DE LA NSA Y EL FBI
(*) AMY GOODMAN
Locutora, periodista y escritora progresista de EE UU. Egresada de Harvard
University en 1984, Fundo”Democracy Now” noticiero internacional que se emite
diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de
400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema:
Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado
por Le Monde Diplomatique Cono Sur. Traducido por Mercedes Camps. Edición:
María Eva Blotta y Democracy Now! en español.
Estamos
a pocas semanas de que se cumpla medio siglo de la Marcha Sobre Washington por
el trabajo y la libertad de 1963, fecha en que se conmemora la histórica
concentración en que Martin Luther King Jr. pronunció su famoso discurso “Tengo
un sueño”. Mientras se aproxima esa fecha, es importante recordar hasta qué
punto King estaba en la mira del aparato de
espionaje interno del gobierno. La
operación del FBI contra King constituye uno de los episodios más vergonzosos
de la larga historia de persecución de disidentes llevada a cabo por nuestro
gobierno. Cincuenta años después de aquella histórica marcha, Edward Snowden
decidió correr un gran riesgo al exponer el alcance a nivel mundial de los
programas de espionaje supervisados por el Presidente Barack Obama. Lo que
reveló sigue provocando indignación y críticas hacia Estados Unidos en casi
todos los rincones del mundo.En un memorando clasificado del FBI, emitido el 4
de enero de 1956 —poco más de un mes después de que Rosa Parks fuera arrestada
por negarse a ceder su asiento de autobús a un pasajero blanco—, la oficina del
FBI de Mobile, Alabama, afirmó que un agente “había sido asignado para
averiguar todo lo que pudiera sobre el Reverendo Martin L King, ministro de
color de Montgomery y líder de los boicot a los autobuses… para revelar toda la
información negativa que se pudiera
respecto a King”. En aquel momento, el FBI
era dirigido por su director fundador, J Edgar Hoover, que hacía uso de los
vastos recursos que controlaba contra todo aquel que considerara crítico de
Estados Unidos. La operación clandestina de espionaje, infiltración y
desbaratamiento de amplio alcance que llevó a cabo Hoover recibió el nombre de
“COINTELPRO”, sigla que proviene del término “programa de contrainteligencia”. Las
actividades del programa COINTELPRO del FBI, así como operaciones ilegales
llevadas a cabo por agencias como la CIA, fueron investigadas en profundidad en
1975 por el Comité Church, que estaba presidido por el senador demócrata de
Idaho Frank Church. El comité informó que el FBI “llevó a cabo sofisticadas
operaciones de vigilancia con el objetivo de impedir de manera directa el
ejercicio de los derechos de libertad de expresión y asociación que establece
la primera enmienda de la Constitución.
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