TAREAS PENDIENTES
Escribe
JORGE GÓMEZ BARATA (*)
Fuente:
ARGENPRESS.info
Domingo 19 de agosto 2013
(*) JORGE GÓMEZ BARATA- Profesor, escritor,
historiador, investigador y periodista cubano- Vive en La Habana- autor de
numerosos estudios sobre EEUU.
Especializado en temas de política internacional. Colaborador habitual
en los principales medios de prensa, latinoamericanos y extranjeros. Ha dicho
que “En todas las esferas del saber y de la práctica social, incluyendo la
economía, la verdad es siempre sencilla, ...”
La
pertinencia de los cambios políticos no se mide sólo por los regímenes que
derrocan sino por los que instauran. Aunque la Primavera Árabe acabó varias
satrapías, perdió
atractivo cuando se hizo evidente que al suprimir gobierno
laicos despóticos promovían una regresión que conducía a estructuras de poder
igualmente despóticas aunque teocráticas. La cuenta suma cero y los saldos
están a la vista. En Egipto la confusión creó condiciones para que una entidad
religiosa dedicada a la política llegara al poder y una cúpula militar
reaccionaria y pro imperialista asumiera un protagonismo exagerado. Todavía es
probable una zaga peor porque el segundo
gobierno provisional en 12 meses se
tambalea y entidades confesionales pueden retomar el poder. De ocurrir tal
cosa, Saladino* y los ajustes de cuenta a la caída del Reino Latino de
Jerusalén* pudieran ser mencionados.No hubo en la historia tanto de Oriente
como de Occidente, fuerzas políticas más despóticas que los gobiernos
inspirados en alguna fe y regidos por papas, cardenales, califas, sultanes,
visires o ayatolas, ni equívocos políticos mayores que los inducidos por
profetas.Para mayor desgracia de las víctimas y daño a la fe legítimamente sentida,
las Cruzadas y la conquista y colonización del Nuevo Mundo, el genocidio de los
pueblos originarios y la trata de esclavos, se realizaron en épocas de
connivencia entre la Iglesia y el poder. No obstante, tal vez debido a que Dios
escribe derecho con letras torcidas, el colonialismo en Iberoamerica aplastó
culturas originarias y
evangelizó a civilizaciones que por su aislamiento y
niveles de desarrollo, no habían constituido aun sistemas confesionales
acabados. Afortunadamente no hay en América Latina profetas ni religiones que
compitan unas con otras o aspiren al poder. Nuestro Dios es grande, a veces
brasileño”, mexicano o argentino, pero siempre tolerante y amable. El
colonialismo británico en la India, según Carlos Marx, aunque actuaba con fines
mezquinos, al destruir la sociedad patriarcal asentada en la religión cumplió
una tarea histórica inevitable. “De lo que se trata ─escribió─ es de saber si
la humanidad puede cumplir su misión sin una revolución a fondo en el estado
social de Asia…” Para reforzar la idea dejó dicho: “Dondequiera que ha
conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales,
patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre
a sus "superiores naturales" las ha desgarrado sin piedad…Ha ahogado
el sagrado éxtasis del fervor religioso…”
(Nota
de Jorge Gomez Barata)
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