MAS DE 100 MIL EN LAS CALLES
LEVANTARON RECLAMOS…
Fuente: AGENCIAS
(TERRA
Economía)
21 de
junio 2012
Unos
100.000 activistas, indígenas y estudiantes marcharon el miércoles bajo una
lluvia leve en el centro de Rio de Janeiro cargando pancartas y globos para
reclamar cambios radicales en la economía, en una movilización convocada al
margen de la cumbre Rio+20.
La manifestación, convocada por la Cumbre de los
Pueblos, alternativa a la cita oficial, presentó diversos reclamos: desde
detener la deforestación amazónica y contemplar a los indígenas hasta tener en
cuenta las condiciones salariales de los empleados públicos, pasando por la
reinvindicación de las minorías.
La
policía estimó que en la marcha había entre 80.000 y 100.000 manifestantes. Todos
coincidieron en criticar el "fracaso" de la cumbre Rio+20, inaugurada
este miércoles en un centro de convenciones localizado a 40 km del lugar de la
protesta y considerada una oportunidad histórica para impulsar un acuerdo
mundial que frene la degradación ambiental del planeta.
"Rio+20
representa un retroceso y la mercantilización de la naturaleza", dijo a la
AFP Ana Elisa Bacellar, una funcionaria pública de 34 años que vestía una nariz
de payaso y tenía las manos esposadas en señal de protesta.
Un grupo de
manifestantes llevaba desplegada una gigantesca bandera brasileña del ancho de
la transitada avenida Rio Branco -por donde transcurrió la movilización-, sobre
la cual había un muñeco de la presidenta brasileña Dilma Rousseff con los
brazos en alto y dos motosierras.
Activistas
de la ONG ambientalista Greenpeace gritaban "El que no salta... es
ruralista" en una crítica directa a los promotores del polémico Código
Forestal, que establecerá el porcentaje de bosques que los propietarios rurales
deben conservar y que regresó al Congreso tras recibir un veto parcial de
Rousseff. "Código Forestal: Dilma, fantoche ruralista", se leía en la
gigante pancarta sostenida por Eusimar Bones, de 27 años, que escribió en su
frente con letras negras la palabra "luto". "Pese al veto
(parcial) de Dilma, esa ley es un retroceso, las florestas perdieron feo",
zanjó.
Una
mujer llorando vestida de planeta Tierra era azotada por un hombre armado que
gritaba "más carne para Estados Unidos". Su empleado -vestido con un
delantal blanco salpicado de sangre y con los logos McKiller's y Murder King-
perseguía a una falsa vaca para matarla con un hacha, mientras un indígena
trataba de defenderla.
Era una pieza montada por un grupo vegetariano contra el
impacto de la ganadería en la deforestación de la Amazonia. "Luchamos para
cambiar los hábitos de consumo y contra las grandes empresas de
alimentos", indicó la creadora de la obra, Mariana Terra, estudiante de 23
años y miembro de la ONG Revoluçao da Colher (Revolución de la Cuchara). A
pocos metros, Benita Fuentes sostenía una pancarta con otras tres compañeras de
la comunidad indígena en la que nació en Guatemala.
"Estamos
aquí para defender los recursos naturales y los territorios de nuestro pueblo,
amenazados por la minería y las hidroeléctricas", dijo esta mujer de 40
años, vestida con falda larga violeta y de estampado florido. Otro grupo de
indígenas xavantes de la Amazonia pasaba a trote firme y controlado, cargando
troncos en los hombros, representando uno de los juegos deportivos indígenas
que quieren transformar en mundiales.
Unos
1.600 indígenas de Brasil y de varios países del mundo participan en la Cumbre
de los Pueblos, alternativa a la oficial, donde exigen la demarcación y
reconocimiento de sus tierras. A la protesta llegó también un tanque de guerra
de tamaño real que fue construido con centenares de panes que simboliza la
lucha contra la violencia, la pobreza y el hambre, pero tuvo que ser cubierto
con bolsas plásticas por la lluvia.
Y entre las consignas, se colaba el sonido
de un 'enredo' de carnaval, que una voluptuosa mulata, vestida con un diminuto
vestido dorado, bailaba fervientemente, robándose varias miradas.
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