¿HACIA UN NUEVO ALCA?
LEANDRO MORGENFELD(*)
Fuente PIA
Periodismo
Internacional lternativo - http://www.noticiaspia.com.ar/
11 de junio 2013
(*)LEANDRO
MORGENFELD ( 1977 Buenos Aires) Cursó la carrera
de Historia en la Universidad de Buenos Aires, en la que es docente y también
es profesor en ISEN. Investigador del CONICET. Autor del libro “Vecinos en
conflicto “Argentina-Estados Unidos en las conferencias panamericanas” (Ed.
Continente, 2011),y de “Relaciones
peligrosas. Argentina y Estados Unidos” (Capital Intelectual, 2012) y del blog www.vecinosenconflicto.blogspot.com
Hace
exactamente dos años, en Lima, se dio a conocer la Alianza del Pacífico.
Impulsada por el entonces presidente Alan García, reunió en un nuevo foro regional a Perú, Colombia, Chile y México y
se planteó como un espacio para contrarrestar la entonces creciente influencia
bolivariana. El pasado 23 de Mayo en Calí además de esos países, participan como observadores Panamá, Uruguay,
Costa Rica y Canadá. Ya en su manifiesto
inaugural, la “Declaración de Lima”,
los socios señalan que pretenden “avanzar progresivamente hacia el objetivo de
alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas”. Luego
del fracaso del proyecto del ALCA, en 2005, y del fortalecimiento de una
integración regional que excluía a Washington (Mercosur ampliado -que aguarda
el ingreso de Bolivia y Ecuador-, UNASUR, CELAC, ALBA), Washington pretende reposicionarse en la región, a pesar de su
relativamente decreciente influencia económica, del avance chino y de la
profundización de las relaciones económicas sur-sur. La Casa Blanca
impulsa la Alianza Trans-Pacífico (ATP), con el objetivo de crear un mercado
común entre las Américas (actualmente participan Canadá, México, Perú y Chile),
Australia y Asia, sin China. En línea con una política exterior que mira con
recelo la expansión y la competencia de Pekín (los principales despliegues
militares del Pentágono se realizan actualmente en el Pacífico), la ATP cumple el doble objetivo de
intentar contener y limitar la expansión económica china y a la
vez lograr una
suerte de ALCA remozado que contrarreste la influencia que supo tener la
integración alternativa impulsada desde Caracas por el eje bolivariano. En
función de los intereses de las grandes corporaciones estadounidenses, se negocia a puertas cerradas, con el
objetivo de llegar a un acuerdo en octubre de 2013. Al mismo tiempo,
movimientos sociales de todo el mundo luchan contra la concreción de esta nueva
ofensiva del capital trasnacional que
afectaría derechos laborales, regulaciones ambientales, acceso a medicamentos
genéricos, regulaciones financieras, a la vez que impulsaría la consolidación
de oligopolios y disminuiría la potencialidad de desarrollos locales.
(
La nota completa de Leandro Morgenfeld)
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