domingo, 10 de marzo de 2013

EL HOMBRE ARTIFICIAL SIEMPRE FUE UNA FANTASÍA QUE RESULTA TAN ATRACTIVA COMO INQUIETANTE. TARDE O TEMPRANO A ALGUIEN PENSÓ EN LLEVARLA A LA PRÁCTICA. DESDE LOS AUTÓMATAS DE VAUCANSON HASTA ESOS VISTOSOS ROBOTS HUMANOIDES QUE LA TV SUELES USAR PARA DARLES COLOR EN SUS NOTICIEROS

EL CÓDIGO ASIMOV

Escribe PABLO CAPANNA (*) Fuente “Pagina 12” Buenos Aires, Argentina, 9 de marzo 2013

(*) PABLO CAPANNA (Italia 1939, radicado en Argentina) Escritor, filósofo y profesor de esa materia, más conocido como periodista y los ensayos, que el suplemento Futuro de Página/12 publica desde hace once años. Colaborador de medios como El Péndulo, El Cronista, Clarín (PK), La Opinión, El País, Revista Ñ y algunos otros. Su blog: eljineteinsomne2.blogspot.com

Hay una historia de dudoso origen que suele reaparecer cada vez que alguien escribe sobre los orígenes de la informática. Se dice que proviene de la Edad Media, pero tiene un inconfundible aroma a romanticismo alemán, y bien podría ser una ficción de Hoffmann o de Novalis.  Cuenta la leyenda que allá por el siglo XIII San Alberto Magno, un filósofo interesado en la ciencia y la técnica, había construido un robot que usaba como secretario. A Roger Bacon, que vivió casi en la misma época, también se le atribuía la fabricación de una cabeza parlante. Según la versión hard de la historia, Santo Tomás de Aquino, discípulo de Alberto, la habría emprendido a bastonazos con el robot. Según la light, tan sólo habría mandado a destruir al muñeco en cuanto murió el maestro. Pero en ambos casos el hombre mecánico aparecía como un engendro diabólico más que como un triunfo de la técnica. Pasaría mucho tiempo antes de que empezara a mejorar su imagen. Una de las primeras cuestiones que plantean los robots consiste en decidir si deben imitar la anatomía y la conducta humanas o es preferible que se limiten a cumplir ciertas funciones específicas. Los robots industriales, los que más presencia tienen en nuestro mundo, hace tiempo se han definido por la funcionalidad, pero el robot diseñado para uso doméstico tiende a remedar la forma humana. La otra cuestión atañe al margen de autonomía o de libertad que vamos a darles a los robots para mantenerlos bajo nuestro control y aventar el peligro de que algún día se les ocurra dominarnos.

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