SOMOS NUESTROS PROPIOS ENEMIGOS
Escribe
RICARDO LUIS MASCHERONI (*)
Fuente “ARGENPRESS.Info”
3 de junio 2013
(*) RICARDO LUIS MASCHERONI, (Sante Fe, Argentina) Abogado,
ambientalista, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales de la Univ. Nac. del Litoral. Autor de “Otra óptica sobre la
inseguridad” “¿Pesca fluvial o minería
ictícola” “Represas
y EIA, mitos y realidades” “la inseguridad como política y la desnaturalización
del debate social” entre otras obras y artículos en varios medios de prensa.
Cualquier atorrante de mi barrio, en torno a
esta conmemoración, diría: “estamos en 2013 y el pescado sin vender”, Si reflotáramos las prédicas
ambientalistas escritas desde la década del ’60 hasta nuestros días, veríamos
que poco ha cambiado desde lo literal. En
paralelo a ese transcurrir, el estado sanitario del Planeta ha ido y va en
franca y acelerada declinación. No obstante lo afirmado, de necios
sería y además injusto, no reconocer que en todo este tiempo, la participación, la militancia y la
percepción social sobre la crisis ambiental creció, en forma más que
considerable, afortunadamente, lo que ha provocado cambios legales e
institucionales en la gestión del ambiente. Cómo entender y en consecuencia explicar este desfasaje,
que muestra, que a la par que existe
una mayor comprensión y conocimiento sobre la problemática, las soluciones se hacen
cada vez más ilusorias o se licuan en una maraña de normas jurídicas,
administrativas, exhortaciones, apelaciones, congresos
, convenciones, jornadas,
que más allá de la corrección de sus planteamientos, poco aportan en dicha
dirección, mientras los tiempos se acortan para plasmar alternativas al status
quo depredador y agresivo en el que nos hallamos inmersos. Esto no es
fácil de dilucidar, creo que ingenuamente se soslaya, la responsabilidad de los
pueblos en los procesos históricos y sociales en los que se han visto inmersos
o en que les tocó actuar y a los cuales se han amoldado. Por lo menos en el terreno
hipotético, que Alemania como nación, no
fue inocente de Hitler, como los italianos no lo fueron de Mussolini, los
norteamericanos de Reagan y de tantos otros, o los argentinos de Menem u otras
gestiones de nuestra historia. Es verdad también, que muchos o pocos,
se resistieron a estos regímenes, pero las grandes mayorías en esos países y
otros, dieron su aquiescencia a los mismos, convalidando y legitimando sus
locuras y perversidades. Por qué no
pensar que en determinados contextos históricos o circunstancias, los pueblos
también actúan irreflexivamente, como manadas en estampida y nada los detiene
en su avance hacia el precipicio.
(
Nota completa de Ricardo Luis Mascheroni )
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