jueves, 24 de mayo de 2012

Viernes 25 de mayo 2012 –LAS NUEVAS FRONTERAS DE LOS HIDROCARBUROS EN PERÚ (1)



MARCHA FRONTERA PETROLERA ,

AMENAZA  LOS PUEBLOS AISLADOS

(NOTA UNO)
Escribe
MARC GAVALDÁ (*)
Fuente: “Servindi”
Publica “Rebelión”
24 de mayo 2012

(*) MARC GAVALDÁ (1974–España, Catalunya) es licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Catalunya. Autor de varias obras en las que denuncia la actividad de intereses que incursionan en Amazonia, en procura de riquezas naturales. Desde hace más de diez años investiga y documenta los conflictos ambientales del petróleo. Ambientólogo y documentalista, colabora con las revistas Ecología Política y el periódico Diagonal. Es autor de varios libros. Un estudioso del desembarco de las empresas españolas en América Latina en la década pasada.
.
La intensa lotización de la amazonía peruana en concesiones petroleras afecta ya la mayor parte de territorios de los pueblos indígenas y numerosas áreas protegidas, implantando cambios irreversibles en la Amazonía. Los pueblos en aislamiento voluntario, acorralados en las regiones más inaccesibles de la selva, tampoco escapan a este proceso de industrialización. 

Siendo los sectores más vulnerables viven los impactos del contacto con las empresas petrolíferas en un contexto de impunidad, donde las compañías tratan de ignorar su presencia, cuando no negar su existencia. En su cálculo económico, son millones de barriles de petróleo y gas en juego y muy poca e indefensa la población afectada.

PETRÓLEO EN 
LA AMAZONÍA
Desde 1974, la producción petrolera en la Amazonía peruana ha empeorado sensiblemente la calidad de vida en los territorios afectados por los lotes 8, 8X y 1AB, que con sus 27.778 barriles diarios en 2011 aportaban el 40% de la producción nacional (1). Los sistemáticos vertidos de aguas de formación en los ríos Napo, Corrientes y Marañón se refleja hoy día en cuadros epidemiológicos críticos para los pueblos quichua y achuar (2). En el sur, el polo gasífero de Camisea también ha causado estragos en los ecosistemas fluviales de la cuenca del río Urubama, especialmente en la sucesión de roturas del gasoducto de Camisea- Pisco en los años 2004-2006 (3).

AMPLIACIÓN DE FRONTERA PETROLERA
Y LOS IMPACTOS EN  ECOSISTEMAS  
En la última década, se ha acelerado la entrega de lotes petroleros en la Amazonía afectando ya a más del 72% del territorio y la mitad de estas concesiones se han otorgado en zonas donde nunca hubo actividad. A lo largo de la historia, sólo un 16% del territorio de la Amazonía peruana se ha salvado de tener en algún momento un bloque petrolero. (FINER y ORTA, 2010). 

En 2011 había ya más de 50 compañías petroleras operando en un centenar de lotes en territorio peruano. Según datos del Ministerio de Energía y Minas, en el año 2010 se registraron 7,405 km de líneas sísmicas 2D y 4,108 Km2 de líneas sísmicas 3D, que comparados con el año anterior representa un incremento de 24,1% y 77,9% respectivamente. En 2011, había proyectado la apertura de 9,443 kilómetros de líneas 2D y 1,766 Km2 de sísmica 3D.


Al impacto territorial de la exploración sísmica, la perforación y producción de pozos hay que añadirle los riesgos de rotura del Oleoducto Norperuano (888 Km) y su Ramal Capirona-Nueva Esperanza (255 Km), con cuatro décadas a sus espaldas, así como los gasoductos de líquidos y gas de Camisea a Pisco y Melchorita (808 Km). A parte, dos nuevos ductos en construcción, el Log Selva y Gasoducto Andino Sur, en fase de construcción, conectarán el gas de los lotes 56, 57 y 58 a los puertos de exportación y a nuevas petroquímicas proyectadas en el sur del país.

PUEBLOS EN AISLAMIENTO VOLUNTARIO
Los pueblos en aislamiento son pueblos o segmentos de pueblos indígenas que rehúsan todo tipo de contacto con la población mayoritaria. También pueden ser grupos pertenecientes a diversos pueblos ya contactados que tras una relación intermitente con las sociedades envolventes deciden volver a una situación de aislamiento como estrategia de supervivencia y rompen voluntariamente todas las relaciones que pudieran tener con dichas sociedades. 

Son pueblos muy integrados en los ecosistemas que habitan pero que desconocen el funcionamiento de la sociedad mayoritaria, lo que les coloca en una situación de indefensión y extrema vulnerabilidad ante los diferentes actores que ingresan en sus teritorios. En la mayoría de casos se encuentran en grave peligro de extinción (OACNUDH , 2012).

Su frágil y vulnerable situación debería ser clave para generar una serie de obligaciones dentro del marco jurídico de los derechos humanos que impliquen directamente a los Estados y a las instituciones internacionales en su protección ( BERRAONDO, 2011).

En Perú existen al menos 15 pueblos indígenas en aislamiento voluntario clasificados principalmente al interior de las familias lingüísticas Arawak y Pano. A parte, existen varios grupos todavía no identificados en las intransitadas nacientes de los ríos Tahuamanu, Yaco, Chandless, Las Piedras, Mishagua, Inuya, Sepahua y Mapuya, al sur oriente. Investigaciones recientes indican la presencia de conjuntos posiblemente de las familias lingüísticas Záparo y Waorani, en Loreto, cerca de la frontera con Ecuador, y otros no identificados al sur de Madre de Dios, en la zona fronteriza con Bolivia (HUERTAS, 2010). 

Desde 2003, se han creado 5 Reservas Territoriales donde el Estado vela por la protección de algunos de estos pueblos. Además existen otras 5 Reservas Territoriales en fase de aprobación. La mayor parte de ellas están superpuestas a lotes petroleros en fase de exploración o producción

Desde hace una década, la confederación indígena AIDESEP reclama la creación de una Reserva Territorial que abarque la región fronteriza con Ecuador entre los ríos Napo y Tigre. Existen abundantes reportes de las comunidades nativas locales, centros poblados, así como madereros, militares de los puestos fronterizos y personas vinculadas a empresas petroleras que operan en la zona que confirman la presencia de pueblos indígenas en aislamiento en la zona. 

Parte de esta información ha sido registrada durante investigaciones de campo y plasmada en informes principalmente por especialistas del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, IIAP (2002), comisionados de la Defensoría del Pueblo (2003), personal técnico de AIDESEP (2005), de la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente, ORPIO (2008), así como trabajadores de la empresa Global de Consultoría e Ingeniería Pöyri (2008). Se trataría de grupos Huaorani en aislamiento que transitan desde Ecuador, y posiblemente algún segmento de la etnia Zápara.


Sin embargo, el inicio de operaciones en los lotes 67 y 39, operado por Perenco y Repsol respectivamente se interpone gravemente en el destino de estos pueblos (4). En el lote 39, de 886.820 hectáreas, se abrieron en 2001 383 kilómetros de líneas sísmicas y posteriormente un pozo exploratorio, el “Buena Vista 1X” dio resultados positivos. En 2006 se reportaron reservas del orden de 300 millones de barriles de petróleo. Se anunciaba una producción de hasta 100 mil barriles de petróleo diarios gracias a la perforación de aproximadamente 150 pozos, así como facilidades de procesamiento y un oleoducto para conectar los lotes 67 y 39 con el Oleoducto Norperuano (5).
(CONTINUA EN LA NOTA DOS)

No hay comentarios: