Escribe
DAVID BROOKS(*)
Columnista en
“La Jornada” de Mexico
Lunes 24 de junio 2013
(*) DAVID BROOKS (Toronto, 11 de agosto de
1961), periodista canadiense-estadounidense especializado en política.
Columnista del New York Times y PBS, NYT
entre otras Agencias.. Ha sido redactor
jefe del Weekly Standard y colaborador en Newsweek y Atlantic .Corresponsal en Estados Unidos de “La Jornada” de México. Entre
varios otros medios Autor del bestseller “The Social Animal” (“El animal
social”)
A
diario, más de 50 mil personas duermen en las calles o en albergues. Desde que
Michael Bloomberg es alcalde de esta ciudad, ese sector de la población ha
crecido 73 por cientoFoto Reuters. Todos las noches en Nueva York, la ciudad
más rica del país más rico del mundo y la capital del capital, uno tiene que
caminar cuidadosamente para no molestar a los que están durmiendo en la calle. Todos los días más de 50 mil personas
pernoctan en las calles
o en albergues –21 mil de ellas son menores de edad– en
esta ciudad, que ha experimentado un auge en construcción de edificios de lujo.
Este es un incremento desmedido desde que Michael Bloomberg, el hombre más rico
de Nueva York, asumió como alcalde: la
población de los albergues se ha incrementado 61 por ciento y ha habido un
aumento de 73 por ciento en total de la población sin techo, según la Coalición
por los Sin Hogar. Todos los días uno escucha que la bolsa de valores
subió o bajó, como si ello fuera uno de los datos más importantes del mundo. Mientras los miles de sin techo buscan
una esquina o un catre en algún albergue, los ricos van midiendo cuántos
millones subieron o bajaron sus fortunas mientras caminan cuidadosamente sobre
los bultos humanos en las banquetas, a veces ofreciendo un dólar o dos.
No importa que sus fortunas provengan de mil manipulaciones, especulaciones,
estafas y engaños, parte del fraude del siglo que se cometió en este país en
los últimos años. Todos lo
s días, en promedio, hay 32 muertos (ocho de ellos
menores de edad) y 140 heridos por la violencia con armas de fuego en el país. Los fabricantes de armamento están
felices. También los empresarios dedicados a la industria de la seguridad
pública, quienes lucran con enjaular "delincuentes", siempre y cuando
no sean banqueros. Tanto así que uno de los sectores más dinámicos de
la economía ha sido la industria carcelaria, cada vez más privatizada –las dos
compañías más grandes dedicadas a este negocio obtuvieron 3 mil millones
dólares en ingresos en 2010–, incluyendo el creciente business de detener a
migrantes.
( La nota
completa de David Brook )
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