martes, 20 de agosto de 2013

LA HISTORIA MOSTRO DESPOTISMOS DE LOS PAPAS, CALIFAS O AYATOLAS

ORIENTE MEDIO: 
TAREAS PENDIENTES

Escribe  
JORGE GÓMEZ BARATA (*)
 Fuente:  ARGENPRESS.info
Domingo 19 de agosto 2013

(*) JORGE GÓMEZ BARATA- Profesor, escritor, historiador, investigador y periodista cubano- Vive en La Habana- autor de numerosos estudios sobre EEUU.  Especializado en temas de política internacional. Colaborador habitual en los principales medios de prensa, latinoamericanos y extranjeros. Ha dicho que “En todas las esferas del saber y de la práctica social, incluyendo la economía, la verdad es siempre sencilla, ...”

La pertinencia de los cambios políticos no se mide sólo por los regímenes que derrocan sino por los que instauran. Aunque la Primavera Árabe acabó varias satrapías, perdió
atractivo cuando se hizo evidente que al suprimir gobierno laicos despóticos promovían una regresión que conducía a estructuras de poder igualmente despóticas aunque teocráticas. La cuenta suma cero y los saldos están a la vista. En Egipto la confusión creó condiciones para que una entidad religiosa dedicada a la política llegara al poder y una cúpula militar reaccionaria y pro imperialista asumiera un protagonismo exagerado. Todavía es probable una zaga peor porque el segundo
gobierno provisional en 12 meses se tambalea y entidades confesionales pueden retomar el poder. De ocurrir tal cosa, Saladino* y los ajustes de cuenta a la caída del Reino Latino de Jerusalén* pudieran ser mencionados.No hubo en la historia tanto de Oriente como de Occidente, fuerzas políticas más despóticas que los gobiernos inspirados en alguna fe y regidos por papas, cardenales, califas, sultanes, visires o ayatolas, ni equívocos políticos mayores que los inducidos por profetas.Para mayor desgracia de las víctimas y daño a la fe legítimamente sentida, las Cruzadas y la conquista y colonización del Nuevo Mundo, el genocidio de los pueblos originarios y la trata de esclavos, se realizaron en épocas de connivencia entre la Iglesia y el poder. No obstante, tal vez debido a que Dios escribe derecho con letras torcidas, el colonialismo en Iberoamerica aplastó culturas originarias y
evangelizó a civilizaciones que por su aislamiento y niveles de desarrollo, no habían constituido aun sistemas confesionales acabados. Afortunadamente no hay en América Latina profetas ni religiones que compitan unas con otras o aspiren al poder. Nuestro Dios es grande, a veces brasileño”, mexicano o argentino, pero siempre tolerante y amable. El colonialismo británico en la India, según Carlos Marx, aunque actuaba con fines mezquinos, al destruir la sociedad patriarcal asentada en la religión cumplió una tarea histórica inevitable. “De lo que se trata ─escribió─ es de saber si la humanidad puede cumplir su misión sin una revolución a fondo en el estado social de Asia…” Para reforzar la idea dejó dicho: “Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus "superiores naturales" las ha desgarrado sin piedad…Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso…”
(Nota de Jorge Gomez Barata)

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