DE
LA DERECHA EN VENEZUELA
Fuente BLOG del autor –
Domingo 28 de abril 2013
(*)
ATILIO BORON – Escritor. Economista y periodista argentino. Analista y politólogo. Director
del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales
(PLED). Premio Internacional de la
UNESCO José Martí. Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2009. Profesor
Regular Titular de Teoría Política y Social, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires desde 1986. Autor entre otros de La Filosofía
Política Moderna.
Los hechos, colocaron al gobierno chavista a la
defensiva o, cuando menos, en un estado de alerta ante las amenazas que se
ciernen sobre el futuro de la Revolución Bolivariana. Duele decirlo, pero más dolería contemplar el inesperado y dramático
final de un proceso revolucionario tan significativo como el lanzado por el
Comandante Hugo Chávez por no haberse adoptado a tiempo las medidas correctivas
imprescindibles para preservarlo. La existencia de un amplio entramado
de organizaciones populares nacidas durante el gobierno del Presidente Chávez
bien podrían ser los bastiones fundamentales que aseguren la continuidad del
proceso revolucionario. Todos los
clásicos del marxismo comprendieron muy bien el notable paralelismo existente
entre el arte de la guerra y la lucha política
No se les escapaban las diferencias, pero
tampoco pasaban desapercibidas sus semejanzas; por eso, tomaban nota de las
enseñanzas que aportaba la historia militar. Observaron, por ejemplo,
que cuando una fuerza social y numéricamente inferior quiere atacar a un
ejército poderoso y bien organizado debe apelar a formas no convencionales de
lucha. Las tácticas de la guerrilla son precisamente eso: ataques inesperados,
sorpresivos, puntuales, seguidos de una rápida retirada, dejando en el campo de
batalla a un enemigo lastimado y, sobre todo, desmoralizado. Eso es precisamente lo que con mucha
astucia (y absoluta inescrupulosidad) ha venido haciendo la derecha en
Venezuela al lanzar un torrente de ataques –desde denuncias y agresiones
verbales hasta sabotajes económicos, asaltos a recintos asociados al PSUV o a
los centros de salud de la “Misión Barrio Adentro” y “asesinatos
ejemplarizadores”- que lograron debilitar el entusiasmo y la moral
revolucionaria de las fuerzas chavistas, lo cual se vio reflejado en el voto
del 14 de Abril.
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