viernes, 21 de junio de 2013

LA HEGEMONÍA CAPITALISTA SE BASA EN LA SEDUCCIÓN Y LA SERVIDUMBRE VOLUNTARIA

LA MÁQUINA DE EMBRUTECER
NO CONOCE LA CRISIS


Escribe 
EMRAH KAYNAK 
 Periodista. Sociologo,  Escritor  
  publica en “Rebelión” http://www.rebelion.org/ 
 20 de junio 2013

Vivimos en una época donde los nuevos ídolos, resonancia de la vacuidad, se llaman Steve Jobs, París Hilton, Cristiano Ronaldo, Lady Gaga. Apoyada por una maquinaria implacable, la incultura de masa regida por la prohibición de pensar hipnotiza la juventud mundial. Ninguna contra-educación formal puede hacer frente a este torrente de imágenes y de sonidos acumulativos que domina la cotidianidad de cada uno. Deporte, televisión, publicidad hicieron los pilares de la manipulación de las conciencias. Desde hace tiempo, la industria del espectáculo  “es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón y el alma de las condiciones más desalmadas”. Es el nuevo opio del pueblo para
repetir la famosa cita de Marx relativo a la religión. Por su carácter divertido, la industria cultural es un regulador social, a la vez manifestación de la inepcia existencial y compensación con efecto sedativo. El deporte-espectáculo moviliza más que nunca capitales inverosímiles y masas magnetizadas por la pantalla, distrayéndoles de su miserable realidad social. Nada peor para desperdiciar el tiempo que las misas deportivas que colonizan el espacio público y canalizan la energía de las masas. Ávidos de poder, empresas multinacionales, incluso Estados (Dubaï, Qatar) especulan sin contar con este proceso innoble de embrutecimiento. Qatar, organizador de la copa del mundo 2022 para un coste astronómico valorado a 50 mil millones, desarrolló una ambiciosa diplomacia deportiva tomando posesión del club de Paris Saint-Germain y creando una red de difusión televisada planetaria. “El mismo contenido ideológico dominante, a menudo exclusivo, de los grandes medios de comunicación, comentarios políticos, los chismes periodísticos, las conversaciones diarias (incluido los intelectuales dichos de izquierda), el espectáculo deportivo aparece como una propaganda ininterrumpida para la brutalidad, el embrutecimiento, la vulgaridad, la regresión intelectual ” nos explica el sociólogo francés Jean-Marie Brohm.
( La nota completa de Emrah Kaynak )

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