REFLEXIONES de LEONARDO BOFF
TÉRMINOS DE LA
DISCUSIÓN ECOLÓGICA ACTUAL
Escribe
LEONARDO
BOFF (*)
Viernes
29 de junio de 2012
La
Río+20 ha provocado una amplia discusión sobre cuestiones ecológicas. Como no
todos entienden los términos técnicos de la temática, publicamos aquí un
artículo del ecologista más conocido del Estado de Río, Arthur Soffiati, de
Campos de Goytacazes, RJ, fundador del Centro Norte Fluminense para la
Conservación de la Naturaleza, publicado el 14 de mayo de 2012 en la Folha da
Manhã de esa ciudad. Estas son las palabras principales: Ecodesarrollo
sostenible, economía verde, huella ecológica, antropoceno.
Hace
cerca de 11 mil años, la temperatura de la Tierra comenzó a aumentar de modo
natural, ocasionando el derretimiento progresivo de la última gran glaciación.
Gran parte del agua, al pasar del estado sólido al líquido, elevó el nivel de
los mares, separó tierras de los continentes, formó islas, incentivó la
formación de bosques y de otros ambientes. Los científicos dieron a esta nueva
fase el nombre de Holoceno.
En
estos últimos 11 mil años de los Homínidos solo quedó el Homo sapiens, que se
volvió soberano en todo en planeta. Con un cerebro bien desarrollado, fue
desafiado por las nuevas condiciones climáticas y domesticó plantas y animales,
inventó la actividad agropecuaria, creó tecnología para pulir la piedra,
inventó la rueda, el telar y la metalurgia. Después, creó ciudades, imperios,
represas, drenajes e irrigación. Varias civilizaciones sobrepasaron los límites
de los ecosistemas en los que se levantaron, generando crisis ambientales que
contribuyeron a su fin.
Entra,
entonces, el concepto de huella ecológica. Se refiere al grado de impacto
ecológico producido por un individuo, una actividad, una economía, una
sociedad. La huella ecológica de la civilizaciones anteriores a la civilización
occidental tuvo siempre un carácter regional, siendo reversible en ocasiones y
en otras no. Occidente fue la civilización que calzó las botas más pesadas
conocidas hasta el momento. El peso comenzó con el capitalismo, que transformó
el mundo.
A
partir del siglo XV, la civilización occidental (léase europea) pasó a imprimir
marcas profundas con la expansión marítima. Impuso su cultura a otras áreas del
planeta. El mundo fue occidentalizado y pasó también a pisar fuerte en el
ambiente.
Vino,
entonces, otra gran transformación con la revolución industrial, cuyo origen se
localiza en la Inglaterra del siglo XVIII, y que se extendió por el mundo dividiéndolo
en países industrializados y países exportadores de materias primas. A partir
de ella, empieza a crearse otra realidad planetaria, con emisiones de gases
causantes del calentamiento, devastación de bosques y selvas, empobrecimiento
de la biodiversidad, uso indebido del suelo, fuerte urbanización, alteraciones
profundas en los ciclos de nitrógeno y fósforo, contaminación del agua dulce,
adelgazamiento de la capa de ozono y extracción excesiva de recursos naturales
no renovables, que, a su vez, producen cantidades inauditas de basura.
Los
científicos están demostrando que dentro del Holoceno (holos = entero + koinos
= nuevo), la acción humana colectiva en el capitalismo y en el socialismo ha
provocado una crisis ambiental sin precedentes en la historia de la Tierra
porque ha sido generada por una sola especie. Han denominado al periodo
pos-revolución industrial del siglo XVIII, Antropoceno, o sea, una fase
geológica construida por la acción colectiva del ser humano (antropos = hombre
+ koinos = nuevo).
En
función de esta gran crisis o de esta nueva época la Organización de las
Naciones Unidas viene promoviendo grandes conferencias internacionales, como
las Conferencias de Estocolmo (1972), Río-92 y ahora la de Río+20. El objetivo
es resolver los problemas del Antropoceno, sea conciliando desarrollo económico
y protección del ambiente, sea buscando otras formas de desarrollo. La Río-92
adoptó la fórmula de desarrollo sostenible, que ha ido adquiriendo distintos
sentidos, inclusive antagónicos al original.
La
Conferencia Río+20 pretende colocar en pie de igualdad las dimensiones
ambiental, social y económica. La palabra mágica, ahora, es economía verde,
cuyo contenido no está claro. Se supone que, como mínimo, signifique la
sustitución progresiva de fuentes de energía carbono-intensivas por fuentes
renovables de energía, así como la sustitución de recursos no renovables por
renovables.
La
Río+20 mostró que los países industrializados no quieren abdicar de su
posición; los países emergentes quieren alcanzar a los industrializados, y los
países pobres quieren ser emergentes. Mientras no exista entendimiento acerca
de los límites del planeta, es inútil pensar en justicia social y desarrollo
económico. Por consiguiente, el ambiente es más importante que lo social y lo
económico, ya que sin él no se puede encontrar solución para los otros dos. Por
otro lado, el concepto de ecodesarrollo parece ser el más correcto como táctica
y estrategia.
(*)LEONARDO BOFF es un teólogo, filósofo y
escritor nacido en Concordia, Estado de Santa Catarina, Brasil Es uno de los
fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino.
En 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el ya cardenal
Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) le silenció por un año por su libro La
Iglesia, Carisma y Poder, que estaba en contra de la Doctrina de la Iglesia
Católica. Ha trabajado como profesor en los campos de teología, ética y
filosofía en Brasil, además de dar conferencias en muchas universidades en el
extranjero, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina,
París, Oslo, Turín. Ha escrito más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas.
En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood
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