miércoles, 20 de febrero de 2013

LOS VALORES ESPIRITUALES EN EL SENTIDO MODERNO, SE SITÚAN EN LA SUPERESTRUCTURA Y NO CABEN EN LOS ESQUEMAS CIENTÍFICOS. SU LUGAR ES EL MUNDO DE LA SUBJETIVIDAD, ENTREGADO A LA DISCRECIÓN DE CADA UNO O DE LOS GRUPOS RELIGIOSOS

EL RESCATE DE LA CATEGORÍA “ESPÍRITU”

Escribe LEONARDO BOFF (*) lboff@leonardoboff.com – Miércoles 20 de febrero 2013  

 (*)LEONARDO BOFF (BRASIL)Teologo, filósofo y escritor Es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación.En 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (hoy Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder”, que criticaba la Doctrina de la Iglesia . Es profesor de, ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades , como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Ha escrito más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood


En la cultura letrada dominante "espíritu" es lo que se opone a la materia. La materia sabemos más o menos lo que es, ya que puede ser medida, pesada, manipulada y transformada, mientras que el "espíritu" cae en el campo de lo intangible, indefinido, y hasta nebuloso. La materia es la palabra-fuente de los valores axiales de la experiencia humana de los últimos siglos. La ciencia moderna se ha construido sobre la investigación y el dominio de la materia. Ha penetrado hasta sus últimas dimensiones. Einstein demostró que la materia y la energía son equivalentes. La materia no existe. Es energía altamente condensada y un campo riquísimo de interacciones. Los valores espirituales en el sentido moderno convencional, se sitúan en la superestructura y no caben en los esquemas científicos. Su lugar es el mundo de la subjetividad, entregado a la discreción de cada uno o de los grupos religiosos. En la cultura popular, la palabra "espíritu" tiene gran validez. Traduce cierta concepción mágica del mundo en contra de la racionalidad aprendida en la escuela. Para gran parte del pueblo, especialmente los influidos por la cultura afrobrasileña e indígena, el mundo está habitado por espíritus buenos y malos que afectan a las diferentes situaciones de la vida, como la salud y la enfermedad, la vida afectiva, los éxitos y los fracasos, la buena o la mala suerte. El espiritismo ha codificado esta visión del mundo por la vía de la reencarnación. Cuenta con más seguidores de los que se piensa.

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