PARAÍSO CAPITALISTA
AL DESBORDAMIENTO
DE LA
POBREZA
Escribe
ANDRÉS MARTÍNEZ LORCA (*)
Fuente “Rebelion”
23 de septiemb
re 2013
(*) SALVADOR LÓPEZ. ARNAL (ESPAÑA 1943)
Escritor y periodista.Profesor de la. UNED y del. Instituto Puig. Castellar de.
Santa Coloma de Gramenet. (Barcelona). Catedrático de Filosofía Medieval en la
Universidad Nacional de Educación a Distancia (Madrid) Se specializó en
estudios hispanoárabes en la Universidad Complutense de Madrid. Uno de los más
prestigiosos investigadores del pensamiento de Al-Andalus
Una vez caído el muro de Berlín y desaparecido el bloque
socialista con la URSS a la cabeza, algunos profetizaron el fin de la historia
y el comienzo del paraíso capitalista en la tierra. Al profesor Francis
Fukuyama, inspirador del pensamiento neoconservador, halcón belicista más tarde
y miope
futurólogo siempre, le salieron innumerables seguidores en todo el
espectro político occidental que repitieron como loros que ya no había lugar
para la lucha de clases en un mundo donde el omnipotente capitalismo neoliberal
impondría el pensamiento único. Aparte de lo siniestro del proyecto de una
humanidad uniforme, sin debate de ideas, sin discrepancia política y donde la
utopía dejara de ser un sueño humanista para convertirse en una enfermedad mental,
la sociedad esbozada se asemejaba más a una cárcel postmoderna que una plaza o
ágora abierta a todos. Lo que se ha visto desde finales del siglo XX y lo que
experimentamos cada año del nuevo siglo es la negación misma de ese pretendido
paraíso. De la bipolaridad de antaño se ha pasado al unilateralismo de la
potencia
hegemónica; la OTAN, que aparentaba ser la respuesta al Pacto de
Varsovia, se convirtió una vez disuelto éste en una agresiva alianza militar
supeditada al imperialismo de los EEUU que actúa ya en todo el mundo; mientras
las fuerzas obreras y populares se iban debilitando política y sindicalmente en
nuestro continente, crecía en paralelo el poder político de los partidos de
derecha. La Europa que en el contexto de la Guerra Fría protegía los derechos
sociales de los trabajadores ha dado paso a la Europa de los mercaderes,
sometida por entero a los dictados del gran capital financiero. En definitiva,
el capitalismo rampante del siglo XXI, ciego y sordo a las protestas, ha roto
la espina dorsal del estado social de derecho y muestra cada día más su
descarnado rostro volviendo a la voracidad de la burguesía del siglo XIX y a la
miseria de las clases populares qu
e tan bien retrató en sus novelas Charles
Dickens. Veamos algunas cifras y datos que lo confirman. Según Eurostat, el número de pobres en la Unión Europea
durante 2011 se elevó a 120 millones. ¡Menudo paraíso capitalista! Con la
política de recortes sociales, rebajas salariales y subidas de los impuestos
indirectos emprendida en los últimos años por los gobiernos europeos, aunque no
con la misma intensidad en todos ellos, las perspectivas empeoran hasta un
nivel difícil de imaginar sin estallido social: de no corregirse la tendencia
actual, para 2025 se estima que habrá en la Unión Europea 145 millones de
pobres. Este horizonte neoliberal ha perdido su aura ideológica y mediática, y
tiene ya una traza apocalíptica. En España, a la cabeza del continente en
número de trabajadores en paro, tenemos ya 13 millones de pobres. Desde 2008
(gobierno PSOE) hasta hoy (gobierno PP desde 2012), el número de pobres ha
aumentado en nuestro país a un ritmo de medio millón anual: otro podrido fruto
del bipartidismo al que hay que añadir la corrupción que caracteriza al régimen
borbónico.
(
Nota deAndres Martinez Lorca )
No hay comentarios:
Publicar un comentario