CUBA: CUMBRE Y MAS ALLÁ
Escribe
JORGE
GÓMEZ BARATA (*)
Fuente:
ARGENPRESS.info
12 de abril de 2012
.
(*) JORGE GÓMEZ
BARATA- Profesor, escritor, historiador, investigador y periodista cubano- Vive
en La Habana- autor de numerosos estudios sobre EEUU. Especializado en temas de política
internacional. Colaborador habitual en los principales medios de prensa,
latinoamericanos y extranjeros. Hadicho que “En todas las esferas del saber y
de la práctica social, incluyendo la economía, la verdad es siempre sencilla,
...”
Cuando la Revolución
Cubana no era aceptada sino combatida; por asesinar a Fidel Castro se ofrecía
dinero y se hubieran concedido medallas, ser marxista se declaró “incompatible
con el sistema interamericano”, Cuba resistió, no sólo sobrevivió sino que
avanzó y contra viento y marea se consolidó.
Cuando Cuba fue
expulsada de la OEA y ningún país iberoamericano excepto México reconocía al
Gobierno Revolucionario y el pueblo cubano sufría las rudeza del bloqueo económico
norteamericano asumiendo sus terribles consecuencias y defendía sus conquistas
frente cientos de bandas armadas y organizaciones contrarrevolucionarias que
operaban en todas las provincial del país y pagando un altísimo precio
derrotaba la invasión mercenaria por bahía de Cochinos, la Revolución no pidió
tregua.
No se expuso la “otra
mejilla” no por soberbia sino porque ambas estaban excesivamente maltratadas
por siglos de conquista, colonización y aspiraciones de independencia
frustradas. La respuesta de los pueblos fue contundente: la cordillera de los
Andes, las selvas de América y muchas urbes se convirtieron en escenarios de
lucha y virtualmente en la Sierra Maestra de América.
Las oligarquías
reaccionarias temblaron y con asesores gringos acuñaron la Doctrina de
Seguridad Nacional, inventaron categorías como “Conflicto de Baja Intensidad” y
pidieron ayuda para contener la insurgencia.
Washington fue generoso, envío
armas, puso a funcionar tiempo extra a la Escuela de las Américas y enseñó a
torturar y a desaparecer.
Un pequeño país que
no levantó bandera blanca cuando la desaparición del socialismo real y de la
Unión Soviética, no sólo la dejaron sola sino que los proclamados herederos, se
sumaron al bloqueo norteamericano y presionaba a La Habana tratando de cobrar “deudas”
y en Miami se pedían “Tres días de licencia para matar en la Isla”, por qué
habría de hacerlo ahora.
La hegemonía
lograda por Estados Unidos frente a la Revolución Cubana comenzó a
resquebrajarse y se hizo trizas no porque cambiara el imperio sino porque cambió
Latinoamérica.
Las oligarquías y el imperio no fueron condescendientes con Cuba
sino que fueron derrotadas por los procesos encabezados por gobernantes
progresistas, avanzados y realistas y en cualquier caso no amanuenses de los
Estados Unidos. Antes de que lo hiciera Estados Unidos, América Latina unánimemente
levantó el bloqueo.
Decir que Cuba y la
Revolución no estarán en la Cumbre Iberoamericana el próximo fin de semana es
una broma. Quienes no estarán serán los oligarcas que una vez la expulsaron de
la OEA y los imperialistas que con arrogancia podían ordenar que se le
ignorara.
Esta vez América Latina hablará con una sola voz; el lenguaje no será
de suplica y habrá un ultimátum que ahora no viene del imperio.
Bloqueo y ¡Basta!
serán las palabras más escuchadas por Barack Obama que como recientemente
afirmara un comentarista: “Ira a la Cumbre a sufrir” ¡Que sufra pues! Allá nos
vemos.
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