Escribe OSVALDO BAYER (*)
Fuente “Página 12” Buenos Aires- Domingo 28 de abril 2013
(*) BAYER
OSVALDO JORGE (Santa
Fe, Argentina, 18 de febrero de 1927) es un historiador, escritor y periodista Estudió
Historia en la Universidad de Hamburgo (Alemania) y de regreso en la Argentina,
trabajó intensamente en el canal educativo y cultural del Ministerio de
Educación de la Nación es conocido por su activismo a favor del
movimiento anarquista.Bayer. “un anarquista y pacifista a ultranza como él se
autodenomina”. Radicado en Buenos Aires
En Santa Rosa, la capital
de nuestra provincia de La Pampa, se inauguró el monumento al cacique Pincén,
aquel ranquel que con todas sus fuerzas enfrentó a las tropas
de Buenos Aires
que venían a desalojarlos de sus tierras y convertir en esclavos a los hombres,
mujeres y niños de los pueblos originarios. Por
fin se está reconociendo todo esto luego del profundo estudio de nuestra
historia por diversos investigadores, y a ciertos titulados héroes se los está
bajando del pedestal. Justo eso es lo que se volvió a vivir en Santa
Rosa. Allí se realizó un acto en el teatro municipal, con la presencia de las
autoridades locales, en celebración de haber cambiado el nombre de la avenida Julio Argentino Roca, el principal
ejecutor de la campaña de quitar las tierras a los pueblos originarios,
restablecer la esclavitud en la Argentina durante la presidencia de Nicolás
Avellaneda y de cometer la más grade matanza de pueblos originarios en estas
tierras. Ahora toda esa avenida
llevará el nombre del Libertador, José de San Martín, justo la figura opuesta
en pensamiento a Roca, que jamás hizo discriminación con respecto a los pueblo
s
originarios, a quienes llamaba “nuestros paisanos los indios”. Pensamiento que compartió a ultranza con
Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Juan José Castelli y Bernardo de Monteagudo. Emocionante
fue cuando se vio a mapuches en sus ropas típicas dar cuatro vueltas alrededor
del monumento al cacique Pincén. Es
que en Historia siempre, al final, triunfa la Etica, la Verdad. Un genocidio es
un genocidio y no se lo puede tapar con el eufemismo de llamarlo la “Campaña
del Desierto”. También quedó en claro que, además del genocidio y el robo de
tierras, los vencedores volvieron a practicar la odiada esclavitud que había
comenzado a eliminarse en nuestro país Pero la verdad histórica que se escondió a
casi un siglo y medio de sucedido el genocidio y que se tergiversó en los
libros de historia con que aprendieron tantas generaciones en los institutos de
enseñanza, finalmente surge y se demuestra la verdad. Ese es el único camino a
la Paz entre los pueblos y al verdadero progreso. El lograr la Paz Eterna, como
la soñaba el filósofo Kant.
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