viernes, 1 de marzo de 2013

EL SISTEMA ES CAPAZ DE SEGUIR DESTRUYENDO LOS ECOSISTEMAS DEL PLANETA POR LA OBTENCIÓN DE PROVECHOS A CORTO PLAZO Y DE EXPLOTAR MILLONES DE TRABAJADORES FORMALES O INFORMALES EN BENEFICIO DE MINORÍAS QUE SE ENRIQUECEN.

EL BIEN COMÚN DE LA HUMANIDAD:  
UN PARADIGMA POST-CAPITALISTA  
ENTRE LA NATURALEZA 
Y EL GENERO HUMANO

Escribe  FRANÇOIS HOUTART (*) Fuente “Eco Portal.net” Viernes 1º de marzo 2013.

(*) FRANÇOIS HOUTART (Bruselas, 1925) es un sacerdote católico y sociólogo marxista belga. Teologo fundador del Centro Tricontinental(CETRI) conocido como el “papa antiglobalización”. Recibió el premio UNESCO-Madanjeet Singh por la promoción de la Tolerancia y la No Violencia. Doctor en Sociología (Universidad de Lovaina, 1973). Doctor Honoris Causa de Notre Dame University, Indiana. Referente mundial en  temas de  Derechos Humanos y de Ecología.
La múltiple crisis actual provee la oportunidad de una reflexión que sobrepasa lo inmediato y la Conferencia Por el Equilibrio del Mundo es un lugar particularmente adecuado para este fin. Abordaremos en primer lugar el porqué de un nuevo paradigma, después la ruptura del equilibrio del metabolismo socio-ambiental y el aporte de Carlos Marx, y finalmente la reconstrucción de este equilibrio y la transición hacia la dimensión ecológica del socialismo. La organización capitalista de la economía se basa sobre la lógica de la ganancia y de la acumulación privada con la ignorancia de las externalidades sociales y ecológicas. Ella conlleva la explotación de la naturaleza, una ley del valor exclusivamente basada sobre el cambio, el capital como principal sujeto de la organización colectiva y de la historia, y la colonización de la cultura. En su fase neoliberal, el capitalismo llevó la ruptura del metabolismo socio-ambiental a un nivel jamás.  Al mismo tiempo, el sistema es capaz de seguir destruyendo los ecosistemas del planeta por la obtención de provechos a corto plazo y de explotar millones de trabajadores formales o informales en beneficio de minorías que se enriquecen. En consecuencia, las luchas deben superar las regulaciones del capitalismo, aún si son eventualmente necesarias a corto plazo, para atacar el fundamento de la lógica que preside a su desarrollo. Es lo que Carlos Marx propuso en su obra. Hoy, se trata de perseguir este propósito y de proponer una filosofía de la vida colectiva de la humanidad en el planeta, adaptada a las nuevas circunstancias. Eso no puede ser sino el fruto de las luchas sociales y revolucionarias, combinadas con un pensamiento crítico. El nuevo paradigma tiene que adoptar orientaciones opuestas a las de un capitalismo que está llegando al colmo de su carácter destructor y que, por consecuencia, es un instrumento de muerte, tanto por el planeta como por el género humano.

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