lunes, 12 de agosto de 2013

ABEJAS MANDAN UN MENSAJE QUE NOS HACE RECORDAR NUESTRA ESTUPIDEZ

GRAVE FENÓMENO GLOBAL:
LA DESAPARICIÓN DE LAS ABEJAS

Escribe 
LUIS MIGUEL ARIZA (*) 
Biologo, escritor
 y periodista científico español.
 Fuente “ECOportal”  
http://www.ecoportal.net/ 
 10 de agosto 2013.

(*) LUIS MIGUEL ARIZA – (Madrid 1963) Biologo.Escritor, Periodista.Se ha dedicado al periodismo científico. Graduado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid. Máster de Periodismo de Investigación por la Universidad referida antes. Ha sido jefe de la sección de Ciencia del diario La Razón.Ha publicado artículos en revistas como. Scientific American y New Scientist.y es habituial columnista en los principales medios de la prensa alternativa.



 “Sabemos que estos insectos son indispensables para la subsistencia del género humano, pero durante décadas nos hemos dedicado a rociar los campos con plaguicidas. Las abejas nos recuerdan que siempre llegamos tarde”. Dave Hackenberg lleva ganándose la vida como apicultor desde 1962, cuando decidió
dedicarse a la cría de las abejas de la miel. Su negocio consiste en transportar sus colmenas a lo largo y ancho de Estados Unidos a bordo de grandes camiones. Con su gorra calada, su nariz afilada y el rostro marcado por una vida dedicada al campo, Hackenberg recorre todos los años miles de kilómetros de costa a costa con sus panales para polinizar las plantaciones de manzanos de Pensilvania –donde tiene su casa de Verano– o los extensos cultivos de almendras de California, a principios de la Primavera. En Otoño de 2006, Hackenberg se desplazó a Florida, donde tiene su casa de Invierno, para que sus abejas se ocuparan de fertilizar los amplios cultivos de calabazas. Sus colonias eran un hervidero cuando las dejó, pero al regresar allí un mes después se encontró con la mayor sorpresa de su vida. Más
Dave Hackenberg
de la mitad de sus tres mil panales aparecían desiertos, con tan sólo la abeja reina y unas cuantas obreras guardianas. Los alrededores tampoco mostraban cadáveres de abejas. Los insectos se habían desvanecido. “Fue como si caminara por un pueblo fantasma”, indicó Hackenberg a la revista Scientific American. Hackenberg comunicó el suceso a sus colegas, lo que le costó no pocas críticas. Enseguida lo tacharon de apicultor descuidado. Pero poco después, los casos de desapariciones misteriosas de abejas se propagaron entre otros muchos colegas. Estos insectos tienen un fuerte sentido colectivo, dentro de una sociedad exclusivamente femenina que gira alrededor de la abeja reina, la madre de toda la comunidad. Hay guardianas que defienden el panal, otras que se especializan en cuidar los huevos y las crías, y otras que se encargan de traer el alimento -néctar y polen- a la colmena, fabricando
miel. El abandono de una colmena resulta un comportamiento inconcebible: un suicidio colectivo. Los apicultores, aterrados, no encontraron restos de insectos, ni señales o pistas que pudieran explicar la tragedia. Las abejas se habían desvanecido inexplicablemente. En la Primavera de 2007, los investigadores descubrieron que una cuarta parte de los apicultores estadounidenses habían sufrido pérdidas catastróficas. Pero el desastre se propagó a otros países: Brasil, Canadá, Australia, y también en Europa, en Francia y España. En la televisión saltaban extrañas noticias como la desaparición de 10 millones de abejas en Taiwán. Desde aquel Otoño de 2007 se vienen repitiendo las desapariciones masivas. Hackenberg pasó de apicultor descuidado a pionero, el primero en dar la voz de alarma: millones de abejas desaparecen cada año. Algo está ocurriendo.
(La nota completa de Luis Miguel Ariza)


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