jueves, 22 de agosto de 2013

EN SEGUNDO PLANO LA FUNDAMENTACIÓN EN LOS DERECHOS DE LA NATURALEZA

DESPUÉS QUE CAYO 
MORATORIA PETROLERA 
EN LA AMAZONIA DE ECUADOR

Escribe  
EDUARDO GUDYNAS (*) 
Fuente “ALAINET” 
20 de agosto 2013

(*) EDUARDO GUDYNAS (URUGUAY) -Ecólogo social e investigador. Secretario ejecutivo del CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social. Desde el CLAES viene observando desde 30 años, el desarrollo de las industrias de hidrocarburos y la minería en el continente. Con intensa actividad internacional Gudynas cuenta con obra publicada en varios países. Sobre la minería en Uruguay cree que no solo hay un peligroso impacto social y ambiental en la minería, sino también una concepción de país que esta en una asignatura pendiente del país.


Una de las iniciativas ambientales más originales de los últimos años, originada en Ecuador, buscaba dejar el petróleo en tierra para preservar la Amazonia y sus pueblos indígenas. Era una idea construida desde la sociedad civil que se concretó en 2007, durante el primer gobierno de Rafael Correa, enfocándola en proteger el Parque Nacional Yasuní, y sus áreas adyacentes (conocidas por la abreviatura ITT). Esos esfuerzos terminaron pocos días atrás, cuando el gobierno anunció la cancelación de esa
iniciativa y permitir la explotación petrolera. La idea de una moratoria petrolera en Yasuní-ITT maduró durante muchos años, pero contó con un marco excepcional otorgado por el sistema de derechos aprobados en la nueva Constitución de 2008. En ella se organizan de mejor manera los derechos a la calidad de vida de las personas, la regulación del uso de los recursos naturales y las salvaguardas a los pueblos indígenas. En paralelo a éstos, se reconocieron por primera vez los derechos de la Naturaleza o de la Pachamama. Por otro lado, comenzó a quedar en segundo plano la fundamentación basada en los derechos de la Naturaleza, para pasar a priorizar argumentos enfocados en detener el cambio climático global. Se sostenía que se debía mantener el petróleo bajo tierra
para evitar que una vez extraído fuera quemado en algún sitio, y los gases producidos alimentaran el calentamiento global. Con ello, la propuesta era sobre todo una compensación económica para evitar un aumento en el cambio ambiental planetario.La iniciativa Yasuní-ITT era mirada con mucho interés por la comunidad internacional y despertaba muchas ilusiones entre varios movimientos sociales, al ser un ejemplo de una transición postpetrolera. El presidente Correa acaba de presentar varios argumentos para cancelar esta iniciativa de
moratoria en Yasuní-ITT. Uno de ellos fue denunciar la falta de apoyo de la comunidad internacional, calificándola de hipócrita. En parte le asiste la razón, ya que muchas naciones industrializadas crecieron gracias a la expoliación de los recursos del sur, y la iniciativa Yasuní-ITT les permitía comenzar a saldar esas deudas. Pero tampoco puede minimizarse que al condicionar la moratoria petrolera a una compensación económica, se cayó en una contradicción insalvable. El combate a la miseria es otro de los argumentos presidenciales para cancelar la moratoria petrolera. Esta es una posición que suscita muchas adhesiones, y debe celebrarse que se usen los recursos naturales en beneficio del país, en lugar que nutran las arcas
de empresas transnacionales. Pero decirlo no resuelve el problema de cómo asegurar que ello suceda. y está en el núcleo conceptual del desarrollo convencional (creyendo que todo aumento de exportaciones arrastrará al producto interno, y con ello se reduciría la pobreza).





No hay comentarios: