NO TIENE DERECHO
NI LEGAL NI MORAL
DE INTERVENIR
EN SIRIA
Escribe
DAVID BROOKS (*)
Corresponsal en EE UU
Fuente “La
Jornada” México
13 de septiembre 2013
(*)
DAVID BROOKS
(Toronto, 11 de agosto de 1961), periodista canadiense-estadounidense
especializado en política. Columnista del New York Times y PBS, NYT entre otras Agencias.. Ha sido redactor jefe del Weekly Standard y
colaborador en Newsweek y Atlantic .Corresponsal en Estados Unidos
de “La Jornada” de México. Entre varios otros medios Autor del bestseller “The
Social Animal” (“El animal social”)
A lo largo de la última década las guerras, las invasiones y
otras acciones militares estadunidenses –desde Irak en 2002 hasta ahora Siria–
se han justificado en parte para enfrentar la amenaza inaceptable del uso de
armas de destrucción masiva,
pero los encargados de estas políticas bélicas
evaden el hecho de que el país que tiene el arsenal más grande del mundo de
este tipo de armas y que ha permitido que sus aliados las obtengan y usen es
Estados Unidos. El único país en la historia en emplear las armas de
destrucción masiva más poderosas, las bombas atómicas, contra dos ciudades en
Japón (o sea, objetivos civiles) en 1945, que roció incontables toneladas de
dioxina (agente naranja), un arma química sobre Vietnam, durante años de conflicto,
y quien facilitó la
entrega y asistió en el uso de armas químicas por el
régimen de Saddam Hussein contra Irán en los 80, ahora insiste en que poseer y
usar tales armas es inaceptable. Mientras Washington negocia con Rusia para
obtener su objetivo de anular la capacidad de Siria para emplear armas
químicas, afirmando que éstas han sido prohibidas bajo la Convención contra
Armas Químicas de 1993 y que entró en vigor en 1997, y continúa justificando
una opción militar bajo esa convención, no menciona que Estados Unidos aún no
ha cumplido su compromiso con la misma. Estados Unidos conserva un arsenal
masivo de armas nucleares (la última cifra oficial es de poco más de 5 mil, en
2009, pero según expertos independientes como la Federación de Científicos
Americanos,
suman 7 mil 700 –suficientes como para destruir el mundo varias veces) junto
con armas químicas. A pesar de los esfuerzos para destruir sus arsenales
químicos desde que ratificó la convención (oficialmente ha destruido 90 por
ciento de sus armas químicas declaradas), miles de toneladas de armas químicas
que Estados Unidos había prometido destruir a más tardar en 2012 siguen en
depósitos en los estados de Colorado y Kentucky, y los cálculos oficiales para
su eventual destrucción ahora son entre 2018 y 2023. Este jueves, Siria envió
una carta a la Organización de Naciones Unidas informando su intención de
sumarse a la
Convención. Eso deja a otros seis países que no la han ratificado,
entre ellos Israel. Por cierto, aunque nunca se ha reconocido oficialmente. Vale
recordar que el uso de armas químicas en guerras fue declarado ilegal desde
1925 por el Protocolo de Ginebra, después de los horrores de los gases
empleados en la Primera Guerra Mundial.. Chris Hedges, otro corresponsal de
guerra, y ganador del Premio Pulitzer, señaló recientemente que los israelíes
han empleado fósforo blanco, algo que quema al cuerpo sin poder detenerlo, y
que las fuerzas armadas salvadoreñas también lo emplearon contra su población cuando
él cubrió esa guerra, pero Washington, en estos casos, no dijo nada.
( La nota de David
Brook en "La Jornada" )
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