RÍO+20:
ESE IMPOSIBLE
CAPITALISMO VERDE
Escribe
IÑAKI
BÁRCENA (*)
Fuente:
“Rebelión”
21 de
junio 2012
(*) IÑAKI BARCENA.(España)
Profesor e investigador en la Universidad del País Vasco, en la que dirige el
Departamento de Ciencia Política y de la Administración Licenciado en Derecho
por la Universidad de Deusto (1980) y Doctor en Ciencias Sociales y Políticas
por la Universidad del País Vasco. Miembro de Ekologistak Martxan
El
mundo ha cambiado ostensiblemente en las dos últimas décadas como hemos
observado. Hace 20 años la coyuntura política en la que se celebró la “Cumbre
de la Tierra” era bastante distinta. Se dice que en Río de Janeiro tuvo lugar
la mayor reunión diplomática internacional de la Historia, atendiendo al número
de presidentes de Gobierno y Jefes de Estado reunidos.
En la cumbre de Rio+20
que se está celebrando ahora, no participarán ni Obama, ni Merkel, ni Cameron,
restando así importancia a la cumbre por parte de tres de las potencias
capitalistas más fuertes del planeta. Si estarán presentes sin embargo en la
reunión del G-20 que se dará este fin de semana en México, lo cual evidencia
las contradicciones del capitalismo y la propia debilidad y crisis de las ONU y
el desprecio manifiesto de las grandes potencias hacia ella.
Dilma
Rousset, presidenta de Brasil y anfitriona del evento, reprochaba a la UE y a
EEUU que “la sostenibilidad no puede estar a merced de las crisis”. Es decir,
que no puede ligarse solamente con el crecimiento económico. Hace 20 años
G.Bush (padre) dejó claro en la Cumbre de la Tierra que no venía a poner en
cuestión el “american way of life”- modo de vida americano-. Acudió, pero no firmó
ni un sólo documento.
Esta
vez sin la presencia de Obama, ni de algunos de los máximos líderes europeos,
la “Economía Verde” defendida por la propia UE, puede quedar en entredicho. En
esta tesitura, en que los principales gobiernos del mundo no están dispuestos a
financiar, ni a firmar acuerdos vinculantes para las nuevas y necesarias
políticas ambientales globales (agua, energía, biodiversidad, cambio climático,
desertificación..) ¿en manos de quién quiere dejar la ONU esta tarea? La
respuesta no es difícil: Bajo la responsabilidad de las corporaciones
transnacionales, como ya ocurrió en 2002 en la desastrosa cumbre de
Johannesburgo.
Ya en
1992, al acabar la Cumbre de la Tierra, Greenpeace colgó una gran pancarta en
el Pâo de Açúcar dónde a la Madre Tierra se le colocaba el cartel “sold
out-vendida”. para dejar constancia de que los mayores responsables de la
crisis socio-ecológica global, las empresas multinacionales, no figuraban ni en
los análisis, ni en los documentos aprobados, siguiendo así sus actividades sin
regulación, ni control por parte de la ONU.
Ahora,
20 años más tarde, nos hablan de Economía Verde y de Responsabilidad Social
Corporativa pero las actividades antisociales y anti-ecológicas de las
transnacionales siguen su curso, sin detenerse. La economía marrón y la verde
se retroalimentan. Por ello en la “Cupula dos Povos” -Cumbre de los Pueblos-
que se reúne a más de 40 kilómetros del fortificado Rio Centro oficial, la
asamblea de los movimientos sociales denuncia que la democracia global es
imposible con el secuestro y la cooptación de la ONU por parte de las
corporaciones capitalistas.
Tras el
escaparate conceptual de la “Economía Verde” se plantea una nueva recuperación
del capitalismo, esta vez, para tratar de introducir los ciclos naturales de la
vida en las dinámicas financieras y comerciales. Con esta propuesta se trata de
dar una vuelta de tuerca más a la explotación de los ecosistemas y de la
humanidad, usando su control de las nuevas tecnologías, como arma principal.
Trasngénicos, agrotóxiconbs y agrocombustibles, las nanotecnologías, la
biología sintética y la conquista del espacio, la vida artificial, y la
geoingeniería y la propia energía nuclear son incluidas en su menú verde para
superar la crisis ambiental.
El
insaciable y destructivo sistema económico capitalista busca obtener nuevos
“recursos” para su crecimiento y acumulación y por ello pretende seguir
introduciendo las bases biológicas de la naturaleza ( agua, atmósfera, suelo,
bosques, alimentos,…) en la lógica de mercado y promover un nuevo proceso de
financiarización que llaman “economía verde. Nosotras decimos “capitalismo
imposible” pues el capitalismo verde es un oximorón.
La
crisis ecológica marca los límites del crecimiento que el sistema capitalista
no quiere ver. A nuestro entender en el terreno energético, por ejemplo, la
cuestión no es sólo, si YPF lo gestiona Repsol o el gobierno argentino. El
asunto es hasta cuando se puede mantener la extracción creciente de energías
fósiles y quien pierde y quien gana en este sistema energético injusto y
despilfarrador. Los mapuches no tienen dudas y nosotras estamos con los
mapuches y con gente que en Alava, Burgos, Cantabria, en La Rioja y en muchos
otros territorios dicen NO a la amenaza del fracking.
Y en Muskiz, en
Puertollano, en el Campo de Gibraltar o en Castejón, con aquellas personas y
grupos que se manifiestan contra las infraestructuras energéticas que minan su
salud.
En el
Estado español dependemos altamente de combustibles fósiles importados ¿Hasta
cuando podemos mantener esta tendencia? ¿Cuándo vamos a empezar la transición
energética solar? Sin embargo optamos por cortar las primas a las renovables, y
seguir apoyando el insostenible carbón.
Nos
gustaria recordar a nuestros gobernantes las palabras de Leonardo Boff en la
inauguración de la Cumbre de los Pueblos: “La humanidad se encuentra en una
encrucijada. O nos encaminamos por la vía de la solidaridad o conoceremos
nuestra destrucción, el geocidio”. Decía que el capitalismo verde trata de
resolver la crisis financiera para poder mantener sus tasas de beneficio y
nosotras también queremos poner el acento en la crisis socio-ambiental para
poder hacer sostenible el futuro de la humanidad . Eso es lo que está en juego
en Rio+20.
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