domingo, 17 de junio de 2012

Lunes 18 de junio 2012 - UNA IDEA CONSIDERADA POR MUCHOS HACE UNA DÉCADA POCO MENOS QUE UTÓPICA


UNA HOJA DE RUTA 

PARA LA TASA TOBIN

Escribe
JESÚS LIZCANO ÁLVAREZ (*)  
http://coop57.blogspot.com
17 de junio 2012


(*) JESÚS LIZCANO ALVAREZ. (España)Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Autónoma de Madrid. El Comité Ejecutivo de Transparencia Internacional España está integrado por: Jesús Lizcano Alvarez (Presidente); Antonio Garrigues Walker; Jesús Sánchez Director de la Revista Encuentros. Integra Institución Universitaria de la Compañía de Jesús. Columnista en varios medios de prensa.

La actual crisis financiera internacional ha convertido una idea considerada por muchos hace una década poco menos que utópica en un importante proyecto que ahora está siendo objeto de análisis por parte de las más altas instancias políticas y económicas internacionales. Nos referimos a la tasa Tobin, esto es, la tasa que propuso en 1978 el ya fallecido economista norteamericano James Tobin (premio Nobel de Economía en 1981) inspirada en las ideas de Keynes, y que consiste en fijar una pequeña tasa impositiva a las transacciones financieras realizadas en los mercados internacionales de divisas, con objeto, entre otras cosas, de frenar la especulación financiera y lograr una mayor estabilidad en dichos mercados; a él le gustaba decir que así se podría echar un poco de arena en los monumentales y vertiginosos engranajes de las finanzas internacionales.

Se recogen a continuación algunas consideraciones de cara a una posible hoja de ruta para la puesta en marcha de dicha tasa:
 La excesiva exuberancia financiera: la tasa Tobin constituye realmente un impuesto sobre la especulación financiera, y puede constituir, además, un importante instrumento para transferir recursos desde la economía financiera (esencialmente volátil y especulativa en la mayor parte de sus mercados) hasta la economía real; asomándonos al escenario económico mundial, se puede apreciar que el soufflé de la economía financiera es descomunalmente mayor que el pastel de la economía real.

Las transacciones financieras a nivel mundial tienen un importe 75 veces superior al de las transacciones reales (bienes y servicios), y dentro de los mercados financieros, el de divisas es, con diferencia, el mayor mercado del mundo, ya que alcanza un volumen de negocio 15 veces superior al PIB mundial y 60 veces superior al comercio mundial, siendo además un mercado esencialmente volátil y especulativo, basado en las expectativas de ganancias derivadas de los continuamente cambiantes tipos de cambio.

La crisis como oportunidad: hay un amplio consenso sobre la necesidad de una nueva arquitectura financiera internacional, sólida y basada en un mayor control y una verdadera transparencia de las operaciones financieras; sabido es que el tamaño y la volatilidad de los mercados financieros han sido el marco y el caldo de cultivo idóneo para el desarrollo rápido y descontrolado de la actual crisis económica. Sin embargo, cabe considerar esta crisis como una oportunidad para mejorar y hacer más sólidos, estables y solidarios estos mercados a través de iniciativas como, por ejemplo, la tasa Tobin.

 Actuales apoyos internacionales a la tasa: el punto de inicio de la reciente eclosión de apoyos a la tasa Tobin acaeció el pasado mes de agosto, cuando el británico lord Turner, máximo responsable de la regulación financiera en el Reino Unido, sorprendió a todos relanzando la idea de esta tasa como una buena herramienta para reducir y racionalizar el tamaño de los mercados financieros, disminuir su nivel de riesgos, y como elemento disuasorio para un alto número de actividades socialmente inútiles; además propuso que la tasa se aplicara a todas las transacciones financieras, y no sólo a las de divisas.

Seguidamente asumió esta propuesta Gordon Brown, quien además propuso la implantación de esta tasa internacional durante la pasada cumbre de los países del G-20. También han mostrado su apoyo a esta propuesta baluartes tan significativos como Sarkozy, Angela Merkel, el comisario europeo Almunia o el propio Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea. Además, los 27 países de la UE, a través del Consejo Europeo, han instado el pasado mes de diciembre al Fondo Monetario Internacional a estudiar la posible implantación efectiva de esta tasa.

Presidencia española de la Unión Europea: sería deseable que España, aprovechando su actual presidencia de la UE, pudiera impulsar esta iniciativa, propiciando el análisis, el debate y la reflexión colectiva en torno a esta tasa en las próximas cumbres y reuniones internacionales, de forma que la Unión Europea pudiera liderar efectivamente este proyecto como una importante vía que llegue a posibilitar un mayor nivel de estabilidad y control en los mercados financieros, además de erigirse en un verdadero elemento de fiscalidad global y, por qué no, de solidaridad internacional.

 Viabilidad de la tasa: aunque es cierto que no podemos ignorar los importantes obstáculos técnicos y políticos de la implantación de esta tasa financiera global, también es cierto que la implantación de esta tasa sería ahora bastante más sencilla que hace 32 años, cuando la propuso el propio Tobin, tanto por la actual crisis económica y la consiguiente presión social hacia los políticos para un mayor control del sistema financiero como por los avances tecnológicos y la actual operatoria electrónica de las operaciones de divisas (muy centralizada), y en general, la del conjunto de las operaciones financieras.

  Recaudación y su distribución: las razones del mencionado resurgir de la tasa Tobin hay que buscarlas, además del ya referido clamor social por la crisis financiera, también en la muy importante recaudación que dicha tasa generaría. Diversas estimaciones cifran que el importe recaudado podría oscilar entre el 0,6% y el 1% del PIB mundial, y en cifras absolutas, en una amplia horquilla entre los 300.000 y 700.000 millones de euros anuales, en función de que se aplicase un tipo del 0,05% o del 0,1% y según se proyectase sobre las operaciones de divisas únicamente o sobre el conjunto de las operaciones financieras.

En todo caso, no es difícil imaginar la gran ayuda que estas ingentes cifras podrían suponer, bien para las muy delicadas finanzas y déficit presupuestarios de muchos países y/o para las aún más delicadas condiciones económicas, sanitarias y sociales de una buena parte de los habitantes de este planeta.

     (SACADO de CONTEXTO) NOTA COMPLETA AQUÍ:   
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