Escribe ATILIO A. BORON(*) Fuente “Pagina12” Buenos
Aires – Argentina- Domingo 27 de enero 2013
(*)
ATILIO BORON – Escritor. Economista y periodista argentino. Analista y politólogo. Director
del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales
(PLED). Premio Internacional de la
UNESCO José Martí. Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2009. Profesor
Regular Titular de Teoría Política y Social, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires desde 1986. Autor entre otros de La Filosofía
Política Moderna.
Como es
sabido, cada nuevo turno presidencial en los Estados Unidos despierta en
algunos espíritus ingenuos la esperanza de que “ahora sí”, América latina y el
Caribe van a ocupar el lugar que se merecen en la agenda de la Casa Blanca. No obstante, durante ochenta años la
historia se encargó de demostrar la absoluta vacuidad de esa retórica. Franklin
D. Roosevelt quien en su discurso inaugural anunció su “política del buen
vecino”. 80 años de historia ponen en su justo lugar aquella frase. Poco
después, en diciembre de ese mismo año 1933, su secretario de Estado, Cordell
Hull, en una conferencia panamericana en
Montevideo dijo que “ningún país tiene el derecho de intervenir en los asuntos
internos o externos de otro”. De nuevo recurrir a la historia. Sin palabras.
Entre Somoza y Lugo aparece una abigarrada galería de siniestros déspotas
apadrinados por la Casa Blanca: Carlos Castillo Armas en Guatemala; Rafael L.
Trujillo en República Dominicana; Papa Doc Duvallier en Haití; Fulgencio
Batista en Cuba; Marcos Pérez Giménez en Venezuela; Alfredo Stroessner en
Paraguay, para nombrar apenas a algunos pocos y a los que habría que agregar,
ya en los setenta del siglo pasado, a las tenebrosas figuras de Augusto
Pinochet en Chile, Jorge Rafael Videla en la Argentina y los gorilas
brasileños, bolivianos y uruguayos que asolaron nuestros países. Entre los gobernantes y líderes políticos
están, Zelaya y Lugo, Joao Goulart, Jacobo Arbenz, Juan D. Perón, Juan Bosch,
Arturo U. Illia, Maurice Bishop y Salvador Allende –amén de Omar Torrijos
(Panamá) y Jaime Roldós (Ecuador), muertos en sospechosos accidentes aéreos– entre
tantos otros.
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