sábado, 6 de julio de 2013

¿ NO INTERESARA MAS EL CASO DEL GENERAL CARTWRIGHT, ACUSADO DE ESPIONAJE?

«ANTE NUESTROS OJOS»
  EL PRECIO DE LA VERDAD

Escribe  
THIERRY MEYSSAN(*) 
Red Voltaire ( Beirut (Líbano) http://www.voltairenet.org (français  Português  English  italiano) 
1ro de julio de 2013


 (*) THIERRY MEYSSAN   Intelectual francés, Presidente-fundador de la “Red Voltaire” y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).

MIENTRAS LA PRENSA INTERNACIONAL PRESENTA  A EDWARD SNOWDEN  SOBRE EL PROGRAMA PRISM Y FINGE DESCUBRIR LO QUE TODO EL MUNDO SABE, THIERRY MEYSSAN SE INTERESA MÁS BIEN EN EL CASO DEL GENERAL CARTWRIGHT



Ex comandante de las fuerzas nucleares de Estados Unidos, ex jefe del Estado Mayor Conjunto, ex consejero militar del presidente Obama, el general Cartwright está siendo acusado de espionaje. Se le imputa haber entregado al New York Times información sobre la guerra secreta contra Irán para evitar así una guerra inútil. ¿Qué son los funcionarios estadounidenses, civiles o militares, que se exponen a un mínimo de 30 años de cárcel por haber revelado a la prensa secretos de Estado de su país? ¿Son «denunciantes» que ejercen un contrapoder dentro de un sistema democrático o se trata de «miembros de la resistencia contra la opresión» dentro una dictadura militaro-policiaca? La respuesta no depende de nuestras propias opiniones políticas sino de la naturaleza misma del Estado estadounidense. Y esa respuesta cambia por completo si nos centramos en el caso de Bradley Manning, el joven soldado
izquierdista de Wikileaks, o si incluimos el caso del general Cartwright, consejero militar del presidente Obama, sometido a investigación desde el jueves 27 de junio de 2013 bajo la acusación de espionaje. Se impone aquí un regreso atrás en el tiempo para entender cómo funciona el paso del «espionaje» a favor de una potencia extranjera a la «deslealtad» hacia la organización criminal en
la que uno ha trabajado. El presidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz Woodrow Wilson trató de poner en manos del ejecutivo estadounidense el poder de censurar la prensa cuando están en juego la «seguridad nacional» o la «reputación del gobierno». En su discurso sobre el Estado de la Unión correspondiente al 7 de diciembre de 1915, Wilson declaró: «Hay ciudadanos de Estados Unidos … que han vertido el veneno de la deslealtad en las arterias mismas de nuestra vida nacional, que han tratado de arrastrar al desprecio de la autoridad y de la buena reputación de nuestro gobierno … de destruir nuestras industrias …
y de denostar sobre nuestra política en beneficio de intrigas extranjeras … Carecemos de leyes federales adecuadas … Os exhorto a no hacer menos que salvar el honor y el respeto de la nación por sí misma. Esas criaturas de la pasión, de la deslealtad y de la anarquía deben ser aplastadas.»  En materia de secreto, es importante señalar que Stalin y Hitler tuvieron conocimiento sobre la existencia del Proyecto Manhattan desde el momento mismo de su inicio, porque ambos tenían agentes donde había que tenerlos. Truman, sin embargo, en su calidad de vicepresidente de Estados Unidos, no fue informado hasta el último momento, o sea después del fallecimiento del presidente Roosevelt.
( El análisis completo de Thierry Meyssan )   

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