EN
EL PERIODISMO LA VERDAD ESTÁ MUERTA.
Escribe PAUL CRAIG
ROBERTS (*) Fuente “TRIBUNA HISPANA-USA” http://www.tribunahispanausa.com/ Traducción: A. Mondragón- 12 de abril 2013 -
(*) PAUL
CRAIG ROBERTS (1939 Atlanta EU) Es un economista y periodista paleoconservador
estadounidense. Cursó Instituto de Tecnología de Georgia, Universidad de
Virginia Fué subsecretario del Tesoro en la administración Reagan. Fue Editor
Asociado de la página editorial del Wall Street Journal y editor colaborador de
National Review. Publica en
CounterPunch/AK Press y otros.varios medios. Es coautor de The Tyranny
of Good Intentions (La tiranía de las buenas intenciones.) Su último libro es
How the Economy Was Lost. (Como la economía estaba perdido) Se le ubica muy crítico hacia la actual
política de EU..
A lo
largo de la historia los que dicen la verdad han sufrido y los historiadores de
la corte han prosperado. Es lo mismo
hoy. Gerald Celente ilustra esto brillantemente en el próximo ejemplar del
Trends Journal “Durante los últimos 35 años he aprendido esta lección
como una columnista. Si usted le dice a los lectores lo qué se está ocurriendo
realmente, ellos quieren saber porqué usted no puede ser positivo. ¿Por qué nos está diciendo que hay malos
sucesos que no pueden ser remediados? ¿Usted no sabe que Dios le dio a los
norteamericanos el poder de arreglar todos los males? Los griegos clásicos lo
entendían muy bien. En la mitología griega, Casandra era la profetisa en quien
nadie creía a
pesar de su expediente de acertar el 100 por ciento.
Decir la verdad a los
norteamericanos o a los europeos es tan costoso como
decirle la verdad a los Griegos en mitología antigua. En EE.UU. y por todas
partes en el mundo occidental o el mundo entero, decir la verdad es impopular.
De hecho, en los EE.UU. se ha criminalizado decir la verdad. Mire por ejemplo a Bradley Manning,
encarcelado por dos años, sin fianza y sin un juicio en violación de la
Constitución de los EE.UU. Julian Assange es otro ejemplo. WikiLeaks ha tomado
la función de reportar lo que los medios occidentales ha dejado de hacer.
Julian Assange dio un salto el vacío y fue demonizado inmediatamente, no sólo
por Washington sino también por los medios de la izquierda y de la derecha,
incluyendo a los de Internet. Era una combinación de celos, de
ignorancia, y de hacerle el bajo a Washington. Sin WikiLeaks y Assange el mundo
no conocería esencialmente nada. Los
manipuladores de Washington, los medios “prestituídos”, y los medios que son
marionetas del estado prevalecieron. La orden era destruir a Julian Assange.
Gerald Celente |
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