sábado, 19 de octubre de 2013

OTRO SILENCIO ANTE BARBARIDADES DEL GOLPE MILITAR DE 1936 EN ESPAÑA

LOS SILENCIOS 
DEL PAPA FRANCISCO

Escribe
 VICENÇ NAVARRO (*) 
Fuente “Publico.es”
15 octubre 2013

(*) VICENÇ NAVARRO (http://www.vnavarro.org/ ) Catedrático de Economía en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). También profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Uno de los investigadores españoles más citados en la literatura científica internacional en ciencias sociales

Cuando el nuevo Papa fue elegido por los dirigentes de la Iglesia Católica, hubo una respuesta muy favorable de la mayoría de medios de información (que son también medios de persuasión), consecuencia de un estilo muy diferente a sus antecesores, y a unas posturas que señalaban un Papado istinto. Algunas voces, sin embargo,
expresamos nuestras reservas  basadas en el silencio que el Obispo argentino Bergoglio había mantenido frente a la dictadura argentina. Se dijo que el Obispo Bergoglio, no había colaborado con la dictadura  y que su silencio respondía más a un deseo táctico de, con su silencio, poder ayudar a las víctimas, justificando así que no denunciara públicamente a los verdugos de tales víctimas. Ahora bien, las declaraciones hechas por el Papa Francisco durante el inicio de su Papado parecían confirmar que el silencio que adoptó frente a la dictadura argentina podía deberse, después de todo, a su tacticismo. En varias ocasiones ha alentado a los creyentes
católicos a que no se limiten a ayudar a los pobres, sino que vayan más allá y trabajen para eliminar las causas de la pobreza, interviniendo activamente en política si ello es necesario. Es más, en varias ocasiones ha señalado que entre las causas de la pobreza está la explotación del mundo del trabajo por parte del mundo del capital en su búsqueda insaciable de incrementar sus beneficios. Esto, y el hecho de que ha mostrado comprensión, cuando no simpatía, por la teología de la liberación, parecería confirmar que mis reservas estaban infundadas. El silencio del Cardenal Bergoglio era un silencio táctico, provisional, justificado por una situación especial. Sin embargo, algo ha ocurrido que permite dudar de lo que motivó aquel silencio, pues este silencio se ha repetido de nuevo frente a las barbaridades cometidas por el golpe militar del 1936 en España y de la dictadura
que estableció, que se caracterizó por una enorme brutalidad. Por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió diez mil. Como resultado de una represión sistemática del Estado fascista, miles y miles de españoles republicanos, defensores de un gobierno democráticamente elegido, fueron asesinados, torturados y/o exiliados, con muchos de los muertos republicanos (114.000), todavía en paradero desconocido. Se tiene que asumir que el Papa Francisco sabe que una asociación que apoyó aquel golpe militar y la dictadura que le siguió fue precisamente la Iglesia católica. La evidencia de que ello fue así es enorme. Las declaraciones de las máximas autoridades eclesiásticas pidiendo la rebelión del Ejército y de los creyentes frente a un gobierno democráticamente elegido y su apoyo a la represión son por todos conocidas. En realidad, la Iglesia fue más allá de colaborar con aquel régimen. La Iglesia no fue colaboradora, sino parte esencial del régimen. Era parte del Estado dictatorial.
(La nota de Vincenç Navarro en “Publico.es”)

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