localidad de Las Dos Erres.

 Reagan, asistido por Abrams, patrocinó y encubrió múltiples violaciones de los derechos humanos en El Salvador, donde una guerra civil de 12 años dejó unas 70.000 muertes, 90 por ciento de las cuales consideradas responsabilidad del gobierno respaldado por Reagan y los paramilitares. En 1993, cuando el Congreso planeaba investigar el papel de la administración Reagan en abusos de los derechos humanos en El Salvador, Abrams calificó de “logro fabuloso” la actuación de ese gobierno y conceptuó la acusación de "reprobable carga macartista”.

Según Mychalejko, los medios de prensa estadounidenses desaprovechan una excelente oportunidad de utilizar el caso de Abrams como base de estudio y reflexión acerca de la cruel y cruenta historia de los Estados Unidos en el hemisferio.

Es debido a esta ignorancia voluntaria y la institucionalizada impunidad de sus diplomáticos que Abrams ha podido resurgir en Washington como miembro del Consejo de Seguridad Nacional del Presidente George W. Bush y ahora como asesor informal del Presidente Barack Obama.


En 2009, respondiendo a una pregunta acerca de si él se disculparía por el papel de la CIA en el golpe de estado de 1973 en Chile, Obama dijo que le interesaba ir hacia adelante sin mirar hacia atrás. No obstante, para que la historia no se repita, el Presidente y los ciudadanos de Estados Unidos debían reflexionar sobre estos asuntos y mirar hacia atrás en la historia para que la justicia pueda avanzar hacia adelante, concluye el análisis de Cyril Mychalejko.

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