LA MAYORÍA DESPOSEÍDA
Escribe
PAUL
CRAIG
ROBERTS (*)
Fuente:
”Global
Research”
Publicó
“Rebelion”
25
agosto de 2012
.
(*) Paul
Craig Roberts fue Secretario Adjunto del Tesoro en el gobierno de Reagan. Fue
Editor Asociado de la página editorial del Wall Street Journal y editor
colaborador de National Review. Es coautor de The Tyranny of Good Intentions
[La tiranía de las buenas intenciones.] Su último libro, How the Economy
Was Lost, ha sido publicado recientemente por CounterPunch/AK Press. Para
contactos, escriba a: PaulCraigRoberts@yahoo.com
El
conductor no era evidentemente acaudalado. Sin embargo, a pesar de todas las noticias
sobre los rescates de banksters por valor de mega-billones de dólares, de
bonificaciones por mega-millones de dólares para financistas facinerosos, y de
inimaginables paquetes de compensación para directores ejecutivos corporativos
que han exportado puestos de trabajo de EE.UU., algo hizo que el desvalido
conductor se asociara con el partido político de los súper-ricos.
Mientras
me sorprendía la extraña alianza de los desamparados con los mega-ricos,
recordé que en 2004 Thomas Frank se preguntaba cómo los republicanos habían
logrado convencer a los pobres para que votaran contra sus mejores intereses.
La respuesta, o parte de la respuesta, de Frank es que los republicanos
utilizan “temas sociales”, como el matrimonio gay y la exhibición del pezón de
Janet Jackson, para provocar indignación ante la amenaza a los valores morales
planteada por demócratas liberales.
Los
trabajadores pobres han sido convencidos por la propaganda republicana de que
votar a los demócratas significa entregar los dólares de los impuestos de los
trabajadores pobres a los pobres que no trabajan, proveer atención médica y
educación a extranjeros ilegales, y ser blando frente el terrorismo.
Para el
conductor de la camioneta, defender a EE.UU. significa defender los rescates de
los bánksters y las guerras multibillonarias del complejo militar/industrial.
El
Equipo de Trucos Sucios de Karl Rove ha perfeccionado la propaganda
republicana. Los republicanos se envían unos a otros por correo electrónico
innumerables historias estúpidas que dicen que Obama es musulmán, que Obama es
marxista, que Obama es un Manchurian Candidate que entrega EE.UU. al Nuevo
Orden Mundial o a las Naciones Unidas, o a alguna otra vil organización
conspirativa. Pero nunca acusan a Obama de entregar EE.UU. a Wall Street, al
complejo militar/industrial, o a Israel.
Los
correos nunca contienen una cita o fuente para las acusaciones. No se necesita
ninguna, porque son palabras que quieren escuchar los republicanos.
Preguntadles por qué Obama iba a matar musulmanes en siete países si fuera
musulmán, o por qué Wall Street y el complejo militar/industrial iban a poner a
un marxista en la Casa Blanca, y enrojecerán de rabia. Sólo por formular las
preguntas obvias en lugar de sumarse a las acusaciones, una persona confirma la
propaganda de que EE.UU. es amenazado por crédulos de Obama que no defenderán a
su país.
Parecería
que los no acaudalados que se enfurecen por las prestaciones sociales,
medicaid, Obamacare y las escuelas públicas son incapaces de atar cabos. El
rescate TARP por valor de 750.000 millones de dólares, una pequeña parte del
total y continuo rescate, habría sido suficiente para cubrir cualquier agujero
en esos presupuestos durante mucho tiempo. En su lugar, el dinero se utilizó
para recompensar a los que causaron la crisis financiera y despojaron a
millones de estadounidenses de sus casas. Que yo sepa, el conductor de la
camioneta es uno de esos desposeídos.
Los
mismos estadounidenses, con sus cerebros lavados, que se encolerizan contra
Obamacare y se preparan para votar por Romney ignoran el hecho de que mientras
era gobernador del Estado liberal democrático de Massachusetts Romney hizo
implementar su versión de Obamacare en el ámbito estatal.
La
mayor ironía respecto a Obamacare es que fue escrito por las compañías privadas
de seguros y que desvía fondos de Medicaid y Medicare para su beneficio. Puede
que sea medicina socializada, pero es socialismo a favor de las compañías
privadas de seguros.
Todo lo
que necesitaron los ciudadanos de los Estados de mayoría republicana para
apoyar el derroche de 6 billones de dólares por el complejo militar/seguridad
en las guerras de Iraq y Afganistán fueron pegatinas con la cinta amarilla y
una consigna: “Apoyad a los soldados”.
