EL AGUA COMO TEMA DE
SEGURIDAD NACIONAL
Escribe
SOFIA
JARRIN (*)
Fuente
“ECOportal.net”
30 de
mayo 2012
.
(*)
SOFIA JARRIN (Quito, Ecuador) Periodista
de investigación que ha trabajado para varios medios independientes
norteamericanos, como “Free Speech News” “Radio, Z” “Magazine” “Upside Down
World”, y “Democracy Now!” En el Ecuador trabajó para “ALER Satelital” y la “Radio
Pública” del Ecuador.
NOTA
DEL BLOG: Lo que sigue esta sacado de contexto, por razón de espacio. Al final
de esta nota, damos el enlace a la fuente original,(una Web líder en temas de
Medio Ambiente, tratados por especialistas) en donde se hallan mapas, gráficas
y una serie de notas aclaratorias
Si en
la próxima década no se toman medidas, el calentamiento global podría ser
irreversible, y una de las principales consecuencias será la escasez del agua.
A esto hay que añadir el uso desmesurado del agua y su creciente contaminación
por la industria, el agro negocio y los centros urbanos. Aquellos países de
mayor población y con mayor poder militar, ya están tomando medidas para
controlar los recursos del agua a nivel mundial, y deberían considerarse como
una amenaza real o por lo menos, una seria advertencia. La vulnerabilidad del
agua en nuestros países, debe pasar a ser parte de nuestra seguridad nacional.
En casi
todo ámbito se ha hablado sobre la guerra del petróleo, pero poco se habla de
la guerra del agua, la cual empezó ya hace varias décadas.
Cabe
mencionar algunos casos evidentes como el reciente conflicto en Libia que dio
control a la OTAN del mayor yacimiento de agua del mundo, el Sistema Acuífero
de Piedra Arenisca de Nubia. En las Américas, se podría mencionar la Guerra del
Agua en Bolivia del 2000, pero aún más reciente, el caso del control del
Acuífero de Guaraní que se extiende a través del espacio fronterizo de Brasil,
Argentina, Paraguay y Uruguay.
Éste en particular ha llevado a una militarización
de la región bajo el auspicio del Comando Sur de los EE.UU., primero en base a
rumores de la presencia de Al Qaeda (bajo el gobierno de George W. Bush) y
ahora por la presunta actividad guerrillera del Ejército del Pueblo Paraguayo,
que según el mismo gobierno de ese país no asciende a 100 personas. Es evidente
que hay serios intereses imperiales en el control del agua a nivel mundial,
¿por qué?
Lo
cierto es que las crisis alrededor del agua se irán agravando debido a su uso
desmesurado y el efecto del cambio climático a nivel mundial. Para todo consumo
humano, agrícola e industrial, contamos solamente con un 2.5% de agua dulce
disponible (incluyendo ríos, lagunas, agua subterránea y de glaciares). El
97.5% restante corresponde al agua de los mares y la atmósfera. El acceso por
país al agua dulce, como lo muestra la Figura 3.1, varía mucho entre países
vecinos, y depende mayormente del impacto climático y manejo del agua a nivel
local.
El
"estrés del agua" se sentirá para el 2030 en África y Asia y a partir
del 2050 en el resto de continentes, según la UNESCO, la cual pronostica un
aumento del 19% en el uso del agua solamente en la producción agrícola. De ahí
que la recomendación de su informe de este año, "El Manejo del Agua en
[Tiempos] Inciertos y de Riesgo", es de proteger el agua para consumo
humano y seguridad alimenticia, principalmente.
Entre
algunos de los aspectos más importantes del informe de la UNESCO para los
países andinos, cabe destacar la vulnerabilidad de los glaciares y
particularmente, los recursos de agua subterránea, las cuales proveen con
"casi la mitad del agua para el consumo de la población". Las aguas
subterráneas son no-renovables y cada vez más vulnerables a la contaminación.
El Centro de Modelos Hidrológicos de la Universidad de California, corrobora
esta información al detectar en un estudio satelital junto con la NASA, que el
agua de los acuíferos a nivel mundial está disminuyendo en cantidades
alarmantes. "La gente está usando el agua subterránea más rápido de lo que
puede rellenarse naturalmente," aseguró Matthew Rodell, uno de los
científicos del estudio.
Paralelamente,
en un informe publicado por la Asociación Interamericana para la Defensa del
Ambiente (AIDA) en diciembre 2011, se habla que un 14% de la población en
América Latina (71 millones de personas) no tienen acceso a recursos de agua
seguros. Y se estima que para el 2025 unos 77 millones de personas más sentirán
"estrés del agua", siendo su escasez uno de los principales problemas
sociales del continente. El informe concluye, "Todos estos impactos
resultarán en serias consecuencias no solamente para los derechos humanos, como
el acceso al agua, sino también para los derechos alimenticios, a salud y vida,
que los gobiernos deberían tomar en cuenta cuando planifiquen hacia el
futuro."
Por
otro lado, la degradación de los glaciares debido al calentamiento global, se
estima afectará a 30 millones de personas en América Latina, destacando que el
60% del agua para consumo humano de Quito y 30% en La Paz, provienen de los glaciares.
A esto hay que añadir la declinación en general de los páramos andinos, que son
fuentes importantes de almacenamiento de agua.
En el
caso de Ecuador, tenemos como ejemplo palpable la desaparición del glaciar de
Cotacachi, que según una investigación afectó directamente a unas 25 mil
personas y generó conflictos internos entre las comunidades indígenas,
terratenientes y el gobierno.[6] El Proyecto de Adaptación al Cambio Climático
del Ministerio del Ambiente (PACC) señala que entre 1997 y 2006, los glaciares
ecuatorianos se redujeron en un 27,8%, y admite que lamentablemente Ecuador no
cuenta con suficientes investigaciones que indiquen los impactos sociales,
económicos y ambientales de las variaciones climáticas, dificultando así, una
contundente planificación de prevención.
¿SEGURIDAD
NACIONAL?
En
cuanto a seguridad nacional se refiere, varios países ya han empezado a tomar
precauciones en lo que ven como una inevitable crisis del agua a nivel global.
Entre estos cabe recalcar Estados Unidos, Canadá y China, con una estrategia
enfocada mayormente en la administración privada (mediante grandes
corporaciones) del agua, con una creciente y peligrosa mercantilización de este
recurso vital.
Canadá,
por ejemplo, cuenta con una privilegiada situación en cuanto a acceso a
recursos del agua (estimada en 20% del agua fresca a nivel mundial), lo que ha
generado un intenso debate a nivel nacional sobre su explotación y exportación
a países tan lejanos como los del Medio Oriente y Asia. Bajo NAFTA, el agua fue
calificada como un modo de inversión, y más de una vez, la sociedad civil ha
debido movilizarse para frenar la exportación de grandes cantidades de agua del
Canadá.
En el
caso de los Estados Unidos (el país de mayor consumo de agua dulce del mundo),
el Departamento de Estado hizo público un informe "Global Water
Security" (Seguridad Mundial del Agua) donde admite que en los próximos 10
años la crisis del agua creará inestabilidad mundial, particularmente en
"estados fracasados en regiones claves" para la seguridad nacional de
los EE.UU.[9] El informe prevé que el agua a futuro será utilizada no sólo como
una palanca política entre países, sino como un "arma de guerra"
donde un país podría suprimir el abastecimiento de ríos y recursos naturales
del agua hacia un país vecino.
HASTA
AQUÍ LA PRIMERA PARTE.
NOTA
COMPLETA, CON GRAFICOS y NOTAS, AQUÍ:
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