NUEVOS ACAPARADORES
DE TIERRAS
Escribe
CARMELO
RUIZ MARRERO (*)
Fuente:
“BIODIVERSIDAD.ORG”
18 de
abril de 2012
.
(*) CARMELO RUIZ MARRERO. Periodista y educador ambiental.
Dirige el Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico. Es “Senior Fellow” del
Programa de Liderazgo Ambiental en ese país.
Escrito. Entre otros autor de El Síndrome
de China: La creciente presencia en América Latina. Sus artículos
periodísticos han sido publicados en “Claridad”, “El Nuevo Día”, “Diálogo”,
“Rebelión”, “La Jornada” de México y otros del continente.
La
soberanía alimentaria de los pueblos enfrenta un nuevo enemigo: el
acaparamiento de vastas extensiones de tierras agrícolas. Los nuevos acaparadores
de tierras incluyen los mismos estados con mucho capital pero poca capacidad
agrícola para alimentar a sus poblaciones, como Singapur, Corea del Sur, Arabia
Saudita y China, que inversionistas capitalistas ávidos de nuevas oportunidades
de lucro.
“Nunca antes se había invertido tanto dinero
en el sistema alimentario industrial”, plantea la organización no gubernamental
Grain, ganadora del Premio Nobel Alternativo de 2011. “Con las actuales crisis
financiera y económica a nivel global, el capital especulativo busca sitios
seguros donde multiplicarse. Los alimentos y las tierras de cultivo son esos
sitios… La carrera es por ver quiénes logran controlar los recursos para la
producción mundial de alimentos –las semillas, el agua y la tierra– y la distribución
global de los mismos.”
Grain
sostiene que “El dinero también fluye directamente hacia la agricultura
industrial y las adquisiciones de tierra. Los bancos, los fondos de inversión y
los fondos de pensiones se utilizan activamente para comprar tierra por todo el
mundo… los cálculos actuales nos hablan de entre 60 y 80 millones de hectáreas
que han pasado a manos de los inversionistas extranjeros para producir
alimentos tan sólo en los últimos años. Esto es igual a la mitad de las tierras
agrícolas de toda la Unión Europea. La mayor parte de esto ocurre en África,
donde los derechos consuetudinarios de los pueblos a la tierra están siendo
ignorados de manera
flagrante”.
ÁFRICA, EL PREMIO MAYOR
En esta
carrera por apropiarse de tierras, África es el premio mayor. Es el último
horizonte de lucro del capital transnacional, un continente que los grandes
intereses consideran “subutilizado”. La ONG estadounidense Oakland Institute
lleva desde el año pasado examinando con detenimiento los negocios con tierras en
África. Encontraron que estos tratos son a menudo subvencionados por
instituciones del sector público, como la Agencia Internacional de Desarrollo
de EEUU (Usaid) y el Banco Mundial, y que involucran no solamente la producción
de alimentos para exportación sino también falsas soluciones al cambio
climático, como los agrocombustibles y el comercio de lucrativos “créditos de
carbono”.
Estos
negocios, supuestamente, son para traerle el desarrollo a los empobrecidos
africanos, pero Anuradha Mittal, directora ejecutiva del Oakland Institute,
sostiene que en realidad hacen daño a la gente de África y su ambiente. “Esta
manera de ‘desarrollar’ a África no es ni justa ni sustentable. Está
desplazando gente al tomar sus tierras y recursos naturales que producen alimento
y proveen sustento a la vez que empeora el cambio climático.”
Estudiando
casos en Mozambique, Sudán del Sur, Tanzania y Zambia, las investigaciones de
la organización encontraron que los nuevos acaparadores de tierras dejan un
saldo nefasto para las poblaciones locales. “En nuestra investigación sobre 50
tratos de tierras en siete países africanos, no encontramos evidencia de que
tales inversiones provean réditos financieros justos para los países o sus
poblaciones”, dijo Frederic Mousseau, del Oakland Institute.
LATINOAMÉRICA
TAMBIÉN ES AFECTADA
En
Paraguay la corporación argentina Cresud posee 142 mil hectáreas, en las que
siembra mayormente girasol y soya. En los años 90 Cresud logró un crecimiento
explosivo, en parte, gracias a una inversión sustancial del magnate George
Soros. Para 2011 Cresud era el mayor terrateniente en Argentina, controlando
sobre 620 mil hectáreas –para soya y ganado mayormente– al igual que 175 mil
hectáreas en Brasil mediante su control sobre la compañía BrasilAgro. A nivel internacional
Cresud posee un total de 962 mil hectáreas.
También
en Paraguay está asentada la misteriosa corporación NFD Agro, cuyo domicilio es
en la isla Bermuda. Sus negocios en Paraguay, que abarcan sobre 35 mil
hectáreas donde siembra maíz, soya y otros productos, fueron subvencionados con
un préstamo de $5 millones de la Corporación Financiera Internacional,
subsidiaria del Banco Mundial. NFD es controlada por inversionistas argentinos,
el banco JP Morgan y la firma neoyorkina TRG Management/Rohatyn Group. TRG
también invierte en Calyx Agro, que en Paraguay tiene casi 3 mil hectáreas en
las que siembra caña de azúcar y otros cultivos. Calyx es un vehículo del
comerciante de granos Louis Dreyfus para adquirir terrenos agrícolas en el Cono
Sur.
En Perú
está la surcoreana Ecoamérica con 72 mil hectáreas (de donde extrae madera y
pastorea ganado), y la estadounidense Maple Energy (que siembra caña de azúcar
para la producción de etanol). En Uruguay hay capitales agrícolas argentinos,
daneses, franceses, estadounidenses (Adecoagro), y hasta de Singapur (Olam). Y
tras los terrenos agrícolas de Colombia van argentinos (Ingacot), brasileños
(Mónica Semillas), chinos, israelíes (Merhav Group), españoles (Grupo Poligrow)
y estadounidenses (Black River Asset Management). Según
la base de datos de Grain, estos acaparamientos no se están dando en Venezuela,
Ecuador o Cuba.
LOS
FONDOS DE PENSIÓN TAMBIÉN
Un
aspecto sorprendente de este acaparamiento global de tierras es que entre los
principales inversionistas que ponen la plata para estos negocios figuran los
fondos de pensión. A nivel mundial los fondos de pensión manejan $23 billones,
de los cuales se cree que $00 mil millones están invertidos en commodities, y
de eso se estima que de $5 a $15 mil millones van a la compra de tierras
agrícolas. Se espera que para 2015 esa última cifra se duplique.
Esto
concierne directamente al pueblo trabajador. Según Grain, “Hoy día, las
pensiones de las personas son frecuentemente manejadas por empresas privadas en
representación de sindicatos, gobiernos, individuos o empleadores. Estas
compañías son responsables de salvaguardar y hacer crecer los ahorros para la
jubilación, de forma que sean pagados a los trabajadores en mensualidades,
después del retiro. Cualquier persona suficientemente afortunada como para
tener un trabajo y ser capaz de ahorrar algún ingreso para el retiro,
probablemente tiene una pensión que está siendo administrada por una u otra
firma.”
Por
último, invitamos a todo/as los/as ciudadanos/as y a las organizaciones de la
sociedad civil de todas partes del mundo a apoyar por todos los medios
–humanos, de comunicación, jurídicos, financieros y populares– posibles a
todos/as los/as que luchan contra los acaparamientos de tierras.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario