"OLVIDAMOS QUE
LA ECONOMÍA ESTÁ AL
SERVICIO DE LA SOCIEDAD”
EXPRESIONES
de
TZVETAN
TODOROV(*)
(en
Presentacion del libro)
MADRID, 11 Mayo
(EUROPA PRESS)
(*) TZVETAN TÓDOROV (búlgaro: Цветан Тодоров) (Sofía, Bulgaria, 1
de marzo de 1939) es un lingüista, filósofo, historiador, crítico y teórico
literario de expresión en la editorial Galaxia Gutenberg Círculo Lectores
publica. Premio
Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2008, publicó ese mismo año El
miedo a los bárbaros, más allá del choque de civilizaciones y, en esta ocasión,
pública "la otra cara del díptico",
"Nos olvidamos de que la economía está al
servicio de la sociedad y que la sociedad, a su vez, está al servicio del
florecimiento de los individuos. Por eso soy un indignado", ha manifestado
este viernes el lingüista y filósofo Tzvetan Tódorov, con motivo de la
publicación de Los enemigos íntimos de la democracia (Galaxia Gutenberg-Círculo
de Lectores).
Una de las causas de esta evolución, "que
puede parecer remota", pero que a su juicio es "decisiva", es el
"ultraliberalismo". "Es una separación total entre la vida
económica y la vida política. Todos los planos del individuo se sacrifican en
el altar de la rentabilidad, al que se considera imprescindible para la
supervivencia del estado y de los países", señala.
A su juicio, uno de los grandes peligros, advierte,
es la "deshumanización, que vemos avanzar a pasos de gigante".
"Se nos dice que es imperativo que nos sometamos a esa lógica implacable
que se decide en las alturas. Pero la verdad es que, por lo que hemos visto
hasta ahora, el resultado no es una mejora de la situación económica, sino un
deterioro incuestionable de la situación del individuo", lamenta.
En este sentido, advierte de que uno de los
precios que ha tenido que pagar la sociedad ha sido el "aumento increíble
de la tasa de suicidios". "Se comienza a entender al ser humano como
si fueran átomos aislados", declara Tódorov y, aunque el hombre "ha
interiorizado la idea de que para preservar una forma de vida no podemos
destruir su marco (pensamiento ecológico)", con las personas no ocurre lo
mismo, y "hay un entorno que hay que proteger".
"TRABAJAR
MÁS, GANAR MÁS"
El
filósofo confiesa que siempre ha sido "extremadamente hostil" al lema
de Nicolas Sarkozy: "Trabajar más para ganar más", como si ese fuera
el "objetivo último" del ser humano. "En ese afán por ganar más
destrozamos nuestra vida. Me da mucho miedo esta evolución de la sociedad,
porque no creo que esta tendencia vaya a ser reversible", señala.
En este sentido, afirma que una de las
consecuencias de este "ultraliberalismo" ha sido considerar al poder
económico distinto a los demás y, por tanto, no limitarlo, al igual que se hace
--aunque sea en teoría-- con el resto. Para Tódorov, ese es uno de los
principios fundamentales de la democracia y "no hay motivo para considerar
que la economía sea de otra índole".
Pero este no es el único poder sin control,
sino también los medios de comunicación, responsables, según su punto de vista,
de la pluralidad de los mensajes, también importante en una democracia.
"Si no hay manera de oponerse a la opinión del gobierno del momento no hay
democracia", critica.
No se muestra optimista respecto al futuro,
porque no cree que el hecho de que Francia vaya a tener otro presidente vaya a
cambiar las cosas. "Tenemos el ejemplo de Obama, no ha sido capaz de
cambiar las cosas, porque los intereses que él intentaba combatir (Wall Street
o la industria armamentística) son más poderosos que él mismo", subraya.
LA
SOLUCIÓN,
"EN NOSOTROS MISMOS"
La esperanza y la solución vendrá de
"nosotros mismos", afirma Tódorov. En este sentido, señala que aunque
"los intelectuales tienen el poder de agitar, las palancas las posee el
poder, que a su vez depende del pueblo". Por ello, cree que todos los
agentes de la sociedad que tengan la posibilidad de influir, han de ejercer esa
capacidad.
"De ahí procede mi confianza, la gente
sigue alegrándose o angustiándose por las mismas cosas que hace siglos, es esa
continuidad de la existencia lo que nos motiva. Pero no creo que haya una
solución para mañana", declara.
Respecto al movimiento de los 'indignados', al
que dedica un breve apartado en este libro, Tódorov considera sus intenciones y
gritos de protesta "perfectamente legítimos" y considera que
"los políticos tienen que escuchar atentamente todo lo que dicen".
Sin embargo, no cree que esta corriente esté proponiendo "soluciones a los
problemas que identifica".
"El movimiento, tal como lo vemos, es un
síntoma revelador de los males sociales que estamos sufriendo y los expresa con
la frescura de la persona que expresa que el emperador está desnudo, algo que
está muy bien, pero no está diciendo cómo vestirle". En este sentido,
Tódorov concluye que es necesaria
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