DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA
Escribe
JORGE
GÓMEZ BARATA (*)
Fuente ARGENPRESS.info
Viernes
29 de junio 2012
(*)
JORGE GÓMEZ BARATA- Profesor, escritor, historiador, investigador y periodista
cubano- Vive en La Habana- autor de numerosos estudios sobre EEUU. Especializado en temas de política
internacional. Colaborador habitual en los principales medios de prensa, latinoamericanos
y extranjeros. Hadicho que “En todas las esferas del saber y de
la práctica social, incluyendo la economía, la verdad es siempre sencilla, ...”
En 1884
José Martí fue lapidario: “…No se funda un pueblo como se manda un
campamento…”.
En el siglo
XIX, cuando el liberalismo y el capitalismo se consolidaban en Europa y los
Estados Unidos, las vanguardias patrióticas latinoamericanas conquistaron la
independencia, no mediante plebiscitos sino por medio de la guerra. Antes que
líderes políticos, nuestros próceres fueron jefes militares habituados a mandar
y a ser obedecidos. Los mariscales, generales y coroneles de la independencia y
sus herederos se convirtieron en presidentes, senadores y alcaldes.
El
mismo proceso histórico que engendró a la clase criolla y a los patricios dio
lugar a las deformaciones estructurales que abrieron espacios a la oligarquía y
a los sátrapas que asumieron las repúblicas como botín y fueron precursores de
nefastas tradiciones políticas.
DE LAS
FORMAS DE GOBIERNO
El presidencialismo
nació en los Estados Unidos, donde el riesgo de crear un “rey sin corona” fue
conjurado por George Washington que trabajó por impedir que la monarquía se
trasladara a la república. Eso explica por qué entre la declaración de
independencia en 1776 y la adopción de la Constitución en 1789 transcurrieron
13 años, en los cuales se debatió cómo evitar que el gobierno federal y el
presidente tuvieran excesivas atribuciones. La solución fue: conceder las
mayores prerrogativas al Congreso, separar los poderes del Estado y adoptar el
federalismo.
Por su
parte en Europa occidental, por temor al radicalismo republicano, se optó por
establecer la democracia liberal sin repudiar a las monarquías se introdujeron
los sistemas parlamentarios. Aunque ninguna de aquellas experiencias resultó
perfecta, ambos modos de encarar el poder y la dirección de la sociedad en sus
respectivos entornos han resultado viables.
En
América Latina no ocurrió así porque no se adoptó lo uno ni lo otro y si bien
siguiendo el modelo estadounidense se estableció el presidencialismo, fórmula
ideal para los caudillos y la oligarquía, no concurrió el respeto a las
constituciones, la separación de los poderes ni el compromiso del liderazgo con
el país. A ello se añade la dependencia al capital extranjero y el sometimiento
político a los Estados Unidos.
En otra
parte de Europa, primero en Rusia con la Revolución bolchevique y luego en
Europa Oriental se trató de evadir las reglas del parlamentarismo y el
presidencialismo creándose gobiernos más o menos colegiados que en la Unión
Soviética asumieron la forma de “Soviet” y de “Consejo de Estado” en los países
del socialismo real.
La idea
que prometía avances en el funcionamiento de la democracia fue abortada, entre
otros factores por inconsecuencias y por la introducción de elementos en el
sistema político que no resultaron eficaces, además de por concepciones
equivocadas acerca del carácter del Estado y por el papel atribuido al
liderazgo. Un elemento extremadamente perjudicial fue la creencia que para
suprimir la democracia burguesa era preciso cuestionar la democracia en su
conjunto.
Actualmente
mientras en Europa, Estados Unidos y Asia apenas se discute la pertinencia de
los sistemas de gobierno establecidos, en América Latina existe una intensa
lucha a favor y en defensa de la democracia, que es ahora una bandera de la
izquierda frente a los esfuerzos de la derecha oligárquica y pro imperialista
por mantener sus privilegios y secuestrar el poder del pueblo.
Los
intentos golpistas en Venezuela, Bolivia y Ecuador y los golpes de estado
consumados en Honduras y Paraguay han relanzado el debate. Les prometo nuevos
comentarios. Allá nos vemos.
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