¡DUDAMEL!
Escribe
JOSÉ PABLO FEINMANN (*) Fuente “Página 12” (contratapa) de Buenos Aires,
Argentina-Domingo 21 de abril 2013.
(*)JOSÉ PABLO FEINMANN (Buenos Aires, 1943) es un filósofo,
docente, escritor, ensayista, guionista y conductor de radio y televisión
argentino. Licenciado en Filosofía en la Universidad de Buenos
Aires, trabajó en ella hasta 1974 como profesor de esa materia.
Así, entre signos de admiración. De ese modo,
y sólo de ése, se puede explicar el tornado que ha sacudido la música clásica
del siglo XXI. Gustavo Dudamel es, hoy, considerado el mejor director que puede
plantarse al frente de una orquesta sinfónica, esa gran creación del ser humano.. Y es venezolano hasta lo más
hondo de sus entrañas. Y más aún que venezolano, es suramericano. Un hijo de
este continente al que ha decidido serle fiel, imponerlo donde vaya. Este fenómeno le debe mucho a un líder
político que acaba de morir y a cuya despedida de este mundo acudió Dudamel,
pese a mil advertencias sobre lo negativo que tal acto sería para su carrera.
Ahí estuvo. Y fue justo. El presidente Hugo Chávez ayudó a Dudamel a formar, a
pulir, la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar. Esa orquesta es obra de
ambos. Esa es la orquesta de Dudamel, aunque hoy dirija a las más
grandes de este mundo. La Simón Bolívar suena como los dioses. Al morir Chávez
voló
a Venezuela. Y no dejó nada por hacer. Dirigió
el Himno de Venezuela en el sepelio. Y en la sala del Teresa Carreño –donde
había treinta y tres líderes mundiales– se largó a tocar los mambos de Pérez
Prado. En cierto momento, se da vuelta y les indica a los políticos que se
pongan a bailar, qué tanto. Y los políticos bailaron mambos. Salieron del
libreto, de la rigidez, de las formas adustas de la diplomacia, y se empezaron
a mover al ritmo de los mambos, y aplaudieron y rieron. Dudamel, en tanto, los
dirigía. Este es el nuevo fenómeno. Un joven genio. Alguien que no hace
diferencias con la música. Que va de Pérez Prado a Beethoven y a Mahler. Dudamel
tiene sus fuertes convicciones. Y no en vano se jugó la carrera cuando entró,
junto a Sean Penn, en el velatorio de Chávez. Sin embargo, lo siguieron
llamando de todos lados. No se pueden dar el lujo de prescindir de él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario