“ESCRIBO
CUANDO ME PICA LA MANO…”
ENTREVISTA
REALIZADA POR EL PERIODISTA ALEJANDRO LAVQUÉN, DE LA REVISTA PUNTO FINAL de
CHILE
EDUARDO GERMÁN MARÍA
HUGHES GALEANO (Montevideo, Uruguay 1940) conocido como Eduardo Galeano, es
un periodista y escritor uruguayo, que está considerado como uno de los más
destacados escritores de la literatura latinoamericana. Sus libros más
conocidos, Memoria del fuego (1986) y Las venas abiertas de América Latina
(1971), han sido traducidos a veinte idiomas. Sus trabajos trascienden géneros
ortodoxos, combinando documental, ficción, periodismo, análisis político e
historia. Ha recibido importantes premios.
“Por
suerte no me faltan picazones en la mano y escribo constantemente. Además es lo
único que más o menos me sale. A lo largo de mi vida quise ser muchas cosas que
no pude ser.” señala el escritor
uruguayo Eduardo Galeano, que en días pasados recibió el XVIII Premio N’aitun,
que otorga la Corporación Cultural Artistas Pro-Ecología. Crítico,
también prefiere colocar entre paréntesis aquello de ser un hombre de izquierda,
porque en muchos caso, esta se muestra conservadora y atrasada.: “Soy de izquierda, pero eso no significa
que yo confunda, como muchos compañeros, por cierto muy queridos por mí, la
religión con la política, nos soy fanático ni religioso en política. No creo en
el fanatismo, creo que los fanáticos deberían estar todos encerrados en el
manicomio, porque son peligrosos”. Cuando se habla de literatura
política se pregunta si hay alguna literatura que no sea política. Si no hay
alguna literatura que elija entre la libertad y el miedo. Y lo mismo con las personas, nunca coinciden las etiquetas. Yo les
disparo a las etiquetas. Y cuándo me dicen escritor de qué. Yo digo: de todo,
de cualquier cosa. O cuándo me dicen usted es poeta; respondo, no, no
escribo poesía, o a lo mejor la escribo y no me doy cuenta, y eso me llena de alegría, porque la
literatura que más me gusta es la que revela la poesía escondida”. Galeano confiesa cuándo se dio cuenta
de que era un escritor: “Cuando me di cuenta de que era un inútil total. y la
verdad es que la literatura me ha dado muchas alegrías. La certeza de que uno puede escribir de tal manera que las palabras
que broten de una página toquen la cara de quien la está leyendo, como si las
palabras tuvieran dedos, como un contacto real”.
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