Obama,
afirman los republicanos, no hará frente a Siria ni se pondrá contra Irán, ni
estará a favor de Israel. Pero los republicanos se enorgullecen cuando Romney
va a Israel para arrastrarse haciéndole el juego al demente, sediento de
sangre, primer ministro israelí Netanyahu, que calificó a los máximos generales
israelíes de “cobardes” por advertir contra un ataque contra Irán. Romney le
dijo a Netanyahu: “dígame qué tengo que hacer y lo haré; soy leal a Israel”.
Aparentemente,
a los ultranacionalistas patriotas republicanos no les molesta que su candidato
presidencial anuncie que en cuanto asuma el mando entregará la política
exterior de EE.UU. a Netanyahu y enviará a más estadounidenses a la muerte y a
la bancarrota en su nombre.
Karl
Rove no tuvo ningún problema en el lavado de cerebros de votantes republicanos
para que apoyen su propia pérdida. El conductor de camioneta podría haber
colocado una pegatina que dijera: “No apoyes a un demócrata. Podría hacer algo
por ti.”
Sí, ya
sé. Es casi igual de fácil atacar a los demócratas. Bush y Cheney, y sus
matones neoconservadores destruyeron la Constitución y, con ello, a EE.UU. Pero
los demócratas permitieron que lo hicieran. Fue Nancy Pelosi quien, como
presidenta de la Cámara de Representantes, rechazó el juicio político de Bush.
Es
indudable que Bush y Cheney violaron el derecho estadounidense e internacional
y la Constitución. La negativa de Nancy Pelosi de responsabilizarlos estableció
el precedente de que el poder ejecutivo ya no responde ante la ley o la
Constitución.
En
efecto, el poder ejecutivo ahora es una dictadura. Actúa fuera de la ley y de
limitaciones constitucionales. Respecto a algunos temas todavía tiene que
consultar al Congreso o a los tribunales, pero a medida que aumenta el poder y
la audacia del poder ejecutivo, la consulta se convertirá en una formalidad y
luego se abandonará. El Congreso no tendrá más influencia que el Senado romano
bajo el Imperio y los tribunales se convertirán en escenarios de farsas
judiciales.
Los
estadounidenses eligieron presidente a Obama con la esperanza de que
restauraría el imperio de la ley. En su lugar, codificó las trasgresiones del
régimen de Bush y agregó algunas propias. Nadie de mi generación podría haber
imaginado que el presidente de EE.UU. estaría sentado en el Despacho Oval
aprobando listas de ciudadanos estadounidenses para que fueran asesinados sin
pruebas o debido proceso.
Por lo
tanto ¿a cuál queréis? ¿Al republicano que les hace el juego a los ricos y a
Israel, cuya política exterior es la guerra, o al demócrata que les hace el
juego a los ricos y a Israel cuya política exterior es la guerra? Cómo escribió
Gerald Celente en la edición de julio de Trends Journal, los estadounidenses
“argumentan entre ellos por qué su freak [engendro] es mejor que el otro freak.
Se enojarán si dices que su freak es un freak. Realmente combatirán y morirán
para defender a sus freaks.”
Es
extraordinario que millones de estadounidenses puedan creer fervientemente que
importa si es elegido el freak Romney o el freak Obama. Si los estadounidenses
tuvieran un poco de sentido común, se quedarían en casa y no votarían. El 1%
controla el país, y más valdría que el 99% se quedara en casa y no votara. Nada
va a cambiar gracias a la urna de voto.
¿Qué
suponéis que harán los partidarios de Ron Paul? ¿Verán a Romney como el menos
socialista de los dos y votarán por los republicanos que robaron la candidatura
a Ron Paul? (Jaret Glenn, “How the GOP Establishment Stole the Nomination from
Ron Paul,” publicado el 6 de agosto en OpEdNews.)
EE.UU.
está gobernado por una oligarquía privada. El gobierno es sólo su fachada. Los
recursos del país son desviados hacia los bolsillos de Wall Street, el complejo
militar/industrial, y al servicio del Gran Israel.
Las compañías petroleras,
mineras, madereras y de la agroindustria controlan la Agencia de Protección del
Medio Ambiente y el Servicio Forestal, y por eso la regulación sólo concierne
al pequeño individuo, mientras el fracking [fractura hidráulica], la minería de
remoción de la cima de montañas, y la contaminación del aire, el agua y el
suelo crecen de manera salvaje.
Los
oligarcas han logrado convertir a los estadounidenses en una mayoría desposeída
en su propio país. En noviembre los estadounidenses volverán a otorgar su
aprobación a uno de los dos candidatos de la oligarquía.
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